Estancados sobre el lodo

Ojalá los que reparten noticias mediando los diferentes canales de comunicación pudieran ser autónomos a la hora de opinar o discrepar; suele ocurrir, frecuentemente, que están sujetos a los intereses de esos pocos que dirigen, a su vez, a conveniencia de otros, nuestra opinión suele estar sujeta, sin saberlo, a esos medios de comunicación que esparcen noticias y corrientes de opinión. ¿Dónde la libertad? ¿Dónde el derecho a exponer según lo que nuestra propia moralidad, valores o criterio nos indican?. Vergüenza tendríamos que sentir cuándo permitimos ser manipulados y contribuimos a la sumisión de un pueblo y admitimos los condicionantes injustos que imperan dentro de nuestra sociedad y sistema.
A llegado una hora en que los extremos en que nos ubicamos denotan una máxima incoherencia: ¿Derecha o izquierda?. ¿Machismo o feminismo?. ¿Capitalismo o comunismo?. ¿Catolicismo, Islamismo o Judaísmo?. Términos con un significado que se utiliza según conveniencia, y sin que una mayoría nos cuestionemos, razón y significado en cada una de las exposiciones o acciones que se utilizan a la hora de determinar el punto exacto que representan.
Las líneas que nos separan nunca ayudan a llegar a buen puerto, sólo dividen en pos de aminorar la fuerza de empuje con la que podríamos esgrimir un cambio social hacia mejor.
¿Para que, sino, resaltar la imperfección e impurezas que se aúpan sobre el resto, en vez de remarcar la coherencia y grandeza que albergan otras ideas propuestas por parte de los demás, aunque parezcan distantes?. Sufrimos con un cerrojo que nos atenaza e impide avanzar, que nos impide reconocer la valía de las diferencias y variedad en cuanto a opiniones y credos. ¡Viva la fusión y la mutación e innovación cabida en la comprensión que facilita el poner corazón y oído!. Qué demuestra más vida sino la misma inercia propia de la creacion cual genera continuas novedades y cambios: Crecimiento y avance.
No marchamos (porque no les interesa a una minoría) en pos de encarar el camino enfocándolo bajo un prisma de cohesión; marchamos defendiendo y protegiendo intereses egoístas y pequeños, cayendo fácilmente en los tentáculos de las opiniones que son esparcidas para causar falta de integración, abstinencia de lucha y rechazo, así como la omisión de los deberes humanos que nos correspondería como tales.
Nuestra visión de camino y futuro es, igualmente, tanto obstinada como limitada; somos esclavos y deambulamos siendo sumisos de la voluntad de otros que manejan los hilos según les conviene. Eludimos anteponer resistencia y enfrentarnos a los hechos injustos que se suceden, al sustentar un miedo y una cobardía mayúscula. Nos conformarnos con esas migajas que convenientemente se les caen de los bolsillos a los que dirigen (conocidos y desconocidos: poder fáctico que pulula careciendo de nombre y sin rostro). Terminan por contribuir a que muchos seres pierdan la dignidad y agonicen con un dolor innecesario. Demostramos, en multitud de ocasiones, una indiferencia impresionante ante el sufrimiento que existe dentro de la vida de otros seres iguales, en cuanto a especie, y contemporáneos en cuanto a tiempo de disfrute sobre este planeta. Abstengámonos de cualquier crítica destructiva, así como de generar corrientes de opinión que no reportaran el entendimiento al respecto de lo valiosa e indispensable que es la unidad a la hora de encarar el mejor de los progresos.

¡viva la comunicación!