*4 chuletas de cordero

*1 lata de cerveza

*1 huevo

*pan rallado

*perejil troceado

*orégano

Poner, la noche anterior, las chuletas en un recipiente (habiéndoles extraído su hueso y quedándonos sólo la carne), echarles la lata de cerveza y un buen pellizco de orégano y perejil dejándolas a macerar hasta el día siguiente.

Cuando las vayamos a cocinar, sacarlas del recipiente y secar mínimamente su exterior con un paño (para así conseguir desempaparlas un poco de la cerveza que han absorvido). Tras realizar esta operación, salarlas, batir el huevo y preparar en un plato el pan rallado. Empanarlas y freírlas (el aceite conviene que haya alcanzado una buena temperatura), antes de retirar las chuletas del fuego, subir la intensidad del mismo para que la carne retenga el mínimo de éste.

Comprobaréis como la carne de las chuletas, tras el pertinente adobo, ha quedado tiernísima.

Ya solo nos queda darle acompañamiento, ya fuera una ensalada, unas patatas, arroz o unas legumbre salteadas.