Pareja de corazones

Las parejas son como aquellas partidas de naípes: raramente te sientas para jugar una sola mano.
Se presentan partidas muy buenas en las que sujetas todos los triunfos entre tus dedos. Apuestas, confiando plenamente, con la absoluta certeza de que ya no puede escapársete esa amplia sonrisa que te brindará el triunfo. Pero… nada está escrito en los juegos del azar, lo que se creyo ya hecho puede desvanecerse. La suerte te da la espalda y tu sonrisa decae, girándose la expresión de tu boca. El perfume de la victoria de repente se esfuma durante cualquier partida (aquí nada es eterno). Vas y pierdes, sólamente quedando la nostalgia registrada como recuerdo.
Está fenomenal el tener pareja, desaparezca de una relación cualquier pugna de poder.
Marche el egoísmo que enrancía las noches de un Mayo bien conversador.
Los celos se den a la fuga; si éstos llamaran, ninguna de las ventanas o puertas les abriremos.
Romances que les conceden a las gentes una pareja para pasear por algunos instantes. Presentándose y estallando frente a nosotros los mundos de otros; mundos y universos desconocidos que aguardaban para erizarnos la piel ante una tempestad de caricias y de abrazos, de besos que antes sólo aparecían en sueños como besos robados. Verdad de amor que nos hace estallar y disfrutar de infinidad de maravillosos colores, mientras nuestros sexos dibujan hasta emanar elixires sanadores.
Sexo complaciente, ya estuviera repleto de pureza o se brindara perversamente lascivo. Ya fuera un sexo que gozara exhibiéndose o penetrase con atuendo furtivo.
Sexo carnal que, con su sello con lacra, perpetua la profundidad de la unión. Que aderezado con pasión extrae el raciocinio de los seres humanos, concediéndonos hasta el impulso primitivo que todavía sostiene nuestro animal.
La confianza en el otro posibilita la entrega, un confort en que no pende la ansiedad. Si vivimos en pareja la confianza siempre tiene que prevalecer, de ello depende la salud de tal.
También a tener en cuenta, que a una pareja se la tiene que zarandear con unos buenos toques de improvisación que podrían ser tachados de «a lo loco».
Uno no es igual al otro, aunque se pretenda, en ocasiones, y nos olvidemos de las tantas diferencias que compensan y nos hacen crecer igual que nos unen. Una relación precisa de variedad y de distancias.
Conforme a las propias carencias, la otra parte aporta y ello contribuye a la atracción —todos cojos y a nuestro alcance muletas—, rezuma el gusto por completarse.
Sucede que la primera que acontece es la atracción química, la cual, como ninguna, nos alborota, pero tiene fecha pronta de caducidad… El deseo desmesurado se disipa sin remedio; ocurre como con todo lo que sobre la tierra hay: sufre una metamorfosis. Pero no se pierden en un abismo ni tampoco se diluyen en el horizonte los placeres, conviven junto a la serenidad de lo que ya se conoce y se sabe descubierto; ya no asoman esas mismas tierras como tierras lejanas.
No es saludable dictar o pretender que otro ser, por mucho que nos ame, cambie y actúe como nos interesa o nos agradaría.
Mostrar el máximo de comprensión por el mundo que nuestra pareja ampara es enriquecedor, más que saludable. Reconocer con humildad las propias equivocaciones y no resarcirnos de los posibles errores que acometen, de seguro, durante el día a día. Cuanto de amoroso y sabio contiene un «lo siento cariño. Una disculpa o un perdón.
Rectificar es de sabios. Sabio es aquel que aprendió a escuchar consejos y razones más allá de él mismo.
Las parejas son como aquellos cordones de los zapatos, se pueden llevar sueltos, revueltos o atados, pero cuándo se llevan tienen que estar bien abrochados.
O como la dirección de una calle en una gran ciudad, disponiendo de varias opciones, puedes llegar al lugar yendo por donde prefieras, pero debes sentirte bien al marchar por donde vayas, al dirigirte hacia tu destino. Si el destino decidido es sentirte estupendamente con tu pareja, no cabe anteponer el individuo al conjunto, la unidad tiene que prevalecer, ella tiene que ser la única meta, la única que merece la pena.
Si tras probar y probar te falta el aire y te invade el ahogo, mejor dejarlo e irse a embarcar en busca de otros continentes. Mejor deambular en soledad hasta que aparezca, el que de seguro será, el próximo baile.

    
           
          

2 pensamientos en “Pareja de corazones

  1. Jana dice:

    ajaaaa! viste como se me colo una buleria, una que cuenta que la luna sueña con ser bailaora…"y como temblaba mi corazon mare, como temblaba mi corazon solita por la calle…."
    Te confienso que hace años que no los ponia. Tambien me crie llenita llena de poesia, de Lole y Manuel.Al escucharlos tengo delante la niña que me encanta recordar.
    Callada, besando la luz
    de una estrella fugaz se apaga.
    Callada quedó, besando el vuelo
    de una mariposa blanca
    Callada y que sin conocerla,
    me hablaba de la noche en que te soñaba.
    Vengo de dar un paseo, a ver si me coge colorcito de la noche. Que tengas un bonito despertar. muchos besos y hasta pronto!!. y que….
    "ayer cuando amaneció, una mariposa blanca, de un lirio se enamoró"
     
    me pisaron demasiado los pies, esperare al proximo baile. Muaaaaaa!!!

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  2. PEPITA dice:

    Y AHORA KIEN DEJA DE UNA PIEZA A KIEN?
    GRAXIAS POR TU COMENTARIO, VISITALO CUAND KIERAS.
    UN BESO CRISTALINO
    XD

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