Indago
como individuo curioso
soy un peregrino osado
que husmea, afanoso.
Tengo:
Un alma aferrada al infinito
que elude fijaciones insustanciales
y creencias perjudiciales
que condicionan porque mandan.
Esquivo
cruces que perderan sus motivos
al caer en el olvido
aconteciendo, pasajeras.
Tengo:
Un cuerpo esporádico
que se lamenta de los lenguetazos de la arena…
que a merced de la erosión de los tiempos
contemplará como caen todas sus banderas.
Tengo un cuerpo
que disimula y confunde
y aparenta ser tanto
para quedar solamente siendo;
trago corto
un trazo leve
ocho lunas
cuatro lluvias
y nueve soles,
poco menos que un soplo
que sin remedio
se llevará la nada.
Un cuerpo:
Vapor diluyéndose.
Instantánea sin retorno.
Agua que durante el viaje
aparece como tierra lejana.
Puestos a suponer…
Escojo disponer
de un espíritu jovial
que traspasando puertas
y saltando circunstancias
y abatiendo los límites
abrirá ventanales.
Cual ha de responderle
a cualquiera de los carruseles
con mirada agradecida
y sabiduría paciente,
apartado de prisas,
falto del rencor y la furia
que destruye con saña.
Mi figura —transparente—
sabrá estar en pie,
ha de superar vientos y relámpagos
así como la forja y oraciones.
Superará materias que se derriten
adeudándole a tres vértices que esparcen
efluvios esenciales
con tendencia adelante y sabor a mañana.
318-omu G.S. (bcn. 2016)