Inagotables

Las olas -ajenas a ser agua mansa-
se alzan y caen vencidas
vestidas de espuma.
Embisten las rocas.
Ahondan, libres y seductoras,
penetrando castillos…
Soplan burbujas
cuales prenden un guiño de sol
para subirse sobre un reflejo
y desconociendo el adiós rotundo
darse media vuelta
volviendo a besar a la madre
que resulta ser nuestro mar.

318-omu G.S. (bcn. 2017)

Donde se liberan lunes y soles

Pero cuánto y cuánto embelesa la ingravidez asexuada de los ángeles; esos mismos que nos enseñan cuánto de escaso es el peso de los cuerpos, cuando escuchando la música, levitan y levitan mientras bailan.
Cuánto imantan los tantos y posibles y banales privilegios escondidos tras el rabo y los cuernos del diablo. Cual sufre la condena del deseo venida por la ansiedad que vuelca angustia, y por siempre de los siempres, aunque no lo reconozca, trabaja y suda, suda y trabaja.
¿Quién sabe acerca de amos y esclavos? (se le aminora el tiempo de disfrute a aquellos que disponen de haciendas mayores). ¿Quién conoce a su propio ángel y a su propio demonio? (son muchos los que, emparedados entre ambos, los placeres importantes se les escapan). ¿Cuántos consiguen salvar su vida porqué nunca reniegan de sus principios sean cuales fueran los beneficios que se ofrecieran por la renuncia y el cambio?.
Ángeles que embelesan y diablos que imantan hasta volverse empalagosos… Escupo abstracciones. Descorro telones y grito «ya basta».

Calles y campos minados

«Lamento que exista la tristeza viviendo en cuales fuera de unos ojos.
Lamento la distancia que nos separa de la empatía y de la coherencia.
Lamento el tuyo… Porqué lo sé, mi dolor.»
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Ayer perdí la voz cuando te fuiste; como humo marchaste, pero todavía arde, aquí, la hoguera de la incomprensión.
(Quepa recordar que este mundo nunca giró por nosotros).
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Habitantes que son dominados por dogmas religiosos e imposiciones culturales.
Habitantes que sucumben ante las garras, siendo sometidos, de algunos que ambicionan el poder y el control.
¡Manipulación!.
La inteligencia no resulta una llave maestra. La inteligencia delimita y cava fronteras. La inteligencia sólo mueve unas pocas aspas de nuestro molino, ignorando que el viento, débil o fuerte, siempre sopla pudiendo con todo. El viento aúna; pasa y forja alianzas desentendido de discriminar.
Habitantes sumidos en esa inopia que facilita enfermedades. (¡Viva el conocimiento!). Habitantes que reniegan de las mismas partes que no reconocen pero que ellos sostienen.
¡Salvar la tierra con metralla y gritar «justicia» y pensarse santidad mientras se bañan los campos y las calles con la sangre de inocentes!.
La necedad converge con la hipocresía, y tanto se trasviste de islam como camufla intereses miserables entre mantras budistas y cruces cristianas.
Todos los colores transpiran risas y vitalidad o lágrimas y cansancio lo mismo que desean pedacitos de felicidad… Absolutamente todos los abecedarios disponen de rectas y curvas para desenvolver cualquier mensaje.
Habitantes que anhelan y, buscando el paraíso, encuentran la perdición al extraviar los sentimientos y el sentido que tendría que prevalecer si es que amásemos la vida.

Es mi barrio tan grande como el inmenso universo. Mis vecinos son familia que besa el infinito al ser símbolo de multiplicación.

Uva en racimo

Alineado con la naturaleza universal que nos rodea se me aligeran los pesos y la renovación arriba a puerto; así aposentándose una exultante vitalidad que comporta salvas a los principios.
Alineado… Converso y comprendo y disfruto las mieles que aguardan al hombre.
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Por deseo y por placer aquí prosigo con la apuesta… Y es que más me permite esta tierra descubrir sendas novedosas e incitantes que brotan desde mil fuentes.
Descubro mientras contemplo los rostros, inusuales e inventados, que se derriten sobre las rocas. Persigo las canciones corales del agua, tanto cuándo cae desde el cielo en la forma de feroz tormenta, o conteniendo el descanso y los sueños, mansa y repleta de relajación. El agua… Silba y trota y grita o susurra siendo hermana del viento… Corretea, por torrentes y canales, entre saltos y con brío, hasta un mar que, hecho de montañas desechas e imponentes ríos, con los brazos abiertos la espera.
Aquí sigo; por voluntad propia y por designio… Dentro del baño.
Aquí sigo… ¡Deleitándome!. Sujeto al alimento que proporciona cualquier vegetación. Siervo  sumiso de una patria poderosa llamada ¡NATURALEZA CÓSMICA!. La misma que envuelve mis insignificancias como manto, igual que resguarda mis asperezas y tesoros como cofre. La que me regala y moldea y recoge las equivocaciones y aciertos que sostengo como su hijo. La que zarandea , cruel o piadosa, o dulcemente penetra en todo para preservar la lucidez en otros instantes. La que siempre se guarda una carta que lanza de imprevisto, para recordarnos cuánto queda de pendiente y que inmenso valor tiene sabernos enlazados y sentirnos vivos.

Tic sense Tac / Tic sin Tac

Cada cel només gaudeix d’un instant després de néixer… Com únic que és… I cadascun de nosaltres, com peces lleugeres, com bombolles, adormides o despertes, dintre d’ells. No badem i descobrim la màgia que sempre espera acollida en el seu ventre. Aprofitem el foc i l’aigua i l’aire que contenen.
De que serveix riure o patí pel ahir que va marxar com carn i cel, o pel demà, efímer o llunàtic, que, potser, mai arribarà?.
Cada cel es nostre en caure-li el preu que decidíssim igual que déus o sent animals.
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(castellano)
Cada cielo tan solo disfruta de un instants después de nacer… Como único que es… I cada uno de nosotros, como piezas ligeras, como burbujas, adormecidas o despiertas, dentro de ellos. No nos despistemos i descubramos la magia que siempre espera acogida en su vientre. Aprovechemos el fuego y el agua i el aire que contienen.
¿De que sirve reír o sufrir por el ayer que ya marcho como carne y cielo, o por el mañana, efímero o lunático, que, quizás, nunca llegará?.
Cada cielo es nuestro al caerle el precio que decidamos igual que dioses o siendo animales.

Visión conjunta

Cuándo padres haremos mejor de hijos -si es que la vida nos permitiera aportar, así añadiéndole a nuestra especie otro pedacito más de continuidad sobre este planeta-.
Podremos, tras ser padres, deleitarnos y recordar un antes de efervescencia máxima y ofrecernos como amable consecuencia si todavía hijos de padres presentes; respaldados por una madurez que advierte la grandeza de compartir una misma sangre, y sentir, de una familia, cuánto apoyo reparte calor.
Mientras padres… Comprobaremos cómo de salvaje nace y brota y corretea el agua ya surgida desde la fuente. Vendrá delatada y será esparcida la dulzura de los niños encima de cualquiera que fuera nuestro carácter o nuestra edad.

Una sola pluma no hace que un ave levante vuelo

«Somos reducción de amalgama dentro de este tiempo corto que aquí se nos presenta como vida y cocina.»
Tantos padres, hermanos e hijos me ha dado la vida como seres he conocido -todo pasajero aporta, cada cual dispone de un aprendiz y de un maestro-. Si me preguntan por mi familia, respondo «contempla las tantas formas y maneras diversas; mira a tu alrededor».
Adentrado en el avance incesante, aprendo y enseño. Cualquier detalle sirve para comprender. Avanzo, sosteniendo un amor-amar exento de masoquismos.

A un solo paso de otras puertas

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(I)
Somos mariposas puntuales,
pasajeros 
que mientras inhalan pesos
emulan levitación.
¡Somos múltiples dicotomías!
Somos…
Una realidad que ha de evaporarse.
¡Somos razón y disparate!
Somos trajín de existencia:
Verbos imparables.
Poseedores de cuerpos
donde se apaga y se enciende la luz,
somos nubes que alimentan
contenido e imágenes.
Capaces somos
de engendrar y preñar
a la luna y al sol
de litúrgicos sueños
que postulan por el brillo
y le han de añadir más color
a oscuridades y sombras.
Trajeados de hormiga
intercambiamos pequeñeces
hasta perder la gravedad
y hallar ese amar
que ama los pasos
de gusanos y gigantes.
De báscula en báscula
viajamos:
Por Lugares y entre Circunstancias;
llevados
por la presumida cadencia
y el innegable ritmo
de cada minúsculo Espacio
y cada soplo de Tiempo
nos erguimos de a poco.

(II)
La madera se sucede transformada
—pretende incrementar los minuetos—
esponjosa disfruta mientras puede
hasta que su resistencia y nutrientes transmutan;
arrastrados los troncos poderosos
a la humildad de ser,
débiles, huecos y resecos,
llevados a perder la vanidad,
su soberbia y arrogancia.
¡Trajín de existencia!
¡Crecer y crecer!
¡Morir y nacer!
Morir y nacer
para observar que la magnitud del horizonte
entiende de equilibrios.
E incluso la esencia confortable
que sustenta e interpreta una montaña de paja
pierde su plumaje y desfallece,
dándole el adiós
a su consistencia mullida y etérea
cambia de equipaje
y cuando habla… cruje oxidada.

(III)
Nada resulta eterno
cuando la lectura se realiza
con este entendimiento terrenal
que olvida su elasticidad y sufre doblegación,
desvencijamiento y fracturas;
hasta dar el paso en que cruzamos otra puerta
donde esperan parajes
que hoy se muestran
invisibles e insondables.

318-omu G.S. (bcn. 2016