Porque mis anhelos… Porque mis suspiros… Porque mi placer se prolonga gracias a este don pasajero con traje y maneras de hombre. Porque la creación persiste en saludar y darme cobijo; y hasta proseguirá conmigo aun traspasado aquel umbral que asociamos con despedida pero suma siendo, otro viaje.
Descorrer las cortinas frente al amanecer sorpresivo. Superar las nubes que convocan la carne, la mente y los huesos. Desenmascarar patrañas: doblegar epitafios. Abrazarme la madre de todos los seres de todos los vacíos y de cada esfera; la paridora infatigable ¡fiel amante! que copula, desvergonzada, copula, abona y transforma, desconocedora de calendarios. ¡Maravilloso! asomarme de nuevo a la vida tras darme su pecho… desde los brazos de la creación.
El dolor se adhiere a la muerte —irremediablemente— La muerte deja rastro su agudeza destroza los timpanos produce sordera a la vez que alimenta. —Cuándo (siempre) converso con los que marcharon de esta tierra (ante su virtud) desprecio la confusión, la derrota y el ocaso asciendo-desciendo hasta una fuente repleta de comprensión y de dialogo (¿será la luz que tantos mencionan?) Vosotros ¡maestros! Vosotros: los que ya cruzásteis el salto— ¡Ay, de la muerte! Ay, de ese dolor embravecido que se aferra al corazón como eclipse total y desentendido de condiciones y rangos me abre las venas sabiendo a suicidio. Es frágil la carne… se desmenuza hasta llegar a ser nada sin hacer falta cuchillo. Cuanto de desprotegida queda el alma ante las señales elementales que transitando por todos los espacios nos sumergen dentro de una mota ínfima de polvo cual como por arte de magia volverá a concederle rocío a la mañana.
Pues la ilusión hará que expirar no me suponga final ni perdición, no hará que durante mi vida manden falsos preceptos cuales dictan que la muerte equivale a aniquilación.»
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¡Vida! no cejes de concedernos y de propagarte. Empapa planetas; renuévales formas y maneras: Haz que siempre la piel luzca lustrosa y que cada músculo y que cada hueso y que todo verbo nunca llegue a silencio o a calavera. Traza nuevas galaxias tomando a la seda y al terciopelo. Cuestiónanos las bases así como el epicentro. Dale movimiento al total de los astros en pos de obra maestra, fecunda e irrepetible. ¡Qué iustren tus semillas! ¡Qué ilustren tus vueltas! Opta por reducir el vasto infinito hasta la simpleza elemental donde sólo manden aquellos respiros que esbozan sonrisas —sé acerca de tu afecto— hasta la sabiduría que opta por darnos credulidad ante el paraíso tras eliminar las restas continuas y la destrucción que acaece por condiciones superficiales y erráticas, debiéndose a banales pormenores cuales se disuelven al contarse con reloj y bajo tiempo.
«(…) Querer ver rostros sonrientes; el tapiz deja muy pocas cosas a merced del azar.»
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Solo. Solo, hasta comprender que son joyas y no crucifijos lo que nos regala el camino mientras lo andamos. Que cada pieza puesta sobre el tablero equivale a lección, y que las lágrimas, aun por muy amargas que sean, también contribuirán a que no sean más altas las dunas y nos engulla el desierto; esas lágrimas, tanto o más que las risas, han de servirnos para despertar. Solo y a sabiendas que el mar que nos baña es inmenso —en él caben todas las formas: muertes y nacimientos ¡y hasta el acto de la resurrección!—. Que este mar que nos baña es viaje y cobijo; que no ceja de disponerse como un continuo día festivo… Para qué sordos, para qué ciegos, cuando todo está repleto de música, luz y color.
«Nunca deambuló ninguna muerte incapaz de sortear la mayor profundidad: el sentir inhóspito de un final cual sostiene el adiós rotundo. Todavía no existe tal y es por ello un gesto adelante ondeando renacidos.»
Te acercas
tras disfrazarte de invierno.
Acicalada.
Porque usas vestido de primavera
conminas a la transgresión.
Desprendes vigor
y riegas resurrección
sobre todos aquellos cuerpos
que interpretasen adormecidos.
Llenas espacios insípidos
de razones prósperas y motivos de vida
con sabores despiertos:
Concedes un racimo de luz
que siendo privilegio
dispone de sabios mensajes
y resonando como un millar de instrumentos
extiende los cánticos
entre salvas a la purificación.
Te acercas…
Porque, tú, primavera,
siento el ingenio de las estaciones
y me reconozco trascendido.
Háblenme de otras muchas bocas,
maravillosas y políglotas,
al mencionarme a la vida
que se esconde detrás de los sueños
y esas muertes cariñosas
que cambian el atuendo
y donde habito.
«Avui i aquí, de flors vull parlar. De flors que, amb veu, s,obren arrapades a l,ànima; i d,aquelles altres que, encisadores i inalterables, parlen per sempre dins dels esperits. Desitjo parlar de gaudir… aprofitant tots els temps.»
Quan els instants deixen de fabricar minuts i els segons s,escurcen fins desaparèixer. Quan una porta, ja esgotada de sentir el soroll del calendari, es tanca, de cop, sense escoltar-se ni un adéu, es tanca sostenint una presa que té regust a derrota. Quan no val ni la voluntat ni la força ni el seny tingut com a homes, ni serveix de res tindre diners o paciència. Quan mai sabem si vindrà la tardor o caurem dins l,hivern, o si resonará una cançó donant-li la benvinguda a la setena primavera. Quan penetrem; i reconeixent la veritable fondària del penúltim sospir pot ser que ens esperi una ona del tot nova.
318-omu G.S. (bcn. 2017)
** «Hoy y aquí, de flores quiero hablar. De flores que, con voz, se abren pegadas al alma; y de aquellas otras que, seductoras e inalterables, hablan por siempre dentro de los espíritus. Deseo hablar de disfrutar… aprovechando todos los tiempos»
Cuándo los instantes dejan de fabricar minutos y los segundos se acortan hasta desaparecer. Cuándo una puerta, ya agotada de sentir el ruido del calendario, se cierra, de golpe, sin escucharse ni un adiós, se cierra sosteniendo una prisa que tiene regusto a derrota. Cuándo no vale ni la voluntad ni la fuerza ni el juicio tenido por los hombres, ni sirve de nada tener dinero o paciencia. Cuándo nunca sabemos si vendrá el otoño o caeremos dentro del invierno, o si resonará una canción Dándole la bienvenida a la séptima primavera. Cuándo penetramos; y reconociendo la verdadera profundidad del penúltimo suspiro puede ser que nos espere una ola del todo nueva.
«Leo y leo, rechazo y atracción que sólo han de durar; un fragmento de la obra como retal de la prenda ¡una corta aparición! cinco letras, de entre los millares, de la carta leída.»
Deshojado por la arena que obstinada cayendo rauda empuja cruel; dentro del paso deletreo y describo aromas: flor todavía. Prosigo fiel a un presente de color antes de proclamarme, lánguida, sobre un fin de escalera en que una rueda animosa y refulgente nos lleva hasta otras vueltas nacidas. Admitido por el cielo y dotado de insignificancia descubro espacio y hallo infinito como resolución. Recogido en una copa soy y beso, sed y agua; soy sujeto amador de la lógica cual traspasa sueño y delirio. Absorvido por la tierra voy y vuelvo a vestirme y desvestirme de sentimientos y pasiones; de desafectos y huellas y de nudos y de huesos. Asisto a muchas escenas para encontrarme entre chispazos y repeticiones con más y más nacimientos, así y así, hasta perderme desleído dentro de una graciosa levedad hecha de olvidos. Tras cada pellizco siempre quedará; sabor de sentir, saber por vida. Aunque no recordase los trazos que esconden las puertas solemnes que aquí mencionamos como trágica muerte siendo alas y lima.
Descifro adioses y su significado se desvanece pierde sentido. Al darme cuenta que jamás marcharon que todavía están porque aleccionan al rechazar por amor a su paz de difunto.
Fue insuficiente, como reto, la muerte, un intermedio domador de paisajes.
Recomponen cenizas o remueven la tierra ¡se levantan!. Me dan fuerza. Los llevo. ¡Mantienen el habla!. Prosiguen conmigo. Aconsejan mis pasos pero que muy vivos.
Fue insuficiente, como reto, la muerte, una instantánea deshaciendo equipajes.
Quedar velada y frágil la muerte porque la eternidad nunca yació adormecida. Aunque disimule existir con disfraz de sueño se representa bien a si misma denotando su yo de despierta. Evidencia nuestra verdad inalterable. Somos realidad inmortal por acontecer siendo parte soluble. Somos una gota de espacio alentando mareas.
Fue insuficiente, como reto, la muerte, la sanación que remodela los trajes.
La muerte: Cuna de olas. Un mondadientes endeble. Una carta más de la baraja. Un pasatiempos que llega a indicarnos la sencillez y salida del laberinto o la determinación que debemos tener frente a una encrucijada. La Existencia: Redonda. Ondulada. Ingrávido vocablo capaz de enroscarse en cuerpos, como hacen, para avanzar, hiedras y serpientes.
«Una casa donde traspaso nombres y cuerpos. Donde no resuena ninguna de las puertas por bien aceitadas. Una casa donde existiré, vivo y nací.»
Nací alineado con la causa soluble que navega y repite. Antes ni recuerdos. Los pensamientos apremiaban al olvido para seguir huerfanos. Los porqué, difuntos. Ni afirmaba. Ni negaba. Ni definía mi quién soy hasta carecía de nombre. Antes… Tal vez alimentaba como detalle gracias a designios tribales que exclamaban «libertad». Antes nací para crecer pequeño. Crecí y crecí pero quedé pequeño. Y cuándo pensarme, fornido y grande; suficiente, siendo sobradamente diminuto y frágil ¡explosioné!. Fue cortada mi lengua en millares de pedazos y el cristal que fue mi lenguaje gano en resistencia y brillo y diccionarios. Dejé la razón solitaria que da lectura de mundos aparte y saltaron a viajar por el espacio vergeles personales anquilosados y secretos precintados por el miedo y la vergüenza. ¡Estallé! para compartir y comprender que soy boca-fuente piel-plumas-escama neón-sol-luna-cuerpos contenido-imagen-reflejos poros elásticos agudeza renaciendo.
Ahora cuento que tu identidad sabe y en ella caben mis segundos ¡es nuestra eternidad!. Que viví intrépido y por ser aventura probaré comedido, irresponsable y valiente y cobarde. Ahora es cuando reconozco mis alas perdiendo razón de cautiverios. Advierto esa verdad que puede subsistir y está en todo; somos simples sonrisas de la alternancia combinándonos con un sinfín de atuendos dispares junto a los principios y los intermedios y los finales que vivamente auspicia el acordeón; un solo tiempo.
Atrapado dentro de los surcos del espacio vago entre causas temporales que ven difuminadas sus verdades al poseerlas millares de velos.
Recorriendo las páginas de la naturaleza Como aliado, aliño, antes que como hijo de ningunas entrañas concretas.
Aquí, los años pasan siendo zarpa, arañan nuestra alma y dibujan nuestro rostro con su ineludible código; como tormenta insalvable reportan la suma que nos hace crecer a base de experiencias.
Allá: Determinación. Mitades y tercios completados por la elasticidad de los movimientos. Aquí: Intermitencias. Fracciones. Fijación cual reposo.
Aquí y Allá… delimitando las zonas de nuestro gran sinsentido.
Aceleran las astros, y, al hacerlo, rejuvenezco hasta aquella muerte que intercambia los cuerpos y esencias repartiendo las cartas.
Y resulta recompuesta y aceitada mi máquina; y aprendo y recuerdo y olvido. y olvido lo que fue olvido para añadirle perspectivas y formas a mi existencia volteando el absurdo y la razón de cada sentir y palabra. Y reaprendo que… una gota de sudor es lluvia que siempre retorna a beber de una misma labor, por su inquietud es frágil y robusta ¡ciclo de vida!.
Atrapado dentro de los surcos del espacio recupero los juegos; ya que fiel… conviene en aguardarme una pieza del puzle para encasillarse. Me espera una cuestión banal por resituar. Una piel para camuflarme tras desvestirme. Un latido espera —siendo un estallido—, como presumida fuente; para presumir de las eclosiones innatas que provocan un divertido yo travestido. Un pensamiento para reprender a otro pensamiento y demostrarle que hasta los cielos tienen techo, que todo tiene culo y espalda. Una astilla por desenclavar me aguarda junto a una gota de sangre por chupar y otra que sólo reclama suicidio; rellenar un charco.
Aquí sucede que luce apresado mi allá
—triste realidad—.
Cuando él sostiene la energía protectora
que auspicia un abrazo cordial y muchas sonrisas sinceras
capaces de corregir a los aduladores de la fatalidad
que apagaron la luz de la oscuridad
compitiendo por el terror con sonámbulos.
Mi aquí decide convertir en verdad
la balada que era sueño,
destierra el absolutismo ponzoñoso
anudado en «terminar».
Diario digital que nace con la vocación de informar sobre Jaca, Jacetania, Alto Gállego y los valles de Tena y del Aragón, reflejando con fidelidad y objetividad todo lo que sucede e interesa a sus gentes. Editado por la periodista Rebeca Ruiz
Este blog es únicamente para mayores de edad. Relata la vida de sumisión de una chica que se adentra en el mundo del BDSM casi por casualidad, sin saber muy bien ni qué significan esas letras.