Ya es la hora.
Quiero saber a qué se debe
tu interés por las letras y los apuntes,
la apetencia que tienes
por los disfraces, decorados y telones.
Deduzco que indagas las formas y rebuscas contenidos
pretendiendo componer.
Estrenar una obra que evidencie, acto tras acto,
la impresionante extensión que cabe en tu universo.
Ya va siendo hora de reconocer
que tu mundo nunca estuvo lejos de mi mundo.
Ambos absorbemos el aire como simples flautas
y sentimos como depende del tacto sensible
tanto nuestra guitarra como nuestro piano.
Sometidos al empeño
cruzamos puertas y cercados
engullidos por el hambre famélica que posee la vida
¡ somos sueño en constante vigilia !.
Transeúntes originales.
Mordedura y bocado.
Sólo somos bocas pidiendo agua,
habladoras y sedientas.
Descubriendo el placer repetitivo del interrogante,
de más gallos y caminos plateados,
de la inspiración surgida
tras equilibrios, golpes y vacíos,
conjunciones y aislamientos,
y el orden puntual que acomete
ya domesticadas muchas derivas.
Necesitar.
Depender de la incógnita y de la duda
y de que siempre quede pendiente un saber…
Otra cosa sería la petulancia.
Considerar que todas las casillas están llenas.
Las sorpresas canceladas al creer hallado el máximo conocimiento.
Eso equivaldría a llamarnos muerte y a renunciar a la obra,
a fijar una hora donde estar separados.
318-omu G.S. (bcn. 2015)