Solo, sólo aquí siendo:
sólo un simple trino que acompaña.
Sólo un gesto inherente del pasado.
Sólo un fugaz acento del presente.
Sólo un leve soplo para el mañana.
Solo.
Creo que sólo eludo
la razón de los tiempos,
para con absoluta seguridad
llegar a predecir;
la existencia continua,
a esta vigilia eterna que me aguarda.
«Solo auguro mis propios pasos
y me embarga la compañía,
al hallar los de muchos otros
ceñidos a mi suerte misma.»
Tan solo necesito del descanso
para poder seguir sembrando cada una de las semillas
cuales resultan ser todos mis actos.
Sólo quiero soñar para resultar cabal.
Sólo preciso errar para ser perfecto.
Pues debe de tener una mácula el blanco
para que el «taijitu» deviniera completo.
Aquí converso con un compendio de lenguas bífidas.
Aquí contemplo el blanco y los negros;
la salud enrarecida por los vicios
y la virtud desencallada mediante el mal.
(Desde el circunstancial de las experiencias
amanece el saber que auspicia a los conocimientos.)
Solo, sólo aquí siendo;
un simple hombre imperfecto,
un hombre con alguna virtud,
porteando más de algún defecto.
A merced de los astros,
a merced de los cielos,
yo igualmente cabalgo,
tan locamente lúcido,
como juiciosamente preso.
Entre la dualidad que rezuma,
(cual la misma habida en fruta madura
que dulcemente se agría),
este hospitalario planeta.
Dualidad que despierta dudas
y solivianta reflexiones,
que al someternos a cuestiones, innova.
Tan solo como una gota de lluvia dentro del mar.
(Nunca quieto).
Inmóvil y estéril…
al ser atenazado por mis propios miedos,
Próspero y fecundo…
si cuando escucho atiendo,
y cuando atiendo sopeso.
(Prefiero que se pose mi esperanza en la carcajada.
Escojo tener limpio el saludo de mi pañuelo.)
318-omu G.S. (Bcn-2013)