Retales humedecidos (I)


Permíteme repasar la lección
contenida dentro del placer
que auspicia tu cuerpo.
Permíteme saciarme
y hasta sentirme vencido;
ser ladrón cometiendo delitos
y robarte los jugos,
mientras escucho como rompes las palabras
invocando a mis acompasados envistes
al significar con gemidos
incluso deleitando a la nada.
Permíteme, de nuevo apreciar el dulce saliveo
que inunda desde mi boca y cada uno de mis extremos,
a mi alma y a mi sangre
y por completo rellena
cualquier vacío cabido
dentro de los espacios de mis entrañas.
Permíteme morder con suavidad medida
la frutal y mortal esencia que hoy tu cofre resguarda;
la que vuelve loca igual que desboca
toda razón que sujeta normas y tiempos
y a mi mente y mi lógica, las seduce y acalla.

318-omu G.S. (Bcn. 2014)

Acerca de tus puertos y algunas aguas

MARIA GOMEZ

 

Como seda, mis labios,

relamen el caramelo de tus cúspides;

resbalan por un valle afrodisiaco

besando las laderas de tus senos.

 

Como abejas, mis dedos, recolectan el polen;

te aprietan la cintura y tu ombligo circunvalan,

sujetan y descifran tus sinuosas caderas

y se rinden al tacto de tus nalgas,

antes de visitar la humedad de aquel cielo

que tu suave entrepierna bien resguarda.

Un cielo que a su vez es voraz puerto

donde, seguro, mi mástil atraca.

 

Bajo tu pubis se recoge una perla ya erizada,

cual reclama que mi boca, con su lengua sea habla.

Que mis manos, suave, la toquen,

y que el genio también la frote;

como Aladino hizo a la lámpara.

 

Centinelas de tu hambre

ahora bien se posicionan,

justamente se amaneran

los mayores y menores;

como un fino cortinaje

que cuida y también protege

la ricura de un lenguaje

rebosante de presente:

El saber de un digno pozo,

la frescura de una fuente,

que plagada de futuro,

manteniendo su atractivo,

igual riega nuevas sílabas

que vuelca onomatopeyas,

desde antiguo y con sentido.

 

Existe acomodado tanto placer

entre esos blandos pliegues que resguardan

el fulgor de una joya y mil tesoros:

Tu excelso cielo frutal.

Un abismo que incita a volar.

Y una pecaminosa tentación;

terrenal y divina.

 

Rincón cual, avivado con suma suavidad,

ya exorcizado de su aburrimiento

y de su sequedad,

ya excomulgado de su soso tedio;

ofrece sus delicias y antojos,

y entre espasmos eléctricos

vierte los jugos desde los adentros.

 

Así quedando; las aristas; romas,

(relajados los músculos),

y puntiagudas dagas o afilados cuchillos,

(nervios, tensión pasada),

por lisas o pulidos,

tan mancas de poderse hincar,

o tan inmensamente inútiles de sesgar,

que hasta el delgado papel se ríe de su corte.

 

318-omu G.S. (Bcn-2013)

VINILO ESCLATAN

 

 

 

Monotemático…

 

Monotemático:

Un miembro erguido,

firme e hinchado.

Un pozo (húmedo)

que reclama el vaivén,

que lo frote la lluvia

hasta que rebosen sus aguas.

 

Monotemático:

Aquel contacto

… perdidamente enamorados.

O aquel otro que busca

el vicio orgásmico.

 

Pero, ante todo…

persiguiendo la misma ruta;

la cual, en caliente fronda penetra.

 

Monotemático:

Manchar el sofá;

formando uno

convertirse en cuatro.

Monotemático:

Cediendo al placer

someter a cualquier eclipse.

Acomodarnos sobre la alfombra

y volvernos lobeznos;

rememorar aullares lunáticos.

 

O bien, a pelo

y de pie gimiendo.

Suspendidos en el aire

mediante correas y poleas:

apretar todas las botoneras;

hacer subir y bajar,

parar y avanzar,

volver carnal el metal del ascensor.

(Con ganas satisfacer

nuestro animalesco celo).

 

Monotemático:

Mordisquear tus muslos.

Erizar tus pezones.

Sorber cava en tu ombligo

agrandándose el poder etílico

al palpar (a un tiempo)

las uves de tu entrepierna.

 

Monotemático:

Intuirte (como sexo).

Desde tus finos tobillos

hasta la misma médula.

Soñar. Y también

perder el sueño

al imaginarte desnuda.

Arropar tus adentros.

Contemplarte estallando.

Derretirme en tu cera.

 

Monotemático:

Tu rincón inundado

y mi espalda arañada.

Un óvulo fecundado

por algo más que el esperma.

 

Monotemático aparte.

Ya transcurrido el vigor

que vino junto al enlace.

Ya pasó la fiereza,

la pasión y el embiste

hambriento e irrefrenable.

 

Politemático aparece

lo mejor del gran gozo,

la mejor de las partes:

un sollozo advirtiendo.

 

Que los tiempos se extienden

por la virtud del sexo,

por los efectos afectos

de entregados amantes.

Que no hay fin sin principio.

Que desde una pequeña semilla,

creció el árbol más grande.

 

Desde lo monotemático aparecen…

asuntos politemáticos.

La frescura del soplo

que, envolviendo la casa,

por entero la llena

con el temple preciso…

de nuevas primaveras.

 

318-omu G.S. (Bcn-2013)