Burgueses y realeza.
Lacayos y bufones,
saltimbanquis y plebeyos;
precariedad junto a excesos
¡descompensación!
Manjares y vino.
Música y danza
junto a orgías y borracheras,
todo ello, dando juego
a unos pocos invitados,
comensales que disfrutan del banquete
siendo seres distinguidos dentro de la perdición.
Molino que trilla la harina de trigo,
luego, cocida tras ser amasada
¡sudor tras sudor!
Agua hirviendo en el caldero
con unos pocos huesos y despojos.
Ropa roída y mendigos hambrientos,
faltos de hogar y cariño,
de atención y de miembros,
esperando misericordia en las calles,
a los pies de la exuberante escalinata
de una iglesia ostentosa,
y… pasando frente a ellos,
leyes estrictas e intimidadoras,
-humillaciones y vejación-
trajes y túnicas despreocupadas
del destino que les regalan con su actuación.
Cartas lacradas con algún sello importante
de tampón o de anillo: firmas
que pasean al galope o en avión
remarcando directrices.
Hoces removiendo la tierra
y azadas que abren el paso de semillas
que seguro darán espléndidos frutos,
cuales los pobres cuidan y recolectan
pero que los poderosos y ricos disfrutarán.
Manos endurecidas, músculos doloridos y huesos gastados.
Pies descalzos que caminan fríos y embarrados
mientras mil zapatos que nunca se usan
dormitan en un desván.
Impresionantes mausoleos venerados
por tradición o por condecoraciones,
y cadáveres desperdigados
¡lejos de honra, fuera de tumbas!
que por nadie, jamás, serán señalados.
Pasan los siglos pero la verdad oscura prosigue arraigada.
Dolores presentes, antes y ahora.
Ausencias prontas e innecesarias.
Golpes, violaciones y muertes.
Diferencias e injusticias
y categorias con membrete.
Cadenas de montaje; enormes fábricas.
Multinacionales despiadadas e inflación
¡desajustes! oferta obligada
y demanda insostenible.
Obreros mal pagados y sometidos que reclaman
sueldos justos… tachados de impertinentes.
Empresarios millonarios
que aquejados de gula y ambición
no se detienen a valorar la razón humana y ser consecuentes…
así engullendo la felicidad de tantos hombres.
Siempre insatisfechos,
mastican y engullen y engullen
e indigestos enferman;
por irresponsables, sufren disimulando
deshonran su estirpe y matan.
Individuos que defienden y fomentan
las reglas amañadas de una economía capitalista
y los poderes que por defecto dicen ostenta la democracia,
cuales defienden, mentira tras hurto y dolor tras mentira
a expensas de ser enterradores cavando tumbas;
faltándoles la «C» de coraje, la «C» de cojones.
No se atreven a hablar.
No se atreven a modificar.
No se atreven a condenar como debieran las injusticias
porque ellos forman parte de esa podredumbre corrupta.
Saben y callan.
No se atreven a hacer frente y señalar
a las descarnadas bestias
que devoran la salud de nuestras familias
mientras piden más y más carnaza.
Son corderos, sumisos y cobardes,
que sólo balan, comen mucho pasto
y no dan ni leche ni lana.
318-omu G.S. (bcn. 2015)
Muy, muy bueno.
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Agradezco tu paso.
Un abrazo.
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Un abrazo.
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