Cabe adentro

Llenar un hogar de alegría erradicando la ira, fruto del pasado, y cualquier dolor que atenace hasta el punto de encerrar: emanciparse de la miseria y de las enfermedades. Adornar este hogar con sonrisas y esperanza, en pos de avivar las ganas de crecer.
Y los lastres dejan de ser tales para convertirse en alas… Porque todo depende de la voluntad con la que se vive e interpreta.
Cuando los valores mandan, pues supimos encontrar los valores importantes cuales defender a capa y espada y a beso y abrazo. Y me di cuenta, restando pasado plagado de pesares, que te amaba y que nada valía más que la paz y el disfrute cabido dentro del amor. Y me di cuenta que el hogar puede estar entre cuatro paredes, pero también está dentro del corazón que cabe en ti/mí.

Igual que coral

Me llenan de vida esos abrazos recibidos que son entregados como si se tratarán del último: repletos de una fortaleza cual sólo es capaz de habilitar el amor… Así siento los de mi hijo y los que para contigo.

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¡Llegó!
Llega a sentirse como el arrullo del agua surgida desde un manantial: corre secando sedes y llena con una sabiduría que traspasa mundos evidenciando toda suerte vital.
Poder saber de él tras incendios y diluvios, tras ser decapitado y resucitar (no nací para vivir sometido o encarcelado por ninguna muerte).
Llega a poseerse cuándo abandonamos el frágil ser que somos nosotros mismos.
Llegar, tras ser filo de cuchillo, mente dulce y mente amarga, así como ojos de pan. Llegar después de agradecerle al infinito que me acun(ñ)ó las formas y el contenido de los caminos. Llegar tras agradecerle al vocabulario versátil y simple de la naturaleza próxima su sinfín de onomatopeyas. También agradeciéndole a ese propio mío holocausto que me demostró que enseña más que tanto la suerte de ser vencido. Así recorro esa senda en la que me entrecruzo una y cien y mil veces contigo: acto de fe, verbo de amar.

«Y hasta el último instante se mantengan nuestros sueños, como realidades alcanzables cuales precisan del empeño.»

Agradecer la sonrisa del día sin desear añadir o restar, sin pretender ningún cambio ambicioso que vaya más allá de nosotros.
De cerca nuestra mirada abarca limitada. De lejos acogemos amplitud: se multiplican las perspectivas, vemos caminos ni antes vistos, somos igual que aves a las que, extendiéndoseles el cielo, disponen de otros lugares donde anidar.

Luz en mi tierra

Amor se escribe con la tinta de la entrega. Amor es una obra inacabable donde no cabe el desastre o la extinción. Amo el cielo que me ampara, el hogar que me cobija, a los seres que me quieren, e, inclusive, hasta a los que me rechazan. No soy amo ni creador de nada, soy esclavo de un espíritu cual puede más que las palabras. Me dejo llevar por los vientos y arrastrar por las mareas (quisiera que como luz). Soy (seguro): ¡Presente!… Presente continuo. Constante… sin pausas ni interrupciones. Continúo, sin someterme a los códigos instaurados que fomentan fronteras; prosigo, intuyo que sin apartes ni suspensivos, preso de una calidez que me llena de emoción. Ante tu belleza inabarcable, vida: amor, sólo me cabe agudizar mis sentidos, abrir los brazos y darte las gracias, porque es que tanto musicas valses como boleros, funky, blues, folk, tangos, ópera, jazz y rock&roll.

El asceta

Arriba, allá en la más alta de las montañas, junto al derruído pueblo ya por años abandonado, vive con severa austeridad un ser que, aunque vivido e ilustrado, se volvió loco. En la cueva donde vive sólo cabían el grave dolor y una gran tristeza, dada por pena; intransigente, el fuego del desamor quemó, hasta tornar ceniza, mediando la amarga desdicha, igualmente sus creencias como ese alma suya de romántico y poeta. Como únicas pertenencias, sus cinco sentidos y sus harapos; él añoró y añoró cualquier brizna de polen que le reportara nacimiento y flor a su tierra yerma.
Debido a su nobleza e insistencia terminó por aprender bien la lección; besó la libertad que se aparta de toda propiedad, halló su fe en esa identidad. Se entregó, como en infante comunión, al intachable común denominador que forja creación y le concede vida a todo. Le invadió una lucidez desmesurada en la que no cabía nada por preguntarse. Vivía satisfecho, ya desatados los lastres del pasado; vivía agradecido y satisfecho disfrutando la simpleza maravillosa de su presente. Adquirió pericia en el arte que conjuga al hombre que era con los mismos duendes.
Demos por bien preguntarnos que significa resurrección… Cuántas de ellas caben durante una vida. Suele pasar que cuándo una ventana o puerta se cierra otra se abre… Tomemos la mejor perspectiva y observemos cuántos y cuántos son los alimentos de que disponemos, No seamos impacientes y desestimemos al derrotismo y el desespero. Jamás olvidemos que… ¡La vida nos quiere!.

Cada nacimiento ensalza a la vida;
esta vida que canta, como pregonera,
mientras amamanta y escoge.
Avivamos la llama;
siendo leños damos lumbre
que esparce colores.
Somos descubridores inexpertos.
Somos viajeros adentrados en muchos trayectos.
Indagamos el sí rotundo de toda existencia;
buscamos entre fronteras y encrucijadas
el éxtasis y la culminación.

La edad del aire

«El amor es conocedor de todas esas llaves maestras a las que no hay cerraduras que se les resistan.»


Suerte de globos
cuales dentro de las habitaciones
delatan la gracia de la ingravidez
mientras flotan juveniles y sonrientes.
Como en sueño —mi niño—
los ojos contemplan las estancias
ambidiestras e imaginativas.
Y en mi mirada
y en tu mirada el brillo maravilloso
de la inocencia nunca perdida,
al engalanarse nuestro día
con fantasía e ilusión renovadora.
… Tomando principios inmortales
interpretamos fortuna colorida
tal cual pájaros sobrevolando
un amanecer
que desestima la extinción.

Secuencia interminable

 

Sentir la magnitud de los elementos.
Tras el abandono
de leyes y dogmas, Comprendo.

Millares de mensajes de Amor viajan, eternos e infatigables.

La humanidad supera sus límites; avanza, venciendo hecatombes, por acogerse a tales lechos de vida.

Bien pensando, yo me asigno el deber de percibir multitud de expresiones que se muestran.
Maduro al comprender, con el fin de valerle como alimento y abono a esta tierra.

Amando letras mayores y también minúsculas… prosigo.