«Universo, tú sincronizas las manillas del reloj,
posicionas las esferas de planetas
en ese lugar que les corresponde y donde caben.
Conformas, desde la nada,
invisible siluetas y voladores caminantes;
haces apuestas que rellenan de dibujos el tapiz
¡sólo cabe el admirarte!
A ti, universo: creación indominable,
manantial de versos sin lengua,
de señuelos indicadores
y de regiones insospechables,
no merece la pena pedirte cuentas
ni desdecirte, ni cuestionarte.»
**
De Dioses sumergidos dentro del polvo estelar.
De Hombres surgidos por la apetencia del universo
y desde las entrañas de un mismo árbol.
De Hombres y Dioses que jugando una partida
barajan edades, lugares y circunstancias.
De Dioses que, siempre en constante movimiento,
sufren la dicha de orgasmos galácticos.
Y de Hombres cambiantes
que tomando decisiones reciben el arte
de una fortuna con mil y un disfraces.
Poderosos, los dioses
observan cuántos toboganes hay por cada eslabón.
Poderosos, los Hombres,
sujetan las riendas de su caballo desbocado.
(Somos Agua, somos Roca, somos Brea, somos Viento.
Somos vigilia y somos sueño.
Somos un baile hecho con pompas de ilusión.
Podemos ser un eclipse de invierno
con la primavera como intención.)
Ambos, Dioses y Hombres, hechos y repletos de misterio,
saludan complacientes el tránsito,
tarde o temprano, tras degustar tantas caras como cruces,
terminarán satisfechos y riendo
al reconocer cada faz de lo banal
y beber del elixir de lo más simple.
Ambos: Creadores, tan crueles como magnánimos,
ambos saben acerca de las canciones de la lluvia,
al respecto del agradable peso de la lluvia y sobre sus besos.
Ambos saben acerca de montañas
y también acerca de castillos
que se los lleva el viento igual que naipes.
Ambos, reconocen al tiempo
como juez, verdugo y ley,
como la única certeza que situa y que corrige.
Escucho…
Cuándo sueño y cuándo despierto
mi alcoba está inundada de Dioses recitando verdades
que por desdecirse de mentes, sistemas y diccionarios
engrandecen todavía más el camino y son más verdades.
Escucho…
una cascada interminable de sonidos
que equivalen a mariposas en mis adentros.
Porque giro y giro, al son de esa llave de sonidos
torno a ser voz acertada,
esa aurora primaria cual ni tiene nombre.
Y el hombre percibe, durante su andadura,
cada copo de energía que a todo conforma.
Y los hombres huelen a Dioses y los Dioses a Hombres.
Todos ellos mutan y permutan,
se resisten y perduran,
como cerezas, peces, granito o alondras…
Allí, más allá y aquí…
en todas partes disponiendo de idéntica brújula,
una brújula construida a fuerza de naturaleza
que da Dioses y Hombres dentro del Mar;
Los Mares son sonámbulos a cuales les encanta
seducir aquellas estrellas que indiquen el rumbo,
en pos de salpicar solamente esperanza.
El universo recita Aire
cual aspira soles y nubes de una manera insaciable;
Aire conformando sueños que han de levantarse
desde la lava y el polvo,
que han de surgir para derretir a la escarcha
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Imparable
«Para qué ciegos (eludamos el desánimo)
Para qué sordos
disponiendo de una voz maravillosa todo presente: tal cual aspas de molino dando aliento»
Se mueve la vida…
como impulso incontenible.
Es ilusión innovadora
que atrapando el sueño más vital
en todo cree y a todo ensalza.
Qué es la vida, sinó una espiral irrebatible,
donde millares de seres y elementos
cambian su piel por agujeros
alternando su posado y su disfraz
entre dubitativos claroscuros
y la mejor fortuna cual trae naceres;
¡Ay! la vida:
Infinitos amaneceres
donde piernas y alas
sucediéndose al unísono
dentro de bocados y circuitos,
prenden son y trance
del verbo eterno.
… Y la gracia de este juego
es su ser de imperecedero
así como su ser de espíritu al combinarse
con la tierra consistente.
Claridad
Mi sol es debido a tu mañana
y aunque luzcan nubes resplandece,
que mejor que abrir las manos y agradecerte,
que mejor que abrazarte para sentir
tu-mi grandeza.
**
Crear.
Y en el presente
sólo una nota clara
sólo una mota
que disfruta del cielo
junto a la eternidad.
Mi fe está en crear y creer
en que la pisada humana
que ahora me pertoca
me concederá aquel resplandor
que hace bailar.
¿Dónde el horizonte que se me extravió?
Aquí
a tocar
dentro de este respiro.
¿Dónde aquella llave de mis sueños que se me perdió?
Sobre mi decisión, en nuestra voluntad.
Solo mi infinito sabrá…
pero no cejo,
pero prosigo el camino
con mi corazón como estandarte.
Sólo existe una aurora.
Sólo existe una hora que resulta espléndida para estar:
Paz.
donde se diluyen los ruidos
donde todo sonido suena igual que música
y así desmantelados los laberintos
estos perecen.
Entonces sé de la vida,
sé qué es la vida
cuándo comprendo la unión indestructible
y la simpleza, mostrándose magnífica,
contiene la libertad.
Sé de la muerte segura
de todas las circunstancias.
Sé de los cambios irrebatibles
que pecando de gloria
hacen que el universo gire
más lejos de cualquier verbo
que implique parar o destruir
la rueda de la vida
con su infinidad de gotas de agua.
Sé de tu aliento.
Sé de tus ojos.
Sé de tu sed.
Sé que guardas caricias
que paralizan golpes cuales cabría
destruyan albas sin compasión.
Sé acerca de todo esto,
y por siempre manda mi fe en el presente.
Mandan mis sueños.
Manda mi confianza.
Manda mi ilusión.
Dos caras (en tránsito)
«… mientras engullidos por el filo de ataduras
dadas, en la vida, por el acudir de algunos seres
y el devenir de incomprensibles ciscunstancias,
engendramos limitaciones, miedos y amargura;
convenimos en aceptar como reales
contenidos e imágenes confusas
cuales se adentran en nosotros, con sigilo,
hasta ajusticiarnos, igual que guillotina,
aunque fueran piezas falsas o distorsionadas
que dictan veredicto y restan elección.»
eclipse de sabores… (de tierra)
Barrotes… sufro del silencio incapaz de canto,
silencio que incluso se niega a la lucha
al estar apartado de la valentía y del pulso.
La saboreo… aunque repudie la hiel,
ahora me somete ¡amargo!
Paralizado; lejos de toda escapada.
Detrás de oxidados y sucios barrotes
forjados por aquel pasado
que vuelca pesadillas
y conviene en arremeter
dándome pesadumbre y miedos.
Dentro… Tan adentro como los siglos,
como los siglos y las galaxias y mis ancestros;
dentro hiela y hasta las bisagras chirrían,
así, lo mismo, que mis pensamientos y mis ilusiones
y cada uno de mis gestos.
Inmóvil. Desangelado. Pasivo.
Junto a todo y cercano a nadie
mientras la llave suena, gira y cierra
la vista de aquel amanecer por el que mi ser suspira.
lumbre de sabores… (de cielo)
¡Recuerdo mis alas!
Desempolvo aquel espíritu
que nos permite volar.
Albergo la libertad y la decisión
que capacita para salir del presidio
¡y destrozar el armario
que coronó tanta historia!
No existe mal imposible de reparar:
Renovar la posición y aptitud
y escoger el mejor vestuario para lucir
dentro de este maravilloso baile.
Lucir un espléndido corazón
y hacer honor a lo de ser Persona:
Abandonar la soberbia y la vanidad;
abrirle las ventanas y puertas
a la tolerancia y a la comprensión
¡transformar la rabia y rencor en amor!
y acoger al humano más universal
que abraza, suma y perdona.
Pasos del baile
Sonidos y Silencios vivimos —igual de fructíferos—
Si la intención estuviera en aprender
que importante es saberse alumno rodeado de maestros.
¡Aleccionados!
mientras los bosques y las cuevas
y los mares y montañas, junto a los vientos
musitan su prosa o recitan sus versos
así resaltando increíbles conocimientos
que restan parte de la inquietud que comporta
este ingrato afanar humano.
¡Libertad!
sólo en ti caben relojes compuestos de sol
cual no derrite ni descompone ni extinguirá
ninguna fe ni elemento;
así, cada instante siendo llave
al desestimarse razones, hoy tomadas por hombres
acerca de camino, construcción y tiempo.
Atmósferas y Sistemas liberan pájaros que asoman
tras mil trabajos y luchas
del todo, satisfechos, trinando e ilesos.
Culturas y Creencias fusionadas
son la danza incuestionable
que desvirga y fecunda a la quietud
para aportarnos nuevos mundos.
Lanzas hincadas, que padece el alma
aunque asomen hincadas en el pecho o los costados
lanzas son: el egoísmo, la avaricia
el rencor, el odio y el orgullo.
Poseídos por la ingratitud perdemos aquella virtud
que volcaría realidades maravillosas desde la fantasía.
Agradecimientos y rechazos.
Agradecimientos y renuncias.
Utopías sensuales y distopías inquietantes.
Y hay mazmorras con forma de panales.
Y existe miel dentro y tras los desiertos.
Y la decisión corresponde…
según suciedad o pulcritud
según voluntad o desgana.
Nosotros, antes y ahora y entre tanto
¡sujetos del Cielo!
Artistas de circo:
Piruetas y caídos sobre este lienzo
que se empeña en renovar los colores
esparcidos sobre su blanco.
Desde tinieblas
«Puede llenarse de mar cualquier planeta; porque el universo dispone y transporta la lava según corresponda sin temerle a la edad… La creación desconoce la impaciencia.»
Sonríe presente
(tiempo disponible
sin la angustia de la espera).
Comprende cada paso como alimento
camina atento
¡por cada paso se transforma!
mezcla tierra firme con alunizajes
y eclosiona.
¡Inhala profundo!
Ya despierto
desplaza las nubes
deshace sus bordes
y extiende sus soles
¡se reconoce!
ahora beso unido a la hierba:
pasto renacido.
Crece como futuro;
tras degustar el ayuno y el hambre
y saciarse con banquetes,
tras creer en nacimientos y extinciones
inexplicables para cualquier ciencia,
tras elegir ser probeta
desestimándose por entero
como caja de pandora.
Crece como futuro
por atender a maestros:
corazón y sentidos.
318-omu G.S. (bcn. 2020)
Instante
Nada más que amar el hoy
porque un hoy, Sí, está dispuesto
y dudar por «si un mañana»
nunca vale.
**
Camino;
el polvo fue tierra
y la tierra está repleta de trigo
¿Qué mayor muestra de amor?
Confiar en la vida;
percibir su infinidad de luciérnagas.
Mientras camino
sé acerca de los millares de fuentes
que sacian mis necesidades
sin estar enaltecidas por nadie.
¡Cuánto de ciegos y mudos tenemos!
Agradecer equivale
a tener un presente completo
y un mañana bien nacido.
Extender los brazos.
Abrir las manos, ofrecidos:
Sumados al universo
absorvemos el espíritu del sol
y recorremos las fases de la luna.
Somos humanos;
y antes roca
y antes aire
y antes madera
y antes fuego
y antes agua
en busca del océano
… si dentro de una burbuja…
falta espacio.
318-omu G.S. (bcn. 2020)
Frontera
Porque mis anhelos…
Porque mis suspiros…
Porque mi placer se prolonga
gracias a este don pasajero
con traje y maneras de hombre.
Porque la creación persiste
en saludar y darme cobijo;
y hasta proseguirá conmigo
aun traspasado aquel umbral
que asociamos con despedida
pero suma siendo, otro viaje.
Descorrer las cortinas
frente al amanecer sorpresivo.
Superar las nubes que convocan
la carne, la mente y los huesos.
Desenmascarar patrañas:
doblegar epitafios.
Abrazarme la madre de todos los seres
de todos los vacíos y de cada esfera;
la paridora infatigable
¡fiel amante!
que copula, desvergonzada,
copula, abona y transforma,
desconocedora de calendarios.
¡Maravilloso!
asomarme de nuevo a la vida
tras darme su pecho…
desde los brazos de la creación.
318-omu G.S (bcn.2020)
Voces continuas
Desempolvo razones y espacios
y sus raíces esconden, luces y sombras;
brea dando lumbre al recorrido,
ambas son múltiplo de miel y polinización.
Todos los caminos devendrán como ceniza
tras su quema inevitable,
así resurgiendo ramas, flores, frutos y hojas
¡Hawaii espera!
Son tantas las pócimas y los influjos.
Son tantas las burbujas que retozan
sabiendo a creación.
¿Dónde la gloria?
Aquí, en la fuente.
Surge desde la sencillez más humana
y la lápida más ancestral,
lejos de Sodoma y Gomorra.
Tras beber…
Desprendernos de invasores.
Acunar hasta que creciera el hijo
solidario y comprensivo
que siempre anduvo con nosotros.
Honrar la budeidad que respeta la vida
hasta librarnos del karma y convertirnos
en células pacíficas de luz.
Tras beber…
Adquirir el juicio que merece visibilidad;
y que éste penetre e inunde
la cara oculta de la luna y toda trastienda.
Recobrar y sentir
la majestuosidad del cielo;
vernos, como árbol, ante tal espejo
¡alzándonos desnudos!
318-omu G.S. (bcn. 2020)
Tras zancadilla (Provocación)
El dolor se adhiere a la muerte
—irremediablemente—
La muerte deja rastro
su agudeza destroza los timpanos
produce sordera a la vez que alimenta.
—Cuándo (siempre) converso con los que marcharon de esta tierra
(ante su virtud) desprecio la confusión, la derrota y el ocaso
asciendo-desciendo hasta una fuente repleta
de comprensión y de dialogo (¿será la luz que tantos mencionan?)
Vosotros ¡maestros!
Vosotros: los que ya cruzásteis el salto—
¡Ay, de la muerte!
Ay, de ese dolor embravecido
que se aferra al corazón como eclipse total
y desentendido de condiciones y rangos
me abre las venas sabiendo a suicidio.
Es frágil la carne…
se desmenuza hasta llegar a ser nada
sin hacer falta cuchillo.
Cuanto de desprotegida queda el alma
ante las señales elementales
que transitando por todos los espacios
nos sumergen dentro de una mota ínfima de polvo
cual como por arte de magia
volverá a concederle rocío a la mañana.
318-omu G.S. (bcn. 2020)