Tenerte y confiar.
Tenerte cerca…
y al tenerte sentir
como se diluyen
los pesares, los errores y las culpas
que transitaban asediándome.
Y así mismo, los miedos
que se hallaban anclados,
tan, pero tan profundos
que resultaban recónditos.
Miedos que de continuo resonaban
tétricamente solemnes.
Culpas, pesares y miedos:
¡Serenata de castigos!.
Ellos son causantes
de una incomodidad semejante
a la de una astilla varada entre pieles
que clavada molesta aunque no se ve.
Que tras tanto y tanto pinchar,
puede más que la corpulencia,
que la edad o que el saber,
e inmoviliza cualquier existencia.
318-omu G.S. (Bcn. 2014)