De par en par

Levar anclas.
Elevarme y abandonar
encrucijadas malditas
y laberintos construídos
solo con palabras.
Dejar de vivir, celoso;
guardando bajo llave
todos los tesoros.
Ausentado de la gravedad
susurrarte despacio al oído
«quiero ser tu cómplice».

¡viva la comunicación!