Pregono como magnífico
este, nuestro genérico recorrido:
Pecho-Espalda.
Lengua-Cuello.
Suelo-Silla.
Cosquillas de pies y cabellos
¡Roce. Roce!.
Roce, de salto en salto
devastando imperios
y que durante el asalto de cuerpos
incluso se reblandece
la dura resistencia de los corazones.
¡Cu-Cu!
Concurren las superficies
con los poros abiertos:
Lento y suave.
Fuerte y hondo.
Dentro-Fuera
Arriba. Arriba.
¡Vigoroso!.
Danzan las ramas
entre un canto de susurros
hasta el punto álgido donde nace
el viento propio de gemidos.
¡Cu-Cu!
Acepto compartir el placer jugoso
de los líquidos minerales.
Vienen.
Vienen cuando voy y cuando acudes a mí
aunque no te llame…
aun todavía sin pedirlos.
Reconozco, limpio, limpio.
¡Cu-cu!
Sultanes por la riqueza encontrada
dentro del baúl que son cuerpos.
Y en la calle, harenes
para hombres y mujeres
cuales atisban la gracia y el gozo
por el que aparecemos, hoy, degustando
tras gestación y paridos.
¡Cu-Cu!
porque hubo y hay hombre
y está la mujer.
318-omu G.S. (bcn-2016)