Fases elegidas / Eclipses mágicos

Redonda, la luna, tremendamente redonda, aun en lo visual de sus menguantes, de sus crecientes, ella reposa satisfechamente redonda. El sol la cubre eclipsándola, cambian sus luces, escalonan sus intensidades. Se muestra en decapado decreciente. Aunque, así, por corto tiempo; resulta ser una pieza de vida y de arte… una pieza circunstancial. Añadida como un foto a foto, visualmente ofreciéndonos sólo recortes de su pletórica esfera; ella reposa colgada del cielo meciendo mareas e imposibles. Pende, sin hilos. Al compás de una redondez que nace y muere ante nuestros ojos y sueños, ella aparece y desaparece, ella se balancea.
Así mismo, mi ser, contempla las perspectivas de lo que hay, siempre esférico cruza los días.
Captado y observado como cilíndrico. Positivo. Supuesto como triangular o confiado le son medidos sus vértices. Configurado como rectangular, cónico, tanto seguro como inseguro. Establecido y enmarcado por otros como pentagonal. Creído escondido dentro de lo cohibido y en lo prohibido. En pos de una meta.
Aquí estamos: Captando. Admirando. Conformando. Desde aquí, donde algunas veces este ser que somos, en el que cada uno a su manera, añade decidiendo o rechaza escogiendo; introduce y preserva.
Elecciones respaldadas por las vivencias, fundamentadas en una buena parte por la carga genético-cromosómica que arrastramos, con su física y su química.
Recortando y pegando en el collage de nuestra vida aquellas valores que, como porciones de un puzzle, nos convierten en compositores. Entonces ¡todos somos artistas!.
No siempre se puede escoger la totalidad de un… lo pongo… o lo quito, pero, siempre, lo que sí podemos es seleccionar de entre algunas de las posibilidades de que disponemos la más idónea para construir.
Efectuando la elección de lo que nos gustaría de tener, sin rechazar para nada que no son utopía nuestros deseos y sueños. Nunca barajando unas medidas que calcen «imposible». No negándonos desde el principio. Afirmándonos con voluntad chispeante como energía nacida y renacida que perdura para llegar. Otras veces, aceptando que el resultado no es el que uno quiso que fuera. Tal vez corresponda lo que no buscabamos y vale dejarse llevar por la inercia evolutiva —aparecemos como ignorantes ante algunos de los aprendizajes que nos hacen falta—. Desconocemos si para mañana nos puede ser útil un estar y un devenir. En cualquier mañana, de aquí o de otras galaxias, esa información recibida, que a venido sin llamarla ni buscarla, contribuirá, seguro, aportando un mayor entendimiento nos hará resolver y avanzar ante problemas y enigmas.
Somos como un cometa trazando líneas en su surcar por el cielo; él no sabe, ni el porque de su dirección, de su gravedad, velocidad o ingravidez… pero el caso es que la vitalidad energética que lo posee lo empuja, hace que su norte esté siempre en la ruta que toma.
Quizás será, que sin saberlo se impregnaron en ese cometa energías de muchas galaxias, esas son las vivencias que le proporcionan andadura y conocimientos. EnergÍas conocedoras de una razón y de una sinrazón. Aun sin él recordarlas, dispone de ellas. EnergÍas que depositan sobre él una confianza que le hace confiar y aceptar el destino.
No sé… cabe el «¡quizás!… »
El peso de todo lo que ha sido vivido durante cada existencia, resulta capaz de positivizar o negativizar, pero en todo cabe una constante ¡la transformación!: La conversión de lo crédulo en incrédulo y viceversa. La inversión y el renacimiento no conoce de límites. La vida capacita para que se cambien las rutas y los caminos; el paraíso dorado puede devenir como verdadero infierno, y las hieles amargas del desencanto y la aspereza que conlleva la desilusión, puede hacer que acentuemos el gusto placentero de aquellos tiempos gratos que arriban a nosotros, haciéndolos que los valoremos como merecen.
Tener la posibilidad de elegir, es de los aspectos mas gratificantes. Y sin ser demasiado evidente, la elección, es de las herramientas mas poderosas que tenemos al estar en este universo.
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Elegir para construir lo que nos gustaría. Hay veces, que por diversas causas se pueden destruir las creencias que teníamos puestas en unos objetivos, en una meta. Podemos ver como se desmorona el castillo que estabamos construyendo, pero hay que intentarlo. No hay que decaer e ir a por todas, sin perder ni la ilusión, ni la esperanza. Ser consecuentes y aceptar lo mas rápidamente posible para continuar divirtiéndonos y jugando ¡respirando!.
Eclipses de la luna, lo mismo que hay eclipses en nuestras vidas. Causados por siuaciones, por gentes, por condicionamientos internos o externos. Eclipses que pueden cambiar la dirección de la óptica con la que sentimos, como así mismo cambiar nuestro entendimiento. Levantarnos o hundirnos, relajarnos o estresarnos. Cada eclipse que acontece es capaz de cambiar nuestra percepción de lo que ocurre en nosotros y a nuestro alrededor, puede posibilitar unas mejoras.
Arriba y abajo, a derechas y a izquierdas, por cada uno de los cardinales los planetas circulan por las galaxias.
Nosotros somos planetas en la galaxia de nuestra vida: Disponemos de satélites y de estrellas. De atmósfera propia y de adherida. Circulamos sobre un eje que, a su vez, gira sobre otros ejes, provocando un impresionante engranaje. Cuando nos vamos conociendo, así como conocemos lo que hay para escoger, se posibilita la elección; y hay que agarrar con firmeza aquello que nos gustaría, aunque en un principio para otros o para nosotros mismos aparezca como un sueño, no hay que soltarlo.
Ratitos de tristeza. Ratitos de alegría. Ratitos de confianza. Ratitos de desconfianza. Ratitos de inseguridad. Ratitos de seguridad. Ratitos de soledad. Ratitos de compañia; y así continuaríamos… Por haber ¡hay de todo!, pero dentro de este total que hay, podemos elegir, por lo menos intentar hacer una elección adecuada según necesidades, prioridades o apetencias.
                                
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En gaudir del millor que ens ompli x dintre, senzillament no ens sentim desangelats, doncs uns altres, de ben segur, veuen aquelles ales que tenim i ens ajuden a volar, així, confirmant-nos que encara no las hem perdut, aprenem a ser lliures. Perdurem tant amb la fortalesa com amb la fragilitat de la inocència; estem nets i nus, més desperts que mai.
No es facin petits per el plor els teus ulls; desitjo que estiguin lluminosos com jo sé que son, com els conec. La brillantor de la teva pell, pletòrica per la felicitat de trobar el que busques i necesites , i, al fer-ho, retrobarte on vols. Descobreixes, de repent, la màgia que estava amagada dintre de tot, per tot arreu. Sorpresa seguida de sorpreses que t’empaiten…

¡viva la comunicación!

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