Y ellos, entre sobrias trazadas ríen palabras
y cantan parrafos que entrecruzan odio y amor.
Llenos de letras paridas entre influjos,
ellos, recitan pisadas.
Con la pasión que conlleva toda vida
puesta sobre la mesa, desbocada.
***
Recuerdo libros…
y quiero acordarme.
De sus sueños e ilusiones
y dramas y pasiones
quiero empaparme.
Grandes libros que se escribieron
renunciando al mismo tiempo,
aferrados al estoicismo
para poder ser,
padres de todos e hijos de nadie.
Y escogieron
dar cobijo siendo:
Huerfanos del olvido.
Acompañantes de viaje recitando verdades;
versos esparcidos por doquier.
De estos libros cuales reposan dócilmente erguidos (esperando)
o seducen tiernamente a la negrura de un rincón (recostados).
libros a la vista o libros al resguardo,
libros sabios que pacientes esperan…
A la mano del lector esperan,
abundando en experiencias,
sollozando tinta ¡encerrados hasta abrirlos!
tristes por estar olvidados
tras sus rejas de tapa blanda o de tapa recia.
De ellos, aquí;
como vida vivida o vida por vivir que son…
De ellos quiero acordarme.
Ellos, pacientes esperan…
Libros venidos por el golpeteo
de corazonadas que estuvieron
esquivas de la vida o enamoradas,
o bien sentadas y complacientes
o prestas al suicidio: torcidas y ladeadas.
Pero fueran como fueran esas corazonadas
fueron fieles seguidoras de esta vida…
Vida aguda. Vida punzante.
Vida agitada. Vida serena.
¡Vida!, ante todo
¡PROVOCADORA!
…Incitando a la pisada.
Vida, que le solicitas al pie que persiga al otro pie allá dónde vaya.
Vida, que mácula tras mácula permite
que la tinta impregne mi yo-hoy virginal,
mi árbol… de inspiración.
318-omu G.S.