Tras tres mordiscos de tierra
nunca desmerezco nada,
doy las gracias y canto victoria.
Recojo minerales a cada paso
Descubro mi esencia cuando observo la fauna.
Como gota de lluvia o como trozo de barro,
repaso el entorno que me es concedido
y alimento a la flora.
Tras tres mordiscos de tierra
separo y rasgo los velos
soplando fuerte las nubes.
Veo como nacen claros
cuando me siento ayudado
por razón y memoria.
Tras tres mordiscos de tierra
desentraño mil entuertos
y me invento trabalenguas.
Pincho como un niño ávido y travieso
burbujas juguetonas que el aire sostiene
mientras navegan y flotan.
Tras tres mordiscos de tierra;
sé de desastres que son eludibles,
y aquí persisten maltratando a la historia.
Sé acerca de maldiciones ancestrales
y supersticiones repletas de óxido
que ensucian entrañas y manchan las ropas.
Conozco penares cortantes
que degüellan cuellos inocentes,
y detalles que aún siendo perniciosos,
por insensato, el hombre perpetua y prolonga.
Tras tres mordiscos de tierra…
Es tanto lo bueno que he recibido.
Hay tantas maravillas esparcidas,
que por deberle le debo a esta vida
infinitos pedacitos de gloria.
318-omu G.S. (Bcn. 2014)