Decapitado.
Rueda mi cabeza
entre mil anuncios publicitarios.
Atraído por arquetipos
posicionados con imágenes perfectas.
Obligado.
Soy empujado
hacia el consumo desmedido,
me contamino y contamino.
Violado.
Hago y abuso mientras veo
como se llenan
solamente unas pocas manos.
Hipnotizado
por discursos bien medidos;
estructurados
tras concienzudos estudios
que con elegancia repelente
seducen más allá de entenderse.
Ejecutado
por unas cifras jocosas
que se jactan de precisas,
pero sé del todo
alejadas de la parte importante
de esta realidad.
Por las formas clasistas
que discurren con fecha de caducidad.
Por ese léxico escrupuloso
que descartando innovaciones,
abruma hasta a los catedráticos
que de saberes nuevos tienen afán.
Ejecutado.
Hipnotizado.
Violado.
Obligado
y decapitado…
Vago sonámbulo
-no sueño despierto
ni cuando estoy soñando-
Cargo, inconsciente,
con un montón de opiniones ajenas
y de criterios impropios
que pertenecen a un ente astuto y vil,
poderoso y macabro
que dirige y domina…
Que hurta la honra
del hombre común ¡y lo torna servil!
y lo sentencia a traidor,
a cómplice y culpable de atroces delitos
… y como regalo…
le otorga al sencillo ciudadano
cual se creía amo de sus decisiones ¡SER LIBRE!
el papel de sumiso; un rol que se perpetua:
el de esclavo.
318-omu G.S. (bcn. 2014)