Fuera de un eje

Aquel que fuera capaz de leer el sol crecido y la lluvia caída sobre los ojos de otros. Aquellos que, noblemente, quisieran acercarse y transcurrir dentro de crepúsculos y amaneceres que embistieron y amainaron dentro de corazones ajenos…
Hay quien puede resucitar el saber humilde que disimula su brío y hasta simula apagarse para que alcanzasemos las brasas y valoremos, de la llama, sus amarillos y azules y naranjas y rojos.
Existe una realidad que sostiene el entendimiento y la ecuanimidad suficientes, desconocedora de las suertes que pesan y miden siempre dándonos poco.
Lejos de paranoias y elucubraciones… Sorbo tras sorbo constato que crezco y cuándo cercano vibro.

¡viva la comunicación!