Apuntes de amor (XXVIII)

Nada grato: Despertarme y observar que tu espacio quedó vacío. Huelo tu almohada intentando que vuelvas. Eres la envidia de prestidigitadores e ilusionistas. Cercenas la ausencia; todavía estás. Escogí uno de los besos que nos dimos —efluvio mágico e interminable— para guardarlo dentro del más preciado de entre mis cofres: Bomba de sangre. Te llevo conmigo allí donde esté. Representas bonanza ceñida a la noche y anudada al día. Pierden sentido los pañuelos porque se evapora el adiós. Sobrepasaste el barro; significas eternidad.

¡viva la comunicación!