Cafés a cincuenta céntimos
y copas del mejor alcohol a tan solo dos euros.
Sillones acogiendo personajes ausentes
o descaradamente dormitando sempiternos.
Ridiculez.
Desfachatez.
Aplausos de feria.
Dos mil euros de paga
por ir a jugar partidas en la tablet
dentro de la sala del congreso.
Atacar al oponente directo
hasta desbancarlo y darle entierro.
Desmenuzar ideas
de forma incongruente,
poco práctica, rocambolesca.
Dividir en vez de aunar.
Servirse sordos según convenga.
Desmerecer las propuestas de otros
que comparten y alternan estrado,
porque sus siglas no concuerdan
con la elección preferente e interesada
que se hizo para el casamiento.
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Elecciones a tocar. Cotorras repitiendo un discurso de prosperidad venidera repleto de falsedad. Una Venecia que carece de calidad y antigüedad artística; una Venecia falta de canales y góndolas. Y, nosotros, OBREROS asalariados, sujetos a sueldos mínimos, padeciendo restricciones, asumiendo pagar la deuda de las empresas privadas que por incompetencia e inoperancia, deambulan medio fallecidas.
Nosotros, hormigas del progreso, hormigas del norte, con más de un veinte por ciento del poder adquisitivo ya perdido; arrastrados por una corriente pueril de pensamientos contaminantes que no cejan de verter residuos.
Nosotros, OBREROS: brazos y piernas y brazos y mentes entregándonos al esfuerzo constante y diario. Luchando por mantener la dignidad. Desanudándonos del suplicio que nos imponen. Sudando la camiseta y batallando.
«Somos coro que debe cantar mucho más fuerte que los gallos que confunden su noche con nuestro mañana.»
En este camino sistemático e irrebatible de correosas cadenas, va quedando relegado al olvido tanto de imprescindible. Nos vemos obligados a acomodarnos sobre un hábitat donde se mezclan la angustia de unos con la indiferencia de otros; los oídos, las mentes y los corazones sordos -simulando autismo- con el llanto y el dolor y los músculos menguantes que ya apenas responden a la labor y unos huesos que se arrastran gastados y enmudecidos -enviados- yendo a conquistar la derrota segura, marchando directos hacia el polvo y la muerte dentro de una vida que pudiendo ser maravillosa aparece para muchos algunos, sólo siendo sepulcro.
Nada le importan a él los dolores de una tierra; a este sistema capitalista que omite el verdadero significado de humanidad, e imperando y negando alternativas, parece olvidar las coordenadas más eficaces para el avance. Convive sin asumir los despropósitos que acarrea, su necedad. Urde planes, olvidando que un extremo del planeta va asido de la mano del otro. Que las latitudes y los hemisferios solo sirven en los mapas; éstos términos no consiguen separar lo suficiente el futuro con la correspondiente realidad que recaerá sobre todos juntos.
«Somos coro que debe cantar mucho más fuerte que los gallos que confunden su noche con nuestro mañana.»
Unos les llaman ‘casta’, otros ‘poder perpetuo’, tu les dices ‘autistas’, pero en el fondo son siempre los mismos, unos vividores, estaría bien unificar su denominación, por ejemplo ‘cabronazos’
Salut, amic
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Opto por ver pocos informativos (abduyentes). Se me regiran las entrañas cada vez que valoro lo que sucede en este planeta mientras se desestiman tantas opciones que serían sumamente eficaces para ponerle remedio a este sistema cruel y desesperante.
Todo pasa por ser capaces de: o hacerles reflexionar y que adquieran una conciencia renovada que desestime la locura actual de directrices económicas, o por atrevernos, de unba vez por todas, a usar uñas, palabras, corazón, almas y dientes… y desbancarlos.
abraçada. Plaer tindret aprop.
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