Contradicciones

Hay gente más rara (falsa) que un perro verde… Esos que se llenan la boca de palabras valiosas pero que luego ejecutan interesadamente, sin contemplaciones. Hay gente suficientemente falsa como para vender a su hermano y nunca concederle perdón; como para ajusticiar por la espalda sin que les pesase conciencia ni dolor. Hay gente. ¡Ay! gente… Malditas esencias, malditas figuras que transitan celosas y recelosas, cargadas de envidia, de venganza y de ira. Y, algunas veces, resultan ser esas mismas personas que, señalando a los dirigentes políticos, reclaman reparto equitativo y justicia. Que triste resulta comprobar que esta huella anda cercana a tu vida, o incluso hermanándose, literalmente a uno, dada la misma sangre que concedió gestación y nacer.
Valoro sumamente la entrega y el esfuerzo (quizá por venir de familia humilde… sólo, quizás). Nadie me ha señalado como propicio, ni tampoco enseñado, el ambicionar, el terciar vengativo o mostrarme egoísta, pero ocurre que a otros les sucede aquel desapego, y por añadido aquella falta de empatía, cual convoca a la traición e invoca a la ceguera, o incluso tiene a bien omitir delirios y asesinatos, con tal de proseguir satisfaciendo sus antojos.

¿Somos humanos?… Mal nombre le dieron a nuestra especie, o, tal vez, equivocada está la definición dentro del diccionario.

Demencial (canto de mi padre)

Por demencia este habla:

Así construido el individuo.
Así, con miedo y con recelo.
Así, con falta de humanidad;
con la puerta entornada
y casi rozando el esperpento.

El hombre pide ayuda;
su aspecto, debido a su esencia alternativa,
(barba blanquecina desaliñada y cabellos largos)
asemeja descuido.
Él necesita encontrar su domicilio.
Él pregunta a los transeúntes;
su mirada denota angustia
dado el extravío provocado por la desmemoria
-¡Ay, vejez! no sé si és suerte la que tienen los que de ti escapan-
Nadie responde a su llamada.
Nadie acude y le atiende ante su fragilidad.
El hombre aparece invisible frente al resto
mientras le atenaza el naufragio.
Así son nuestras tinieblas.
Así construye este sistema animales insensibles y despiadados
que solamente acuden y asisten cuándo intereses.

¡Cómo temerle a la soledad o a la muerte cuando acostumbrados a vivir entre fantasmas!

Temo la mirada que como látigo fustiga
rememorando la equivocación
… Y es entonces cuando me refugio
dentro de esa seda de otros tiempos
cuál concede trampolín y sanación.
Tengo claro que
¡nunca esparto!
ya que la melodía que demando
sólo se recuesta sobre la simpleza de caricias.
Lucho, incansable, por la derrota
de cualquier imperio que someta
a las gargantas y a las mentes
impidiéndoles crecer.

Por el ansia de conquista desmedida aparecen perdidos los sabores de muchas pisadas.
¡Sentidos a la caza de la lejanía!:
Alzar la vista afanando el horizonte, mientras se descuidan los detalles, próximos y maravillosos, cuales son capaces de concedernos tantas buenas noches y tantos buenos días.
La distancia es imperativo que nos aleja de placeres, conocimientos y significados (así también, el tiempo); para qué buscarle caras al mañana o al infinito, si equivaliera a transitar como sonámbulos o zombis.

Por falta de huevos

Todavía es tiempo en cuál la mano de obra resulta imprescindible, y los que confabulan, manteniendo unas leyes y unas pautas injustas, así como moviendo a su antojo la economía, dependen de nosotros, los obreros, para multiplicar sus beneficios.
Nos faltan huevos para enfrentarnos al capital y a sus marionetas (en su mayoría, putos y traidores políticos). Nos faltan huevos y suficiente empatía como para montar una huelga, cohesionándonos, hombro con hombro, en pos de provocarle pérdidas económicas enormes a cualquier estado que nos maltrate (junto a con sus amos financieros), condicionándoles hacia un replanteo.
El egoísmo impera dentro de esta sociedad y sistema; los hombres protegemos, indecentemente, intereses individuales e insignificantes. Los hombres demostramos que nos importa un pimiento lo que le pase al vecino. Demostramos la inconsciencia, al no tener presente el que ese mismo monstruo que ahora tortura y daña a otros, tarde o temprano terminará por comernos… ¡Parecemos adictos a la ruleta rusa!.

Para quién, mi oreja

«Es verdaderamente difícil que cuando inmersos dentro del poder y fuera de la humildad hallemos, un sentido común que lance a nuestra especie a conjugar la tierra con el cielo, para que con cada una de las pisadas que demos seamos también capaces de volar.»

Todos los reyes resultan efímeros (se alzan y caen junto a su apariencia petulante y su indecorosa sustancia; sus opiniones y yugos se borran). Mientras tanto, ese resto humilde y frágil que desluce frivolidades y perdura con hondo mensaje aferrándose a su caminar de obrero infatigable y a sus conocimientos como vagabundo, protege una sabiduría imprescindible que conoce a la perfección aquello que precisamos para adquirir una consistencia meritoria esta raza que somos la humanidad (se ofrecen ante la vida como joyas perennes).

De cabezas por las mangas

Deambular
tristemente metido
dentro de adentro.
¿Miedo?
¿Recelo?
Atrapados en la cobardía
somos desestimados como destello.
¡Quién nos conocerá!
-Es de cera el museo-
¿A quién conoceremos de veras
si tememos presentarnos?
Si así fuera…
asistimos a la vida
ahogados por el desconocimiento:
nulos de nado y faltos de remos.
Escondidos; mermamos,
padecemos deriva
y las peores arrugas del diccionario.
Adheridos al pliegue de la comisura
que desiste y desasiste
con expresión apagada,
afeados, sufrimos
de nuestras coordenadas inexactas y equivocadas.
Asomar a medias equivale
a irrelevante por irreconocible;
a una recta sin meta,
a una línea aburrida,
cansina, sin curvas.
A una definición horrorosa, descolorida,
abstracta y exenta
de contenido revitalizante.
A un misterio inservible
que jamás concederá ilusión ni respuestas.
Aparentando ser tanto y…
¡De cera. De cera!
¡farsa sobre interpretación
y más ficción y más farsa!
tanto podríamos
y optamos por ser nada:
Tímidas nubes que no pintan creación ni regalan gotas.
Fotografía velada,
carente de rostro y de paisajes.
Somos estación inmutable
que elude la marcha
e inutiliza designios.

¡Aparece matriz!
Recupera mis formas perdidas.
Aligérame de causas banales
empuñadas por circunstancias.
Retórname al chiquillo
que la fuente lo espera.

318-omu G.S (bcn. 2016)

Fuera de un eje

Aquel que fuera capaz de leer el sol crecido y la lluvia caída sobre los ojos de otros. Aquellos que, noblemente, quisieran acercarse y transcurrir dentro de crepúsculos y amaneceres que embistieron y amainaron dentro de corazones ajenos…
Hay quien puede resucitar el saber humilde que disimula su brío y hasta simula apagarse para que alcanzasemos las brasas y valoremos, de la llama, sus amarillos y azules y naranjas y rojos.
Existe una realidad que sostiene el entendimiento y la ecuanimidad suficientes, desconocedora de las suertes que pesan y miden siempre dándonos poco.
Lejos de paranoias y elucubraciones… Sorbo tras sorbo constato que crezco y cuándo cercano vibro.

Desde donde después (verbos)

Pertenecer al cosmos. Animado por una selva energética con agujeros diamantinos, aparecer y desaparecer desde cada uno de ellos. Pertenecer a la magia de una chistera. Ser sorpresa sorprendida. Devorador y vianda.
Nacer: Aullar. Berrear. Mamar. Gatear. Confiar en las directrices que sujetan los demás. Dejarme llevar. Crecer: Pisar. Seguir las líneas automatizadas y un tanto deplorables de un sistema deforme e inacabado. Insinuar fidelidad a leyes y códigos inaceptables. ¡Justificarlos!. Salir de la partida. Renunciar. Saltar. Traspasar la frontera. Perder la identidad inconclusa y hallar tanto que más. Disfrutar de la cordura que pocos entienden, y sufrir de y con… y reír tras la condenación. Probar la adicción, la perdición, el rechazo y la cárcel. Ser un virtuoso de los sueños y de la locura. Trazar victoria sobre multitud de simulacros de derrota. Ser tachado de ingenuo y levantarme y resucitar. Deleitarme con un encadenado de orgasmos. Presenciar defunciones que auspician metamorfosis, saludos y (h)olas.
Llegar al límite, donde un acantilado, donde el abismo (aquí y allá). Empujado por el atrevimiento, caer y caer… caer para saberme ave y reconocerme viento, para desmembrar el tapiz supuesto como inquebrantable y conocer lo que es volar.
318-omu G.S (bcn. 2016)

Enredo

enredo (fotografía realizada en el puerto de Málaga por Tonio1967) -derechos reservados-

Fotografía realizada en el puerto de Málaga por Tonio1967 (derechos reservados)

http://objetivomalaga.diariosur.es/fotos-tonio1967/index.html

Las teorías y las ciencias bailotean tanto
que acaban por darle la espalda a todo siglo y cualquier regla
así quebrándose los métodos y fórmulas que servían
y resultando renovados los lindes del entendimiento.
Todo elemento y circunstancia sella, al nacer,
su parte innovadora y su porción caduca
siempre proseguiremos amarrados
a una sola reacción de vida y fe; la del extasiante continuo.
Las leyes danzan tanto que dejan de ser evidentes.
Parlotean y parlotean hasta que enmudecen.
Se alternan los resultados y cambian las cuentas.
La exactitud de las formas cae en la evidencia
como la certeza que auspiciaban las maneras.
La carga de cada paso y de cada posición varía,
no hay peso ni distancia que se extienda por largo tiempo
con sus kilogramos o sus kilómetros.
Ante tales hechos, termina por perderse aquel sentido de rotunda negación
creeremos posible darle alcance a nuestros sueños.

318-omu G.S. (bcn. 2016)