Baño de color caído
sobre la quietud que dosifica
el vigor de las brumas
y adorna la transición de las sombras.
Color parlanchín.
Color completando
la seriedad del silencio.
¡Esto es!.
Vuelta de tuerca y compendio.
Latidos asalvajados e indomables.
Saludos desperezados.
Amuleto degollando a la modorra,
colgado de mi cuerpo
y adosado a tu nombre, también;
como a nuestro espíritu y a cualquier alma.
¡Esto es!.
Hechizo que convierte
el aburrimiento y la mansedumbre aparente
que convive junto a la nada
en permutación,
en un baile imparable
donde danza todo lo existente
desvergonzadamente desnudo.
Que la vida que conozco
son silbares variopintos.
Un concierto inusitado
dentro de la inmensidad.
¡Sorpresa aguardando sorpresas!.
¡Esto es!.
Soplo vital.
Ajedrez ingenioso
donde vence la virtud que quiere
que los peones prueben a ser reyes.
Y uno abajo y luego arriba,
ya con termómetros y balanzas y brújulas perdidas
porque el triunfo pervive en cambiar.
318-omu G.S. (bcn. 2016)
Y en el cambio pervive el triunfo!! muuuy bueno 🙂
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… pero que poco divertido y nada revitalizador sería existir dentro de un «siempre igual».
Salud y afecto, amigo escribano.
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