Imparable



«Para qué ciegos (eludamos el desánimo)
Para qué sordos
disponiendo de una voz maravillosa todo presente: tal cual aspas de molino dando aliento»

Se mueve la vida…
como impulso incontenible.
Es ilusión innovadora
que atrapando el sueño más vital
en todo cree y a todo ensalza.

Qué es la vida, sinó una espiral irrebatible,
donde millares de seres y elementos
cambian su piel por agujeros
alternando su posado y su disfraz
entre dubitativos claroscuros
y la mejor fortuna cual trae naceres;
¡Ay! la vida:
Infinitos amaneceres
donde piernas y alas
sucediéndose al unísono
dentro de bocados y circuitos,
prenden son y trance
del verbo eterno.

… Y la gracia de este juego
es su ser de imperecedero
así como su ser de espíritu al combinarse
con la tierra consistente.

Luz en mi tierra

Amor se escribe con la tinta de la entrega. Amor es una obra inacabable donde no cabe el desastre o la extinción. Amo el cielo que me ampara, el hogar que me cobija, a los seres que me quieren, e, inclusive, hasta a los que me rechazan. No soy amo ni creador de nada, soy esclavo de un espíritu cual puede más que las palabras. Me dejo llevar por los vientos y arrastrar por las mareas (quisiera que como luz). Soy (seguro): ¡Presente!… Presente continuo. Constante… sin pausas ni interrupciones. Continúo, sin someterme a los códigos instaurados que fomentan fronteras; prosigo, intuyo que sin apartes ni suspensivos, preso de una calidez que me llena de emoción. Ante tu belleza inabarcable, vida: amor, sólo me cabe agudizar mis sentidos, abrir los brazos y darte las gracias, porque es que tanto musicas valses como boleros, funky, blues, folk, tangos, ópera, jazz y rock&roll.

¡Cuántos!

Mirar alrededor y contemplar la gran diversidad de formas, maneras y colores esparcidos —maravilloso, el universo, al ser el verdadero Dios cual ampara creación—. Cualquier mundo precisa de transformaciones porqué equivalen a progreso; la vida reclama variedad, pues, tras la amalgama de energías y sujetos, se ensancha el camino y prosigue el avance.
¿Por qué?… ¿Para qué la xenofobia, la discriminación y el racismo?. No somos el resultado de una única huella; somos el fruto de trillones de estrellas. Somos viaje que, a merced de los tiempos, abarca todos los espacios.

Magia universal

«Duren poco las sentencias y el extravío…

Pues la ilusión hará
que expirar no me suponga final ni perdición,
no hará que durante mi vida manden falsos preceptos
cuales dictan que la muerte equivale a aniquilación.»

**

¡Vida! no cejes de concedernos y de propagarte.
Empapa planetas;
renuévales formas y maneras:
Haz que siempre la piel luzca lustrosa
y que cada músculo
y que cada hueso
y que todo verbo
nunca llegue a silencio o a calavera.
Traza nuevas galaxias
tomando a la seda y al terciopelo.
Cuestiónanos las bases así como el epicentro.
Dale movimiento al total de los astros
en pos de obra maestra, fecunda e irrepetible.
¡Qué iustren tus semillas!
¡Qué ilustren tus vueltas!
Opta por reducir el vasto infinito
hasta la simpleza elemental
donde sólo manden aquellos respiros
que esbozan sonrisas —sé acerca de tu afecto—
hasta la sabiduría que opta
por darnos credulidad ante el paraíso
tras eliminar las restas continuas
y la destrucción que acaece
por condiciones superficiales y erráticas,
debiéndose a banales pormenores
cuales se disuelven al contarse
con reloj y bajo tiempo.

318-omu G.S. (bcn. 2020)

Por ellos (r)

Y ellos, entre sobrias trazadas ríen palabras
y cantan parrafos que entrecruzan odio y amor.
Llenos de letras paridas entre influjos,
ellos, recitan pisadas.
Con la pasión que conlleva toda vida
puesta sobre la mesa, desbocada.

***

Recuerdo libros…
y quiero acordarme.
De sus sueños e ilusiones
y dramas y pasiones
quiero empaparme.
Grandes libros que se escribieron
renunciando al mismo tiempo,
aferrados al estoicismo
para poder ser,
padres de todos e hijos de nadie.
Y escogieron
dar cobijo siendo:
Huerfanos del olvido.
Acompañantes de viaje recitando verdades;
versos esparcidos por doquier.

De estos libros cuales reposan dócilmente erguidos (esperando)
o seducen tiernamente a la negrura de un rincón (recostados).
libros a la vista o libros al resguardo,
libros sabios que pacientes esperan…
A la mano del lector esperan,
abundando en experiencias,
sollozando tinta ¡encerrados hasta abrirlos!
tristes por estar olvidados
tras sus rejas de tapa blanda o de tapa recia.
De ellos, aquí;
como vida vivida o vida por vivir que son…
De ellos quiero acordarme.

Ellos, pacientes esperan…
Libros venidos por el golpeteo
de corazonadas que estuvieron
esquivas de la vida o enamoradas,
o bien sentadas y complacientes
o prestas al suicidio: torcidas y ladeadas.
Pero fueran como fueran esas corazonadas
fueron fieles seguidoras de esta vida…
Vida aguda. Vida punzante.
Vida agitada. Vida serena.
¡Vida!, ante todo
¡PROVOCADORA!
…Incitando a la pisada.
Vida, que le solicitas al pie que persiga al otro pie allá dónde vaya.
Vida, que mácula tras mácula permite
que la tinta impregne mi yo-hoy virginal,
mi árbol… de inspiración.

318-omu G.S.

Caso «fe»

 

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«No existe mayor tisteza que la de reconocernos como seres estáticos. Inmensa es la necedad del ser que, creyéndose gigante, resulta ser mucho menos que enano.»

Parto.
Parto desde mis adentros
tras visitarme tanto ausencias como compañías y silencios.
Necesito padecer la virtud de la llama y el amanecer y el ocaso del eclipse:
Marchar de mí hasta sentir destrozados mis zapatos.
Necesito desfallecer en la vergüenza para encontrar la medida exacta de mi Dios (sin contraluces ni artificios).
Tocar con los pies desnudos el cielo que, manteniéndome vivo, me concede los deseos de «Más» y de «Despierto».
Hermano de los pasos y de las huellas que, animalescamente universales, salpican una vida con los aciertos que devienen tras los saltos y los vítores, y las caídas y los puñetazos, y los abrazos y los besos y las dudas. Hermano de una luna extraplanetaria, cual quiso acogerme tras presenciar mi búsqueda suplicante o los naufragios sufridos tras millares de derivas. Creciente, lleno, vacio o menguante… ¡Nuevo!. Alcanzo evolución y nuevo, al reconocer los lazos cuales, confesando identidad, tejen y tejen; y, al hacerlo, rompen la cáscara del huevo. Disfruto del enlace que embaraza al viaje inquebrantable. Te reconozco y me reconozco; y, debido a ello, convergo en sol para dar luz. Me siento reflejado tanto en una sonrisa de estrella como en una lágrima de sueño, mientras acepto las caras y los reveses sólidos durante mi pasar y gozar y pesar pragmático. He de confesaros que acepto como mi fe teológica la que entrañan las hadas y los duendes. ¡Creo en unicornios!.

 

Sí-Si…

Sí.
Si como ángel flotas sobre los desastres,
si como ángel descartas todas las miserias
renacerás en la orilla del río
donde se acuñan montones de certezas
cuales abolen los criterios y los límites
impuestos por los hombres y sus ciencias.
Si como ángel sobrevuelas los recuerdos.
Si como ángel interpretas las ausencias.
Si como ángel
eres mordisco o eres bocado,
eres pisada o eres huella dentro del cielo o encima de la tierra.
Si como ángel borras, de desiertos,
la quemazón inhóspita y sangrante de la arena…
Liviana será la edad.
No acorralará, tiempo ni lugar,
el movimiento de tus alas o tus piernas.
Retornará aquel lenguaje principal,
aquel hacer que torna real utópicas quimeras.
Si como ángel deshaces telarañas.
Si como ángel interpreta tu conciencia,
los campos se extenderán floridos,
al desvanecerse todas las cadenas.

Claro-ser

Seamos nubes que dibujan sonrisas mientras disfrutan del viaje que como baúl guarda cualquier horizonte.

Seamos jinetes que cabalgan alejados de obsesiones que maniatan, causas improductivas y razones que desafinen.

Seamos originales hasta el punto y… Seguido.

Cero distancia

«Cuándo troceado significa completo y es posible sentirlo todo.»
**
Si me preguntas acerca de la naturaleza que cabe en mi Dios…
Tiene una cuenta incontable de números.
Es entretenido;
Siempre está dispuesto
como juego sobre la mesa.
Nunca presume de imagen
aunque todo denota su presencia
-por lo tanto, es vulgar-.
Inclusive renuncia a separar de la dicha
a la Ceguera y a la Soledad.
Él:
Sonido y Silencio,
siempre compañía e ilustrativo.
Árbol.
Monolito.
Selva.
Edificio.
De alas
con piel o plumas
y también escamas;
no duda en tener tridente y tentarnos
para conceder la decision.
¿Dónde quedan las huellas sino en su muro?
¿Tendrá Facebook mi Dios?
Él continuará siendo
penumbra
contraluz
retablo colorido
que reclama sume mis actos
para ser tal cual y pintar.
Él:
Desnudo hasta las entrañas;
viste a la lluvia y al humo
de arte y de lenguajes.
O como aquel que ama su casa
anda en calzoncillos o pijama
abrazando cada elemento de su hogar.
Yo:
-Todavía sujeto a los remolinos propios de la edad-.
Aprendiz de lector.
Estudiante inexperto.
Intransigente e impaciente
porque escaso recorrido.
Alcanzaré la serenidad y paciencia
vertida, mayormente, por los tonos maduros.
-Confieso:
No lo sé, ciertamente.
Eso espero
¡ojalá!.

318-omu G.S. (bcn.2017)

Menos fieras

Porque aristas no quiero promuevo un mundo redondo: Balón que mientras gira enlaza, y empuja y empuja la rueda. ¡Ay. Ay. Ay!. Hay placer y hay salud cuándo encontramos un universo que traspasa la terca y nimia soledad del yo que, por ajeno al resto, se muestra estancado y gélido.
Cambio por sonrisas, abrazos y sueños, esa tristeza profunda que, inmersa en los corazones, converge en tantas miradas con las que me cruzo. Cambio: Distancia por comunicación. Palabrería por acción. Voluntad decidida por desesperación. Aspereza por dulzura. Polvo cuadrado por un infinito basado en la transmutación. Pero no deseo cambiar, ni la luz del agua ni la de tus ojos, ni la uva que pende de la vid, ni este brindis con el que pretendo ensalzar este vínculo de hermanos que sostiene el santo grial.
¡El circo también merece tener unos cuantos prestidigitadores!. Cuales, desdiciendo rechazos y pesadumbre, presenten los hallazgos convincentes cabidos en la similitud y las hábiles coincidencias.
Cambio razones matemáticas por lámparas «geniales» y alfombras voladoras que me lleven hasta el canto improvisado que gustan de escuchar los árboles. Canto; y este canto propone mañanas que sitúen calidez lumínica, donde habiten noches traicioneras que forjen jaulas y laberintos o blandan hábitos y vicios que se pasean entre sepulturas y con guadaña.
¡Hay demasiados motores!, vivan y perduren los cantos de los jilgueros y los ruiseñores. ¡Hay demasiados motores!, que comportan ruido improductivo, toxicidad enfermiza, un suma y sigue de decadencia y de horrores.
Porque no deseo razones ni demencia insalubre, atajo la senda de adultos que son pescados por anzuelos, cuales llevan nombres y fechas y hechos, que más que dar vida nos matan.
Busco el juego (dentro de mis adentros, quizás perdura la gracia de mi yo de chiquillo). Juego y comparto balón. Juego por saber que tengo voz; para cantar, para opinar, para dialogar y para reír… Juego a lo mejor… Y que hay de mejor sino vivir!.