Dos caras (en tránsito)

«… mientras engullidos por el filo de ataduras
dadas, en la vida, por el acudir de algunos seres
y el devenir de incomprensibles ciscunstancias,
engendramos limitaciones, miedos y amargura;
convenimos en aceptar como reales
contenidos e imágenes confusas
cuales se adentran en nosotros, con sigilo,
hasta ajusticiarnos, igual que guillotina,
aunque fueran piezas falsas o distorsionadas
que dictan veredicto y restan elección.»

eclipse de sabores… (de tierra)

Barrotes… sufro del silencio incapaz de canto,
silencio que incluso se niega a la lucha
al estar apartado de la valentía y del pulso.
La saboreo… aunque repudie la hiel,
ahora me somete ¡amargo!
Paralizado; lejos de toda escapada.
Detrás de oxidados y sucios barrotes
forjados por aquel pasado
que vuelca pesadillas
y conviene en arremeter
dándome pesadumbre y miedos.
Dentro… Tan adentro como los siglos,
como los siglos y las galaxias y mis ancestros;
dentro hiela y hasta las bisagras chirrían,
así, lo mismo, que mis pensamientos y mis ilusiones
y cada uno de mis gestos.
Inmóvil. Desangelado. Pasivo.
Junto a todo y cercano a nadie
mientras la llave suena, gira y cierra
la vista de aquel amanecer por el que mi ser suspira.

lumbre de sabores… (de cielo)

¡Recuerdo mis alas!
Desempolvo aquel espíritu
que nos permite volar.
Albergo la libertad y la decisión
que capacita para salir del presidio
¡y destrozar el armario
que coronó tanta historia!
No existe mal imposible de reparar:
Renovar la posición y aptitud
y escoger el mejor vestuario para lucir
dentro de este maravilloso baile.
Lucir un espléndido corazón
y hacer honor a lo de ser Persona:
Abandonar la soberbia y la vanidad;
abrirle las ventanas y puertas
a la tolerancia y a la comprensión
¡transformar la rabia y rencor en amor!
y acoger al humano más universal
que abraza, suma y perdona.

Asir de sueños

Aun conociendo la realidad humana, esa increíble dificultad que tenemos para llegar, entre nosotros, al entendimiento —inclusive en temas nimios de esta vida— aún así, quiero tener confianza y creer que somos capaces de trabajar, primero individualmente y luego en conjunto, en pos de alcanzar una sociedad mejor, más considerada y equitativa, capaces de fomentar un sistema que promulgue la igualdad en todos los ámbitos, que precie la vida de cualquiera de los seres de este planeta como igual de importante y valiosa, en definitiva, que nos conceda el sentido que debieramos tener como especie evolucionada, igual que le diera significado a esta herramienta poderosa que es nuestro raciocinio.
Más allá de toda elucubración puesta en escena por mi ser soñador, ya digo y me afianzo dentro de las posibilidades reales de mi saber y sentir pragmático: El planeta dispone de recursos suficientes, si coherentemente consumimos y bien los administramos; y la humanidad ha dado un buen paso adelante, durante estas últimas décadas, tanto en cuanto a conocimientos cientificos como en el desarrollo y avance tecnológico, así pudiendo ser más productivos y eficientes, al tiempo de posibilitarnos para poner en práctica nuevos métodos que beneficien al conjunto de la sociedad planetaria (no tal solo a unos pocos).
Siempre queda el interrogante sobre una cuestión: ¿Cuál es la causa que nos impide llevar a cabo una propuesta conjunta que beneficie a todos los ciudadanos del planeta? ¿mandarían más las diferencias entre razas, la diversidad de culturas o los intereses propios de cada gobierno, cuando cada ciudadano, por si mismo, representa y vale una bandera?. Cabría plantearse si la propuesta nunca ha existido, porque mandan más las ansias de poder y la satisfacción del control, que les supone a unos pocos sentirse amos dirigiendo hacia las plantaciones a sus esclavos ¡porque la esclavitud existe! tal cual vivimos hoy; existe, sin tregua, el sometimiento cruel e injusto de una mayoría (y todos nosotros, ciudadanos ¿desarrollados?, ciudadanos de occidente, de una forma u otra lo fomentamos, lo consentimos, ya tan solo con el beneplácito que nos concedemos en el consumo).
Falta educación. Falta el impartir conocimientos suficientes, desde la base, desde las escuelas, de manera seria (hasta ahora la prioridad ha estado en los conocimientos técnicos e intelectuales), para conseguir que como sociedad adquiramos consciencia de lo que nos perjudica, beneficia y conviene, de la raíz de los males (nosotros mismos, como individuos), para tener claro cuanto es de agradecer un cambio de rumbo, para entre todos construir y realizar, complacidos, un proyecto de futuro que nos beneficie a todos. Parece ser que nuestros gobernantes se olvidan de tal prioridad, nos desean incautos y fácilmente manipulables, y esto lo fomentan a razón de instruir e informar y señalar y señalar, a un lado o hacia otro, según les convenga el despiste, favoreciendo, en muchos aspectos importantes, desorientación e inopia.
Vuelvo a repetir ¡no es una utopía! —utopía entiendo que equivale a algo inalcanzable— podría ser una realidad que complaciera a todos los ciudadanos… y a los pocos que les disgustara ¡que les den!.

«Dejemos de ser perdedores
y de arruyar fracasos y frustraciones que paralizan;
seamos el resultado óptimo
cual expande los confines del universo
más allá de números y nombres,
más allá de roles estipulados
o de cuadrículas definitorias y conclusivas
y del plazo para la extinción.

Por qué el existir de las despedidas…
Somos imaginación.
Sólo nubes desatando dibujos

sobre la inabarcable extensión.
¡siempre sujetos a la vida!
Solamente un poco de agua,
una brizna de polen que, tal cual trozo de pan,
le da sentido a la mesa
durante este prometedor e interminable viaje.»

(I)
Poseídos por sentires más elevados
algunos viajeros forjan, desde su culmen onírico
y durante su tránsito, lugares paradisiacos;
tercían proezas e instantes
carentes de ese hedor tenebroso que tantos
tienen a bien y toman como estandarte;
el mismo que designa, siendo casi obligadas
las carencias o los privilegios,
que la salud y el bienestar
o el dolor y la enfermedad
acaecieran según fueran asignados,
por destino, ley divina o casualidad,
los cardinales.

(II)
Los relojes y las brújulas
padecen de una exquisita locura
al advertir la parte de la creación
más original y prolífica,
más evocadora y salvaje,
esa parte, omniconsciente,
que es capaz de materializar y hacer posible
aquello que sistemas banales que imperan,
tachando de utópico e inviable,
omiten o niegan como posibilidad,
omiten o niegan… pero cercenan.

(III)
Advirtamos la música
y desalojemos las dudas;
atendamos a las notas
que proclaman optimismo
y ensalzan un tiempo
construído sin cadenas.
Naveguemos, incluso sobre lo insondable,
surtiendo al océano de cuerdas
que, anudadas, proclamen alianzas
surgidas desde almas que se elevan.
Para así; conocimientos, emociones y recuerdos
no lastrando ninguno de nuestros viajes
ofrecieran los mejores frutos
dentro de cualquiera de los espacios
en los que nuestro ser convergiera.
Consigamos que ese yo, egoísta y solitario,
le dé la espalda a tantos códigos indignos
que enquistando la vida del planeta
nos delatan como destructores y animales primitivos
de muy, pero que muy poco saber.

Contradicciones

Hay gente más rara (falsa) que un perro verde… Esos que se llenan la boca de palabras valiosas pero que luego ejecutan interesadamente, sin contemplaciones. Hay gente suficientemente falsa como para vender a su hermano y nunca concederle perdón; como para ajusticiar por la espalda sin que les pesase conciencia ni dolor. Hay gente. ¡Ay! gente… Malditas esencias, malditas figuras que transitan celosas y recelosas, cargadas de envidia, de venganza y de ira. Y, algunas veces, resultan ser esas mismas personas que, señalando a los dirigentes políticos, reclaman reparto equitativo y justicia. Que triste resulta comprobar que esta huella anda cercana a tu vida, o incluso hermanándose, literalmente a uno, dada la misma sangre que concedió gestación y nacer.
Valoro sumamente la entrega y el esfuerzo (quizá por venir de familia humilde… sólo, quizás). Nadie me ha señalado como propicio, ni tampoco enseñado, el ambicionar, el terciar vengativo o mostrarme egoísta, pero ocurre que a otros les sucede aquel desapego, y por añadido aquella falta de empatía, cual convoca a la traición e invoca a la ceguera, o incluso tiene a bien omitir delirios y asesinatos, con tal de proseguir satisfaciendo sus antojos.

¿Somos humanos?… Mal nombre le dieron a nuestra especie, o, tal vez, equivocada está la definición dentro del diccionario.

Sediento

Aborrezco la lejanía de tu espacio.
Soy un nostálgico empedernido, un infante, crédulo y poseído, que aún confía en los sueños: Acógeme dentro de tus bosques y concédeme, de nuevo, la voz de tus aguas. Necesito el respiro que incluso traspasa las mismas entrañas, en pos de encontrar la ansiada profundidad que le regala cuerpo y rostro a las almas.

**

¿Cómo es nuestro amor?… En qué se han convertido veinte años de vivencias compartidas.
No aparecemos como los mismos ¿será debido al óxido inevitable que transmite el reloj? .
Ya dejamos de jugar a las ninfas y los faunos.
Ya nos ajusticia el silencio impedido de paz igual que se desvanece la musical esencia de la primavera.
¿Padecemos invierno?. Todos también vestimos invierno: muerte tras frío, cambio y resurrección.
Hoy siento que somos tristemente vulgares: una caja hermética que se queda sin aire, caja cual solamente aspira a la extinción al disponer de una oscuridad que nunca dará luz.
¿Tuvo mal envejecer nuestro amor?
… Desafiemos a la monotonía cuándo advirtamos que la naturaleza más valiosa se ahoga ante la embestida de los vientos.

Demencial (canto de mi padre)

Por demencia este habla:

Así construido el individuo.
Así, con miedo y con recelo.
Así, con falta de humanidad;
con la puerta entornada
y casi rozando el esperpento.

El hombre pide ayuda;
su aspecto, debido a su esencia alternativa,
(barba blanquecina desaliñada y cabellos largos)
asemeja descuido.
Él necesita encontrar su domicilio.
Él pregunta a los transeúntes;
su mirada denota angustia
dado el extravío provocado por la desmemoria
-¡Ay, vejez! no sé si és suerte la que tienen los que de ti escapan-
Nadie responde a su llamada.
Nadie acude y le atiende ante su fragilidad.
El hombre aparece invisible frente al resto
mientras le atenaza el naufragio.
Así son nuestras tinieblas.
Así construye este sistema animales insensibles y despiadados
que solamente acuden y asisten cuándo intereses.

¡Cómo temerle a la soledad o a la muerte cuando acostumbrados a vivir entre fantasmas!

Hijos de todos

Resulta extremo, ese latir rápido del corazón de un chiquillo escondiéndose del desamparo, acurrucado en sus adentros, pisando una tierra fértil pero teñida con llantos y rojo. La cual lo vio nacer, que es suya y, ahora fragmentada, no le corresponde, es escurridiza ante sus ilusiones, necesidades y anhelos.

Él, siendo simiente de un mañana sólo obtendrá como fruto el miedo: Miedo a la barbarie que reconoce a su alrededor. Dolor, muerte, angustia y, como única recompensa, el no morir ajusticiado por pertenecer a una etnia o a otra, o por no someter a su esperanza ante la destrucción que su alma soporta al vivir cercana al peso incontrolado de una sinrazón, sometida a esa determinación que ni establece ni conoce la mano misma que tortura o asesina, que cruel ajusticia (respondiendo a intereses ajenos, a suculentos beneficios económicos, a las finanzas de los opulentos); mano cual empuña el rifle o el puñal mercenario e irónicamente hermano.

Mientras tanto, a seis aldeas de distancia, son violadas y asesinadas sus propias mujeres e hijas, sus propias hijas y las de sus mismos hermanos. Así es como se masacra lo mejor que hay dispuesto en todos: la fuerza, confianza e ilusiones que comportan las esperanzas.

El engaño se tercia situando suculentos manjares que nunca llegarán a avistar y disfrutar en su mañana. Están encadenados, se convirtieron, por necesidad o codicia, en lacayos de seres poderosos a los cuales ni conocen y dicen supuestamente aborrecer, esos mismos que les brindan horrores y los sitúan dentro de grandes jaulas.

África, Asia, América latina, grandes porciones de la esperanza que vive dentro de este planeta, subyugada a conceptos y entendimientos engañosos, continentes y gentes tristemente manipulados.

Tierras poseedoras todavía de una esencia primigenia y vital. De esa porción de pureza cual el mundo occidental ya perdió hace bastante tiempo, e incapaz de valorarla y recuperarla ahora, simula despreciar cuando en realidad la envidia.

Soledad de cientos de tribus que sobreviven en unas míseras tierras sobre las cuales les han ido arrinconando los estados. Las riquezas no entienden de lazos sanguíneos, siempre están prestas a hacerle un tentador guiño a la ambición de cualquiera. Podemos luego buscar razones que escondan esos ciertos propósitos y no nos hagan acarrear el insoportable peso de una indigna conciencia, caer en el abismo más miserable de la condición humana.

Pero, en el fondo, sabemos que en buena medida, desde aquí, nosotros, estamos contribuyendo a promover tales delitos que se cometen en otros continentes. Hipócritamente nos disfrazamos con la falsa y conveniente interpretación o respuesta, para continuar satisfaciendo a ese bienestar superficial que precisa de ingentes tributos, tributos humanos que resultan de un descaro insolente.

Así, chiquillos que podrían ser hijos de cualquiera, con ojos limpios y adivinados por su sonrisa; y luz propia con la que resurgirían mil grandes imperios, están siendo utilizados, torturados, expulsados de su tierra, masacrados por el mero hecho de nacer en un lugar del planeta, con uno u otro color de piel, creencias o cultura.

Son considerados como valor cero dentro de un sistema mundial en el que no se aplican siempre las leyes que se acuerdan. En un sistema global en el que la justicia es una gran farsa y nuestros hijos siempre pierden.

«Sé de mis lazos estelares contigo, hijo de cualquier tierra, reconócete en el vínculo, éste pretende y puede darte abrigo.»

318-omu G.S. (Bcn. 2007)

 
 

Jaula

Resuenan cementerios donde viven soledades
que no respetan al tiempo ni al olvido,
siempre abiertas, esperan tumbas donde caben
tanto los pies descalzos como los mejor vestidos.
La vida se iguala en un sinremedio
de tejidos desmaquillados
y almas caídas en la espiral absorvente e insaciable
de reconocidos agujeros negros que aguardan
en cualquier bolsillo o esquina
.

El sonar de un requiem se sucede constante
y los espacios son fríos
y los huecos, tozudos
y la rueda circula chirriante
al quedar corazón y respiros
difuntos de motivos y alegría.

Un romántico muere
¡es Romeo caído!
y a su lado Julieta
concediendo emociones
es sentencia y verdugo.
La angustia arremete interminable
si la ausencia voltea las horas:
cuándo el desamor infringe condena
y al hombre le hace remar siendo esclavo
sometido a tenebrosas galeras.

Un gélido invierno se perpetua en los días:
se multiplican glaciares y es derrotada la paz
si habitásemos atrapados
dentro de insoportables pesadillas
que martirizan mediante deseos inalcanzables
nuestra parte más valiosa y escondida.

Sufrir desterrado.
Vagar en el limbo
pues desamor da castigo
de cual no salvan los rezos.
Mariposas descoloridas
sirven de atuendo y de velo;
delante del dolor y del luto
extraviar todo vuelo.
Deambular como sonámbulo en laberinto.
Ganar en confusión al devenir el desvelo.
Padecer las entrañas.
Mostrar la hiel en los ojos incluso disponiendo
de la exquisita miel del consuelo.
Saber que existe la muerte en la vigencia de lo vivo
que muchos vivos que hablan, comen y andan
están bien… pero que bien muertos.
Perder el paladar, la intuición y la brújula
al ser esquiva la gracia del ensueño
cual ensalza cada instante
hasta los adentros del cielo.

318-omu G.S. (bcn. 2020)

Hijos de…

Hijos de…
Hijos de madre capaz…
madre capaz de palabrería
madre parca en enseñanza bondadosa
y enjuta de miras.

Perros con dentadura tenaz y afilada
de mandíbula férrea
que al apresar desgarran aquello que pillan.

Progres de otrora que ya desistieron
que aparcaron sus reivindicaciones
y hoy son tiburones cosmopolitas
jactándose del poder
estipulando con la vara de mimbre
impuestos desafiantes y leyes sobornables
sobre cómodos butacones.

Los hijos de otros hombres que ondearon
la igualdad por bandera.
Hijos con una astucia anclada en ese pragmatismo tan extremo
que saca la esencia más fatal de nuestra verdad zorruna.

Cazadores que cazan desleales
y utilizan como cepos argucias maquiavélicas.
Leñadores ambiciosos que por su hambre insaciable
talan bosques y selvas que corresponden a futuro
y les conceden el aire que respiran.

Seres de naturaleza enranciada y esquiva.
Hijos de otros hombres
que hacen de la fortuna presente suerte ladina.
Suerte que quiebra tobillos ¡el paso!
y dando pie a un diálogo sucio con el destino
obstruye las mejores rutas:
Obligando al dolor
a que el infortunio sea retrato habitual
que quede enmarcado claro
como seña de identidad de nuestra (in)civilización.

Hijos de un adonis narcisista,
de un Baco artificial
que rehúsa beber el vino de sus viñas
y que, coito tras coito,
a Venus y Artemisa desvirtúa.

Hijos irresponsables.
Padres del sumo consumo adictivo
cuales asumen competir
bajo efectos del sorbo de un éxtasis
más bien hitleriano, anfetamínico
de todo menos budista.

Cuales experimentan con el resto de seres
llenando sus arcas particulares
con la transgénesis alimentaria
y medicamentos obsoletos inoportunos
que solamente atienden a beneficios anuales.

Hijos de un «dios» muy atrayente (para mí, poco convincente)
desconocedores del hombro con hombro
de la verdad que hace grande a un equipo.
Hombres que omiten el saber de aguadores y de arrieros
cuales jamás se pararon a escuchar
el eco sabio nacido
de entre las montañas o desde el pozo.

Hijos de un ¿dios? que olvidó la razón de la creación
e hizo olvidar a esos hombres la potente voz de sus abuelos.
Hijos amnésicos
debido a la avaricia que exprime incesante a sus hermanos como a tragaperras
así dando cabida a las segundas residencias
al lujo de doscientos caballos
e invocando a fantasmas con publicidades
que martirizarán por siempre a su propia sangre.

Hijos amnésicos hasta de la lumbre de la vela
que fogonea amarillenta entre muros cálidos y resistentes
dentro de casas de piedra encaladas
donde todavía perdura la fe y el olor a leña.

Padres del suplicio del que nace la soledad
no esa soledad instructiva y grata
sí aquella aberrante del individuo que extravió familia
y percibe a los demás como insignificantes hormigas
como a extraños cuales no merecen
ni la compasión ni el saludo.

Hijos de la especulación
del tráfico de influencias
de manos ensangrentadas aunque enjabonadas.
Hijos del delito sin condena
que se pavonean de su infinidad de tréboles
afianzados en coronas elaboradas a razón del llanto ajeno
de próximos aterrados que sólo reciben
inseguridad, precariedad y miedo.

Hijos que se desmarcan ante la palabra genocidio
que bajan su mirada al tiempo que le dan la espalda
al horrible y laboral infanticidio.
Hombres a cuales les significa un trabalenguas
pronunciar humanidad
que pululan, intocables, almorzando con proxenetas y traficantes de armas
con diputados y congresistas
que pregonan la paz y fomentan la guerra
también con estadistas y monarcas cínicos
que manipulan el estramonio y el arsénico a su antojo
mientras le dan el visto bueno a reformas y convenios.

Hijos de pe… de peculiar raciocinio
buscando el cáliz
el elixir de la eterna juventud
la flor de la inmortalidad.
Buscando el reconocimiento vanidoso
pero sin presentar sus verdaderos rostros ante el mundo.
¡Padres de la guadaña!

… Por todo lo dicho jamás se precipitará el edén
sobre ninguna de sus aventuras.


318-omu G.S. (Bcn. 2012)

¡Ay! de hermanos

Estaron

«Me río de la crisis de occidente.
Lloro por el consumo desmedido
mientras la decadencia inventa
nuevas locuras»

**

Por muchos lugares y escenarios
la muerte se pasea dando bocados,
el hambre contornea con sorna millones de vientres,
la salud es desvirtuada sin contemplaciones.

Hace ya bastante tiempo que en muchos lugares
naufragó la cordura dentro del reloj de los hombres,
al arrancársele el mordisco indispensable
a los más humildes de nuestros congéneres,
porque el egoísmo atrapó el alma
y el desatino las mentes
de unos pocos desalmados
egoístas e indecentes.

(Los cuerpos se marchitan.
Los respiros se quiebran
para los tantos enfermos
que enmudecieron sus ojos
cabiendo un remedio.)

Hace mucho tiempo
que es causa de nostalgia la empatía.
Hace largo tiempo
que a millones de manos les cuesta
de enlazarse sinceras;
más diría que omiten y rechazan
antes que proponerse como ayuda:
Porque el significado de hermano
suena como jeroglífico extraño;
y reparten miseria
¡y prefieren cadenas!
y sentencian a esclavos
escondidos tras vocablos
tales como «obrero» o «extranjero».

318-omu G.S. (bcn. 2020)

Sustancias tóxicas en los productos de higiene y cosmética

Una buena parte de nosotros desconocemos o no somos del todo conscientes de la toxicidad implícita en algunos de los componentes con que se elaboran los productos de higiene personal así como en los cosméticos y en los alimentarios.
Nuestra piel absorbe y envía al torrente sanguíneo y, a posteriori, remite hacia cada uno de los órganos indispensables de nuestra persona, cualquier sustancia que le demos a tomar. Es así, como tanto los agradables perfumes que aromatizan nuestro cuerpo, las inocentes y revitalizantes cremas hidratantes, los champús que nos confieren un tono y brillo y volumen inmaculado, los maquillajes que nos ayudan a esconder los defectos propios de nuestra piel o a disimular nuestra edad, los desodorantes que coartan el sudor y los malos olores inherentes a cada uno tras el esfuerzo, forman ua interminable lista de productos que están de manera cotidiana atentando contra nuestra salud.
A partir de aquí, aprovecho para citaros las diversas fuentes con sus consiguientes elementos que pueden comportarnos algún tipo de riesgo:

*Colorantes.
Son aquellas sustancias empleadas para darle color a los productos, y, tras diversas pruebas científicas realizadas sobre ratones, se ha demostrado que es capaz de alterar las moleculas de ADN, así como, siendo uno más, potenciar la aparición de cánceres. Las denominaciones de estos productos contienen las sílabas o terminaciones, anilin y anilid.

*Aceites minerales: Sustancias derivadas del petróleo y de bajo coste que sirven como agentes antibacterianos y para concederle una agradable textura a sus productos. Los efectos nocivos principales de éstos aceites serían:

-Taponar los poros de nuestra piel, mermando la respiración de las celulas.
-Extraer la humedad de la piel y dejarla incapacitada para ejercer sus misiones como defensa.
-Incapacitar a la piel para eliminar toxinas nocivas (a causa de ello puede devenir; el acne e irritaciones, y demás desordenes capaces de hacer envejecer prematuramente nuestra piel).

Algunas de estas sustancias son: Paraffinum. Paraffinum liquidum. Petroleum.
Y los correspondientes derivados del petróleo como: Metilsianol. La cera microcristalina. El Ozoquerite. El Ceresín y la Vaselina. Pero el que destaca por su utilización extendida y sus más que demostrados efectos nocivos es el Glicol propileno, cual provoca dermatitis y alteraciones en riñón e higado, igual que podría causar problemas gastrointestinales, dolor de cabeza, vomitos y afectar al sistema nervioso central.

*Los ftalatos (se encuentran, principalmente, en cremas, desodorantes, esmaltes de uñas y perfumes)
Son sustancias que sirven como disolvente y suavizante. Se les puede considerar disruptores hormonales (sustancias que interfieren y suplantan nuestras hormonas naturales, bloqueando nuestro propio sistema natural hormonal, así pudiendo provocarnos exceso o deficit, una severa alteración de la funcionalidad de nuestras hormonas).

-Daños en el sístema reproductor y endocrino.
-Asma
-Cáncer

Algunas de las sustancias perjucidiales pero todavía autorizadas para elaborar cosméticos son:
Dietilhexiloftalato (DEHP).
Dibutiftalato (DBP).
Butilbenzilftalato (BBP).
Diisononilftalato (DINP).
Diisodeciloftalato (DIDP).
Dinoctilftalato (DNOP).

*Sustancias utilizadas como desinfectantes dentro del ámbito de la medicina y como conservantes en el campo de la cosmética, el Fenol Y el Fenil, utilizadas dentro del mundo de la cosmética puede acarrear problemas para nuestra salud:
El Fenol, cual puede aparecer descrito bajo las siguientes denominaciones (Nitropheno, Phenolphthalein, chlorophenol), resulta ser un alcohol proveniente del benceno y puede llegar a influir de forma negativa en nuestra salud en los siguientes apartados:

-Sistema nervioso central.
-Corazón
-Hígado
-Riñón
-Piel

En cuanto al Fenil, indicar que su principal perjuicio está en poder ser causante de problemas hepáticos. Suele venir indicado en los productos de cosmética como «phenylenediamine sulfate», ellas se empleándose de manera más que habitual en la elaboración de enjuagues bucales. Está comprobado que ambas sustancias contribuyen a debilitar los tejidos de nuestras bocas. Se las indica como causantes probables, según los estudios realizados, de provocar incluso tumores de garganta y boca.

*Para la elaboración de champús, jabones, mascarillas, limpiadores faciales, dentífricos, lociones, acondicionadores del pelo y otros productos de embellecimiento e higiene personal, se utilizan ingredientes artificiales y sintéticos como el «Glicol polietileno» (PEGs), en si mismo no es una sustancia tóxica pero actua eliminando la protección natural de nuestra piel.
Otro de los más empleados es el «sodium lauryl sulfate», cual es un detergente muy irritante usado en un 90% de dentífricos y champús. Algunos de los efectos adversos más que observados al contacto con éste, al absorverse y quedar almacenado dentro de nosotros, en los tejidos tanto del corazón, el hígado y los pulmones, como de nuestro cerebro y ojos, es que deteriora el sistema inmune, además de poder modificar el factor genético contenido en las células y favorecer la aparición de tumores.

Otro agente químico extremadamente peligroso que es utilizado con frecuencia es el diethalonamine (DEA). Dicho producto es una base detergente espesante que, según los doctores especialistas en los estudios en cuestión, puede aumentar considerablemente la aparición de cánceres de riñón e higado simplemente mediante el contacto repetido con nuestra piel.

*Solventes.
Es una sustancia derivada del petróleo incluída en tintes de pelo, espumas de afeitar, cremas, exfoliadores, colonias y otros muchos cosméticos. Se usan, también, como solventes en productos de pintura y en los antecongelantes de nuestros vehículos. ¡Como no! puede incidir en la formación de tumores.

*Fragancias artificiales.
Baratas y de fácil producción, son sustancias que se consideran bioacumulativas. Se llegan a encontrar en desodorantes, perfumes, jabones, cremas en general y hasta en productos para bebes. Se está valorando que puedan tener incidencia en trastornos del sistema reproductos y endocrino.
Algunas de estas sustancias aparecen bajo la denominación de acetil hexametil o bromocinnamal, cuales son capaces de alterar el sistema nervioso o ser claros irritantes de la piel. Tonalide es el nombre con que se presenta una de las que podemos encontrar con mayor frecuencia.

*Liberadores de formaldehído.
Son las sustancias que ayudan a conservar los productos en aparente buen estado (exentos de moho y hongos). Está prohibida su utilización dentro de la cosmética, pero, al ser muy económicos, la industria de dicho sector se las ha ingeniado para crear sustancias que no pueden ser consideradas como tales pero que lo liberan.
Citaros el nombre de dos de estas sustancias comprobadamente nocivas:
«imidazolidinil urea y DM hidantoina».

-Dolores articulares y de cabeza o de pecho.
-Irritación y envejecimiento prematuro de la piel.
-Daños en las membranas celulares y alteraciones en los fetos.

A todo esto añadir el Bisfenol A: más que probado disruptor hormonal cuyo uso está muy extendido en la industria agroalimentaria de nuestro pais.