¡Somos llave!

Cuentan que hay llave…
Escojamos un sueño donde manden sonrisas; abrámosle las ventanas a nuestra casa terrenal.
Llenémonos de vida ¡respiremos!, dándole prioridad al corazón.

Cuentan que hay llave a la cual no se le resisten cerraduras: Que existen seres capaces de al desvestirse de encierros liberar los tesoros.

**

¡Completo!
Que con cuerpo voy
y espíritu tengo
desde el inicio.
Por más que quisiera
no puedo perderme,
porque tarde o temprano
nos hallamos, sin venda,
frente a nosotros mismos.
(así trampas y falacias se desvanecen
resituándose los mundos oníricos
-que difícil es hallar sólo una verdad,
leer la realidad sin caleidoscopios).

Mi yo tiene palacios.
Mi yo tiene desiertos.
Soy un yo que,  apresado en selvas,
doma sus instintos.
Soy un yo que sube a las cimas
y ajusta el raciocinio,
hasta desestimar el absolutismo y los extremos.

¡Completo!
Cuándo siento y comprendo que soy pedazos;
una hormiga laboriosa
aprendiz del universo.

318-omu G.S. (bcn. 2019)

Cu-Cu de cuerpos

Pregono como magnífico
este, nuestro genérico recorrido:
Pecho-Espalda.
Lengua-Cuello.
Suelo-Silla.
Cosquillas de pies y cabellos
¡Roce. Roce!.
Roce, de salto en salto
devastando imperios
y que durante el asalto de cuerpos
incluso se reblandece
la dura resistencia de los corazones.

¡Cu-Cu!

Concurren las superficies
con los poros abiertos:
Lento y suave.
Fuerte y hondo.
Dentro-Fuera
Arriba. Arriba.
¡Vigoroso!.
Danzan las ramas
entre un canto de susurros
hasta el punto álgido donde nace
el viento propio de gemidos.

¡Cu-Cu!

Acepto compartir el placer jugoso
de los líquidos minerales.
Vienen.
Vienen cuando voy y cuando acudes a mí
aunque no te llame…
aun todavía sin pedirlos.
Reconozco, limpio, limpio.

¡Cu-cu!

Sultanes por la riqueza encontrada
dentro del baúl que son cuerpos.
Y en la calle, harenes
para hombres y mujeres
cuales atisban la gracia y el gozo
por el que aparecemos, hoy, degustando
tras gestación y paridos.

¡Cu-Cu!
porque hubo y hay hombre
y está la mujer.

318-omu G.S. (bcn-2016)

 

Te esperaré… (Apuntes de amor XXIX)

Te esperaré
transparente y liviano.
Donde los vacíos perecen.
Donde siendo eximidos de nudos y preguntas
comprendemos
que la voracidad de la vida nos engulle
sólo para reinventarse y actualizada parirnos
junto a una realidad perpetrada
por las que eran nuestras ilusiones imposibles

Allí; te esperaré.
Donde a todas las presencias invisibles
se les caen los velos
y queda ridiculizado el valor de la materia.
Ante un compendio irresistible de pedacitos de nada
que consiguieron ser contundentes y conquistaron el verbo.
E hinchan e hinchan, audazmente, una burbuja,
para que nos sorprendan otras atracciones
adheridas al estallido de nuevos mundos.

Mezclado
¡contigo, contigo y contigo!.
Alejado del sentido agresivo y abrupto y corrupto de la soledad
del hoy distante de mi individuo… te esperaré.
Amalgamado
con las ocurrencias más elementales
y bellas, por simples, de la naturaleza.

Irás e iré.
Te esperaré para gozar de tu conjunto,
para ser TÚ.

318-omu G.S. (bcn. 2016)

Barro sobre barro

en filera

Exprímeme hasta que obtengas la parte que precises. Quisiera ayudarte a desmarcar la «z» de tu vida. Ahuyentar a las hienas que pretendan devorar a tu ser feliz.

Tómame entero. Sé desvergonzada y escupe cielo e inventa infiernos. Delátate. Tómame mientras me entregas tus elucubraciones y dilemas. Tus supuestas verdades —las derechas y recias y las blandas y torcidas—y la ficción que almacena un más tarde de consistencia veraz. Entregate. Confía. De mí no escucharás, al contarme, ningún lamento oclusivo ni ningún reproche.

Sé jugar a dinosaurio e insecto. A hielo y lava. A orgasmos y llanto. A besos y ranas. Sé vestirme con el lujo del ruiseñor y del jilguero y con el de las piñas que pendiendo de los árboles le demandan al viento que las convierta en mañana.
Sé jugar a nubes… cuándo éstas aparecen intuitivas, y cuándo éstas evasivas se escapan. Sé jugar a hoja y tierra húmeda. Y a tierra y hoja seca. A expandirme y a resquebrajarme. A ser empático y a saltar soñando, desde la realidad rancia y pagana al cuento crédulo y a la leyenda inverosimil, para que la mejor de entre las fortunas no se demorase… para que naciera temprana.

Tengo joyas escondidas para que aprendieras la magia dispuesta en la intriga —protejo pedacitos de misterio aún por describir—. Sé que dispongo de un mar para tus olas, donde caben, perfectamente, tu ártico y tu trópico, tanto tu saber como tu desconocimiento circense.

Sepas que: Puedo ver la aurora que, apareciendo puntual, afirma ángeles y señala santos e indica una identidad común disfrazada de monstruos aberrantes y demonios.
Sepas que: Me encanta desvirgar a esa inocencia cual se resiste, obstinada e insolente, a transformarse en sinónimo terrícola.
Sepas que: Quiero saborear aquellos pedazos de tierra que consintieran tantos fallos como aciertos. Deseo saborear la tierra que exije de mí la imperfección; una y otra, el seguir de más pisadas.

Kayac (Cala Trebaluger)Descubre que puedo ser: Aperitivo y postre complaciente. Rabia y Celos. Condición amatoria y Lealtad hasta la Amistad. Infusión sanadora y revitalizante. Almohada, Leño y Diálogo. Comprensión y Diferencias aunque Abrazo. Contradicción guerrera. Látigo y Veneno. Calle abierta. Ciudad cosmopolita. Pozo lleno y campo. Esquina silenciosa. Luz y sombra. Un susurro nadando en un café.
Si te decidieras a tomarme por entero, descubrirías una tarde cinematográfica y adolescente. Tarde de palomitas y golosinas que restan años mientras las bocas asoman juntas y nuestras piernas bien tapadas. O degustarías un tiempo de riesgo y aventuras bañado de ríos y mares voraces y montañas que vociferan vida desde sus entrañas. O, una cama repleta de excitación, donde sobran las definiciones, los interrogantes y la razón, y, por supuesto, también los pijamas. Tómame sin dejarte un ápice. E incluso si te apeteciera cuartearme hasta convertirme en minúsculo para disfrutarme a migajas, tómame. Tómame como quieras, pero siempre olvidándote de la traición; proyéctate, ante mí, no como una ilusión, sí como una visión rebosante de esencia franca.

Querer…

querer...

Querer un cielo plagado de estrellas
que con su brillo, intenso y mestizo,
dibujen corazones ambidiestros
dentro de cualquier paisaje lunar,
cuales describan minuciosamente
la esencia de tener un destino en común.

¡ Sobre un solo pálpito !,
un simple y espléndido y único bocado,
el tuyo junto a mi nombre.

Querer vaciar los negros de oscuridad.
Evidenciar que los ceros a la izquierda
también resultan útiles.
Desestimar energías contraproducentes
que caerán, tarde o temprano, cual guillotina
y desgüazar vehículos torpes.
Aliviar de telas de araña
los caminos amplios y los senderos angostos.
Alentar al respiro profundo
hasta que nazcan mañanas pulcras y horas respetuosas
capaces de agrietar sequías austeras que minimizan al sol…
porque veneran la terquedad de « la Noche »
« la Noche » amamantada por sangre inconsciente y cruel
desleída con sombras.

Querer una orilla
rebosante de conchas, cangrejos y caracolas:
De conchas hogareñas que atendieron y ya… permutan sonidos.
De cangrejos sabedores de
que una vida consta de mil pasos variopintos
pero solamente quedan pesando
aquellos que para el baile fueron escogidos.
Y de caracolas cuales, erigiendo un castillo,
silban un seguido de pasiones.

Querer
que la orilla le susurre al océano,
le agradezca las tantas voces construidas
entre reflejos, estelas y blanca espuma.
Quiso la orilla que sus habitantes fueran coro
relatando con sus cánticos
un sinfín de lazos que perduran irrompibles.

Ante la arena,
cantó la orilla.
Ante la sal y la transparencia,
cantó animada,
cantó desnuda.
Ensalzó a la vida.
La ensalzó
hasta el umbral de más nacimientos
entre aleluyas de amor.

Amasar para darte.
Alimentarte de futuros sonrientes.
Eliminar precipicios
donde el color vive extinguido.
¡Domar el fuego gélido !…
hasta que tu boca y tu mente se amansen
ya saciadas todas las partes de privilegios.

No decrezcan los ánimos
dentro de este pasar de lluvia espacial
que quiere:
Que no se apaguen los árboles y no se derrita la fuente
desde cuales mana la vida y más vida.
Que quiere tenernos presente
— como tales y en el día de hoy —
mezclando tierra y cielo con agua.

318-omu G.S. (bcn. 2015)

Proclama adictiva

proclama adictiva

Abandonadas:
La decencia que somete adosada a culturas antiguas
y la vergüenza, opresiva y absurda,
que siendo velatorio
describe entierro y define difuntos.

Ya destronados los pudores que hieden a rancio,
suenan expresiones frescas
que terminan con encierros y marginación.
(Queda bien resaltado
que el sexo también invierte grafismos
para que luzca excelso mi estandarte,
cuando completo mi existencia humana
acertando de pleno
la significación de lascivia).

Lo consigo.
Dejo de intuirte e imaginarte
—aunque todos estos pasajes, reconozco,
resultaron placenteros—.
Converso dando un paso al frente,
adelanto al deseo y traspaso los límites
que marcaste para otros.
Toco tu prenda y afirmo finura…
asiento ante tanta delicadeza.
Indago y descubro
la paz que albergas y tu lado salvaje.
Insisto e insisto
hasta ser poseedor y guardián
de tu verdad más preciada:
Tus adentros hechiceros me liberan,
de dudas, incógnitas y pesos.

Quiero conocer y pegarme
a la humedad contagiosa,
a cada una de las gotas musicales que, cercanas,
reconocen el origen y los conciertos
que otorgan placer y placer
extendiendo la vida.

Porqué será…
que la existencia nos consiente.
Nos tiene permitido
inventar planetas que leviten,
eclosionen incesantes y viajen tan redondos
como orgasmo siguiendo orgasmos.

No desperdicio ninguno de los granos de arena;
fusiono alas con cuerpo
y marcho decidido por tal vereda
¡Hoy de mujeres!.

318-omu G.S. (bcn.2015)

1ª persona

Utilizar la primera persona; humildemente, sin sacar pecho; no teniendo la necesidad de, egolatramente, ensalzar la valía de uno mismo. Utilizarla con sentido y por reconocimiento exacto del paladeo, de gentes variopintas con sus características, de pasares arremolinados que aparecen de imprevisto, de costumbres acumuladas que, al descubrirlas, aceptamos o repudiamos, y de ambientes sorpresivos por insospechados, o de aquellos otros que a fuerza de hábito encontramos correctos y hábilmente se acomodaron.
Nunca consideré oportuno hablar del sentir que no digerí con mi propio estómago y mis propias vísceras. Sentir, fuera cual fuese, ya me ensanchara e hiciera más grande el corazón animando a mi fantasía, o arrancara buena parte de mis cabellos porque me desquiciaba hasta provocarme una indigestión.
Primera persona, aunque… no confundamos, jamás desmerecer el ingenio y en la misma medida, la simpleza; las experiencias cotidianas, las interesantes o hasta las banales, que nos brindan otros.

tan sólo... 1ª personaPrimera persona:
El eje insustituible.
Un dedo o dos ojos que leen.
Una mente exclusiva con sus comos:

Como mastica.
Como comprende.
Como transmite.

Un jinete que cabalga impedido…
por más que lo pretendiera
se muestra incapaz de bajar de su montura.

Primera persona:
Un solo libro con muchos capítulos ya escritos
y otras tantas páginas en blanco
aguardando ser escritas por la vida.

Una voz sincera,
que por sincera resulta tan atrevida
como para desnudarse frente al resto,
desconociendo
pudores absurdos,
complejos anquilosantes
y vergüenzas;
las pocas, pocas, que suelen ser
naturales e inherentes
a las necesidades de la evolución
y las ajenas e impropias
de las cuales desconocemos
los porqué de su razón.

318-omu G.S. (bcn. 2015)

Apuntes de amor (XX)

«Nadie nombre su fin,
ni cite a los que, confundiéndolo,
lo trataron de ilusorio o de caduco.»

Siempre es reconfortante saber
que guardas para mí…

El beso

El beso «Gustav Klimt»

mil besos redondos
y un te quiero viajero tienes;
recogidos,
cuidado,
prestos para ser entregados
desde tu infinito femenino:
pálpitos de un corazón
que ganándole un pulso al tarde
supo despertar.

No sé como lo hice
pero mi mañana cabe dentro de este hoy
rebosante de ganancias y juguetes.
No me preocupan los espejos ni el tic-tac
porque reconocí tu señal como motivo.

318-omu G.S. (bcn. 2015)

Geología geométrica

geología geométricaPor un compás que traza placer (titulo compás a tu presencia),
circulo transfiriendo círculos imaginativos .
Olvidado de rodeos
salto directo a comerme tus triángulos,
sorber tus esferas y cuadrados
y descifrar tus hexágonos y rombos,
me alimento de todas las figuras
que alberga tu redondez,
de cada cuadro y perspectiva
que guardas -bajo llave íntima-
dentro del baúl de tus adentros. Sigue leyendo

Con «O» de ombligo

Todos probamos el elixir que demuestra
que uno representa sólo una parte,
y que los doses y treses viven siendo apariencia;
ante tal recuerdo rechazo
al ser de ser solitario.

***
Mecido dentro.
Semilla que flota próxima a las estrellas
pero degustando el líquido.
Presencia intrigante preparándose
para todo tipo de contagios.

Comí porque tu comiste
-moras, albaricoques, melocotones y fresas
y de los árboles prohibidos-
Bebí porque tu bebiste
-vino, rabia y amor,
leche, fealdad y belleza,
así como agua de mil fuentes-
Tus respiros fueron mis respiros
durante una novena de meses -sin faltar ninguno- Sigue leyendo