Cada uno es fresco renacimiento

 

Cuánto más contundente fue la equivocación

– aquellos actos irrespetuosos

que dañaron a otros –

(tragedia: Incendio. Muerte.

Desastrosa debacle.

Sufrimiento espartano),

más sincero debiera presentarse el perdón.

 

Un perdón es humilde y digna suerte.

Sólo existe de veras

cuando reafirmándose honesto

reconoce su hacer responsable.

 

«Noble es la aceptación

y el reconocimiento

de nuestros propios monstruos.»

 

Cuándo el perdón faena la tierra

las cosechas resultan tan prolíficas

y ofrecen tantos frutos los árboles,

que los repartos son equitativos

logrando al fin castrar;

la desdicha y la muerte,

de los hombres, el hambre.

 

Pedirle a alguien perdón

visto tras una perspectiva de cocina

quizás se asociaría:

con esa mano experta que gira la sartén

sin derramar tan siquiera

ni una pizca de tortilla.

 

Un perdón es capaz

de quitar las difíciles manchas

de sábanas usadas

y de zurcir hasta dejar impecables

apartados y viejos manteles.

318-omu G.S. (Bcn. 2014)

¡viva la comunicación!