Me levanto y caigo.
Caigo y me levanto.
repito dicha secuencia infinitamente.
Se hacen y deshacen los instantes
igual que dibujan incesantes
desleyéndose las nubes,
albergándose como un soplo
sobre el sobrio lienzo que es el cielo.
O como cuando brotando la espuma corona
el ondulado movimiento de las olas
así blanqueando sus azulados arpegios.
Formo parte de una partitura
y adopto maneras de instrumento;
ya sea de cuerda: guitarra
o flautín alimentado por el viento.
Cualquier sonido significa impulso.
Agradezcamos los bastos o las espadas,
los relucientes oros o bien las copas;
nada puede reconocerse como un triunfo
si antes no yacimos junto a la derrota.
Ahogo y respiro.
El telón más oscuro.
el pozo más seco.
El fracaso más amargo.
Un ocaso. El declive.
Un lado y el otro;
confunden, marcan opuestos.
El alza máxima. La victoria.
La innovación creativa…
Cúspide es la matriz del universo.
Ahogo y respiro;
ambos aleccionan como meta.
Ahogo y respiro;
no puede acomodarse un adiós
sin antes amanecer un saludo.
El ayer o un final sólo existe
cuando un hoy altivo
lee el libro de los tiempos.
Caben tantos principios
como flecos airea esta vida.
¡Hay resurrección!.
¡Hay renacimiento!.
La muerte, para existir precisa;
de dos brazos que naden vitales.
De unas piernas que incansables recorran;
cultivos. Campos abiertos.
Laberínticas y ociosas ciudades.
Cimas, (aparentemente inexpugnables).
Precisa de aliento, de lenguas y dientes,
de huesos y carne,
precisa de amantes y besos,
precisa de vida.
… Y el día, constante, se bebe a la noche.
Como así mismo, la noche,
luciendo chistera de maga,
hace desaparecer los intensos colores.
318-omu G.S. (Bcn-2013)