Erotismo convincente fue aquel guiño que me hizo, confabulando con tus piernas, la falda plisada que llevabas; yendo de lado a lado, de abajo arriba y cayendo hasta permitirle a mi imaginación que volara.

Pude tan sólo ver, lo que justamente el viento quiso en esa hora que observara… a aquella tentación irrefrenable que bien podría llamarla provocación.

Las voces de lo sencillo (II)

¡viva la comunicación!

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s