“Esta vida, sincera me confesó:
▬ Soy tan sensitivamente espiritual como consistentemente orgánica”
***
Aplicado, sitúo el timbre
y recuento la métrica,
escarbo dentro del saco
de las consonancias
o recabo en el salto
de términos asonantes,
busco el qué del orden
y un melódico matemático,
mientras, al hacerlo…
gozo con la faena.
Aplicado, ordeno en el cajón
los calcetines y los calzoncillos,
los jerseys y las tantas camisetas;
los efectos y prendas que me sirven
al vestir mi pasajera materia.
Anarquista, escalono los versos
y rejunto los golpes de acentos,
olvidado de cortantes hiatos
o rebajar mediante sinalefas.
Permito que un salvaje torrente
explosione y conjugue
desentendido de compases o reglas,
aquellas alineadas estrofas
surgidas por deferencia de los astros
como regalo a los hombres
que son poemas que cuentan.
Despistado, me dejo llevar
por espontáneos impulsos
que surgen aleccionando
y, más tarde, como barba asoman,
en la forma de útiles experiencias.
» De poco sirve un cerrojo que encadene un contenido…
es libre la belleza implícita en el versar de cualquier poeta.
Poca utilidad tiene una horma concreta,
si un escritor pretendiera
tocar la mente o alcanzar como flecha el alma de alguien
con suficiente fuerza o esmerada suavidad.
Un ser alterna ideas con sentimientos,
diluye las rocas dentro de un mar,
la física de su equilibrio no se reduce
a una extensa e impresionante cordillera
o a un diminuto alfiler perdido en un pajar.»
318-omu G.S. (Bcn-2013)