Aún sin admitirlo o sin quererlo, sujetos a la política: Recogiéndonos en unas siglas (habitualmente, de manera inmutable) y en una imagen. Creernos mentiras y santificar desastres. Comprar humo y fumarnos lo infumable. Conformarnos con la palabrería, así olvidados de la importancia de los hechos que acontecen.
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Y es que me jode y rejode un montón, que los políticos desaproveches su tiempo (¡porque les pagamos, porque cobran!), durante la campaña electoral y fuera de ella, en criticarse los unos a los otros. En vez de argumentar las directrices que tienen sopesadas, para llevar a término en su dirección del estado, en pos de ofrecer mejoras a todos los ciudadanos (en especial a los más desfavorecidos).
A la mayoría de políticos les vale la incultura que provoca inopia, nuestra ignoracia, para así continuar con su despropósito y corrupción castrante.
De a poco a poco ¡nos vamos quedando sin derechos!. Admitimos fórmulas que aniquilan ventajas conseguidas al mutilarle piernas y brazos al estado del bienestar. Así siendo ¿Cómo andaremos hacia adelante, trabajadores y conciudadanos?.