(I)
aceleras mi pulso, invades mi corazón
muerdes las venas que me dan cordura
abatiendo murallas silencias flaquezas,
tercias la paz agotando sucias guerras.
Hasta glorificas salpicando los estadios
en los que el temor austero e impávido,
no quiere alejarse, anda aferrado a mí.
deja ya de estrangularme,
renace el agua de manantiales,
en que se pierden las horas de los días.
Entonces… se agotan riendo, todas,
todas las tristezas y las melancolías.
El tuyo; cruza serpenteando,
rematado con seda,
y el ciego recupera la vista;tu ofrecimiento sana sin más.
Eres melocotón en el árbol,
brinco para poder a ti llegar.
Es que eres nacar plateado,
brillas como delirante palpitar.
Tú: Tiempo despierto
y razones conscientes.
(IV)
Nacido por el sortilegio juguetón del amor,
resuenan en él, los amables tintineos.
Campanas perladas hablan bailando
entre paredes aireadas, bajo el azul del cielo,
recitan pasando por antiguos y nuevos escenarios.
Campanas: Pregoneras nada mudas
exentas de silencios,
cuentan sobre el nacer de este hoy.
Todas juntas, suenan a la misma hora,
anunciando lo único,
lo que más pesa tras sopesar un camino,
lo escogido, aquello que vale una rendición…
Ser principe enamorado, y tú mi princesa,
y tener como único y preciado reinado; nuestro amor.
¿Te acuerdas de la ceremonia?…
Desnudos pidiendo juntar las esferas,
impregnada estaba de amor esa entrega;
mansa y agitada,
equilibrada y sedienta de gozo la entrega.
La entrega confesa, con sus manos cardando
una lana lunática que posibilita y calienta.
Que reconforta igual por dentro que por fuera,
que riega y abona,
que es columpio que a ambos,
sin angustias ni esperas
ya mismo nos balancea.
¿Te acuerdas que no soy de nadie?…
Más que del mismo y único pétalo,
que ahora se abre y antes estuvo cerrado,
hoy soy de este rocío perfumado
que exclusivo posees; tú:
Extraordinaria y vestida de flor.
(V)
Sólo me place reir y cantar contigo.
De las tristezas sacaremos sinfónicas alegrías,
seremos músicos componiendo; escogiendo las notas.
Con la melancolía rasgaremos los trapos viejos
haremos puro flamenco,
Decoraremos aquellos rincones aburridos
o vacíos con la tela que resguarda
un nacimiento, nuestro firmamento con sus albas.
(VI)
Vierto sobre ti el jugo de mi vida,
el mismo que dice contando
lo que aparecerá desde la nada
para engrandecer lo que ya esta.
Porque sé que eres luz falta de ocaso
y universo florecido…
Allá donde todo termina, eres lo eterno.
Eres infinito incandescente.
Rocío que humedece con caricias.
El olvido que de vuelta resucita
a la mejor de las memorias.
Eres prado en el que descanso
preso del gozo y la libertad.
Tú: raiz que alimentas.
Yo: hoja alimentada.
Si tú eres viento yo soy nube.
Si tú eres mar yo soy ola.
Si tú eres tierra yo soy piedra.
y si tú eres sonido
yo convengo en ser caracola.
Pido una estrella de la suerte,
prendida sobre nuestro cielo,
pido que esté siempre lleno
de alegría nuestro hogar.
Si tú eres desierto yo soy duna.
y si eres un bosque soy matojo.
Si tu eres selva cuelgo como liana,
y si fueras calle me ofrezco
para recogerte siendo baldosa,
y así, en cada una de tus pisadas,
a tu lado poder marchar.