Las hay de amarguras, siempre hay razones para llorar desgarradamente en la esquina de la puerta de entrada del paraiso; y hacernos con los ojos empañados, imposible de ver esta puerta del anhelado paraiso. Impedirnos, estando ya al lado, de poder entrar a disfrutar en el. Pero con una firme decision afianzada
Versos pletoricos de positivismo, ejercitados en el gimnasio de mi corazon.
No giro la esquina huyendo cuando veo a aquel con el que poco me entiendo.
Que se vaya a paseo el rechazo, la falta de concordia; y la mala voluntad. Bien lejos quiero que esten las fatigas que comportan arrastrar cargando con ellos.
Inhalo profundamente de la esperanza, inspiro del positivismo que me lleva en volandas en cualquier situacion, dandome fuerzas, rociando mi vida con aceites que masajean sin dejar mas que profundos suaves aromas penetrando hasta lo invisible del ser que me regalaron y soy.
Advierto que en este virtual circo romano que es la vida y las relaciones humanas, el grado evolutivo de cada uno de nosotros esta afianzado sobre un escalon diferente, sobre una posicion que igual no tiene que ver con la perspectiva desde la que otros seres observan.
Esos colores energeticos que no se aperciben visualmente y que estan de manera alternante cambiando su matiz reivindicando del necesario esfuerzo para ubicar en nuestras vidas el entendimiento para con nosotros y para con los demas.
Al entrar en esta funcion que es esta vida, convine en buscar una butaca que me proporcionara la posibilidad de hacer añicos al desagrado, a la critica. Una ubicacion para estar, que me impidiese situar fuera de contexto lo que sucede, situarlo comprendiendo de manera mas simple y llana, las palabras y las acciones de otros.
Una objetividad que me recordase del abrazo que prefiero darle a lo que hay, viendome como posible porcion, de cualquier accion circunstancial de las que acontecen a mi alrededor. Preferir dar abrazos, antes que ir repartiendo bofetones por la insatisfaccion que puede provocar el no ser capaz de asimilar el
Ondeo un estandarte que con letras fantasiosas remarca_ «No vayamos jamas alla donde el recelo y las suspicacias nos corroen. Comulguemos con la aceptacion de las gentes, promulguemos la posibilidad del buen entendimiento.