Cumpleaños

Quiero vivir en paz; apartado de acusaciones y sentencias, totalmente ausentado de manipulaciones tenebrosas y medias verdades acosadoras que se apostaran por la espalda. Quiero vivir alejado de maneras viperinas que cosquilleen los oídos o de aquel griterío que, conteniendo improperios inútiles, interrumpe melodías sanadoras que esparcen enseñanza. Intento romper la red camuflada que atrapa, donde fuimos o seremos insuflados de venenos que otorgan cemento y mortaja así perdiendo nuestra elasticidad.
Quiero cohabitar con la paz que todos merecemos. Mostrar esa aptitud como valor inquebrantable. Disponer de la paz única que media con actos, y no sólo de esa paz que queda de boquilla llena de vana palabrería, la debida a manuales con métodos que leímos; métodos, cuales aplicados como fórmulas de teatro, nos sirven intereses en esta era donde prima la fama indecorosa y el éxito comercial. Quiero que la guerra y sus instrumentos queden relegados a una idea que nunca alcanza el suficiente ingenio ni bastantes motivos para presentarse y funcionar como invento. Quiero oír el ¡Boom… Boom!, de tú y mi corazón; saber que nos reconocemos al compartir emociones así como que nada de personal tiene nuestro paraíso y que éste sostiene causas comunes con la misma edad.
Conozco algunas tantas personas cuyas bocas se llenan con las palabras «justicia y libertad»; cuando en realidad sus actos solamente reparten, al convenir sometidos a un estadio egocéntrico permanente, roles y dictadura, disgregación y esclavitud. Preferir y escoger disimular y mentir: Duele reconocerse como un contribuyente pagano, que se excusa y elude culpa alguna mientras honra al poder y a la sumisión. Tanto el poder como la sumisión equivalen a un estadio de corrupción. Vivir bajo el silencio rígido de un sinfín de posados. Pasamos admitiendo la necesidad del sufrimiento, permitiendo un sistema abominable que reconocemos imperfecto y que le da el visto bueno, a una y otra y otras muchas atrocidades
Cuento y recuento cadenas. Lloro que lloro. El poder ambicioso nos toca, aunque no beneficie ni corresponda agrede cercano, jamás fue un espejismo ni estuvo lejano. Al poder lo respiramos en cada uno de nuestros días: Ya fuera en las calles, zarandeados por los impulsos incontrolados o las emociones inmaduras. O durante la jornada de trabajo, donde mandan y pesan las obligaciones, las apariencias y los cargos. E, incluso, cuando uno requiere de descanso, ya dentro de su hogar, y los seres que suponemos nos aman, priorizan sus caprichos o hipotéticas necesidades para dirigirnos hasta someternos a sus prioridades.
Embargado por una gran tristeza, lloro que lloro; reconozco que somos seres inseguros que disimulamos nuestra fragilidad mostrándonos altivos. Creemos tener -siendo individuos enclaustrados-, las mejores soluciones y respuestas ¡cuánta farsa y autoengaño!. Nos ahogamos dentro de un círculo minúsculo, que construimos y protegemos para combatir a los fantasmas que nos asustan y zancadillean y acuden, como causa de los miedos que nos contagiaron y perduran por ancestrales culturas de (i)lógico raciocinio, por locuras saltarinas y por inenarrables sentimientos que somos incapaces de ordenar.
Padezco por la mía ¡cuánta cera!, y reconozco otras sorderas; debido a este hecho ¡cuántos y cuántos paraísos y conocimientos perdemos!. Vivimos, la mayor parte de nuestro pasaje, adentrados en una jaula diminuta e insonorizada, aquejados de estribillos repetitivos o de ruidos enajenadores.
Salgo por momentos de la jaula y laberinto, y cuando lo consigo grito «cumpleaños»… Es entonces que logro darme cuenta, que existen y son variados y amplios y excitantes los territorios que me aguardan.

Molts fils fan roba / Muchos hilos hacen ropa

Apostaria que dintre de qualsevol cel, pinti com pinti, caben tots els oceans (essers vius: Animals, vegetals i minerals. També, recollides, les seves essències al complert, i tots els seus secrets i misteris). Puc asegurar que som espurnes d’aigua requerint de la bona entesa dels vents, per així, en caure com pluja i després de conèixer l’art espacial i especial com a núvol, remullar vida i per fi trobar, la adreça on espera disposada, la felicitat.

(castellano)

Apostaría que dentro de cualquier cielo, pinte como pinte, caben todos los océanos (seres vivos: Animales, vegetales y minerales. También, recogidas, sus esencias al completo, y todos sus secretos y misterios). Puedo asegurar que somos chispas de agua requiriendo el buen entendimiento de los vientos, para así, cayendo como lluvia y después de conocer el arte espacial y especial como nube, remojar vida y por fin encontrar, la dirección donde nos espera dispuesta, la felicidad.

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Deixa que la vida et lligui les mans amb d’altres mans, per puguer conèixer el sentit d’humanitat sense distàncies.

Deja que la vida te ate las manos con otras manos, para poder conocer el sentido de humanidad sin distancias.

Podem deixar de ser petits i fer-nos grans; créixer i allunyar-nos de la costum de separar i del vici d’estripar, que confon a la natura i fins i tot la fa dubtar, al respecte de si els homes ens mereixem més trepitjades.

Podemos dejar de ser pequeños y hacernos grandes; crecer y alejarnos de la costumbre de separar y del vicio de romper, que confunde a la naturaleza y hasta consigue hacerla dudar, al respecto de si los hombres nos merecemos más pisadas.

Porto, des de fa un bon temps, reconeixent que penso i visc com un ocell que ha estat tancat dins d’una gavia. Consentint. Negant-me el cant!. Disposant d’unes ales que, estiguin màgiques, s’han fet malbé en no utilitzar-les.

Llevo, desde hace un buen tiempo, reconociendo que pienso y vivo como un pájaro que ha estado encerrado dentro de una jaula. Consintiendo. ¡Negándome el canto!. Disponiendo de unas alas que, estando mágicas, se han estropeado al no utilizarlas.

Deixo que la mort passi de llarg; no desitjo que assoleixi ni un instant del meu esperit o cos futur o present. Desfaig qualsevol ombra, abans de que esdevingué, gruixuda i llarga, així apagant la flama que conté tot alló que recull bocins d’esperança.

Dejo que la muerte pase de largo; no deseo que consiga ni un instante de mi espíritu o cuerpo futuro o presente. Deshago cualquier sombra, antes de que devenga gruesa y larga, así apagando la llama que contiene todo aquello que recoge pedacitos de esperanza.

Demano que la vida s,enlairí portant tan sols un crit que és «endavant». I aquest recordo quan somnio en el dormir i quan somnio ben despert; tampoc l’oblido en llegir i interpreta tenint els ulls i el seny del tot oberts, adonant-me que la realitat pintada damunt del dies, colpeja dura, sembla que s’esforça per tombar-nos. Nosaltres contradiem la bellesa exuberant d’aquesta vida.

Pido que la vida se alce llevando solamente un grito que es «adelante». Y éste recuerdo cuando sueño en el dormir y cuando sueño bien despierto; tampoco lo olvido al leer e interpretar teniendo los ojos y el juicio del todo abiertos; dándome cuenta que la realidad pintada sobre los días, golpea dura, parece que se esfuerza por tumbarnos. Nosotros contradecimos la belleza exuberante de esta vida.

Sospeso els motius que porten odi, angoixa, guerra i destrucció, i només veig a l’home que dóna voltes, capficat, endinsat en un laberint immens que va consentir; pretenen la claror d’una sortida, mentre proseguim construint murs que ens tanquen fins a ofegar, i continuem repetint passes i camins que li atorguen el vist i plau a la por que paralitza i la desconfiança.

Sopeso los motivos que acarrean odio, angustia, guerra y destrucción, y sólo veo al hombre que da vueltas obstinado, adentrado en un laberinto inmenso que consintió; pretendiendo la claridad de una salida, mientras proseguimos construyendo muros que nos encierran hasta ahogar y continuamos repitiendo pasos y caminos que le conceden el visto bueno al miedo que paraliza y la desconfianza.

Permet que la vida sigui vida i t’ompli de fets encantats. Aconseguim que aquesta terra pugui desentendre’s d’enterraments i se’ns presenti com un pati de colegi que té hort i incita als jocs, mai com a paradís desdibuixat que li dóna sentit a l’infern i a les tenebres disposades en les religions.

Permite que la vida sea vida y te llene de hechos encantados. Consigamos que esta tierra pueda desentenderse de entierros y se nos presente como un patio de colegio que tiene huerto e incita a los juegos, nunca como un paraíso desdibujado que le da sentido al infierno y a las tinieblas dispuestas en las religiones.

Abraçar-te, et sé germà que té les mateixes lluites i necesitats. Desestimar interessos de poder que comporten privilegis bruts, satisfacció que s,esvaeix ràpid i que s’amaga sota de l’ambició. Posseir una terra per gaudir, i… desaprofitar-la. Som perdedors?.

Potser som, els homes, sadomasoquistes? Demostrem, un dia i d’altres dies, que ens agrada sagnar i provocar ferides.

Abrazarte, te sé hermano que tiene las mismas luchas y necesidades. Desestimar intereses de poder que comporten privilegios sucios, satisfacción que se evapora pronto y que se esconde debajo de la ambición. Poseer una tierra para disfrutar, y… desaprovecharla. ¿Somos perdedores?.

¿Tal vez somos, los hombres, sadomasoquistas? Demostramos, un día y otros días, que nos gusta sangrar y provocar heridas.

Tants i tants coneixements i quedar-nos quiets, enganxats damunt d,un món que, per la nostra immaduresa i bogeria, es presenta intractable y enrevessat. Disconformes enfront un continu remeiable d’injustícies. Incapaços, per conveniència o per cobards, de rebelar-nos. Ja ens toca cridar PROU!.

Tantos y tantos conocimientos y quedarnos quietos, pegados encima de un mundo que, por nuestra inmadurez y locura, se presenta intratable y complicado. Disconformes frente a un continuo remediable de injusticias. Incapaces, por conveniencia o por cobardes, de rebelarnos. Ya nos toca gritar ¡BASTA!.

Ajustem les despeses i trèiem profit dels avanços que ens atorguen donat els estudis i la ciència. Ja és hora de enderrocar fronteres i assolir el triunf que concerta, la unitat.

Hi han terres a quines els hi vindria bé l’ajuda per acostumar-se a ser profitoses. L’atur que pateix occident, només es un invent que actua, però hi cab, en veure la tanta feina que hi ha, com una ficció que no arribi mai a tocar la terra. L’atur: Un invent que mantenen en marxa uns pocs personatjes a quins els hi convé per apretar-nos els cargols i tenir-nos callats i complidors, fent el que ens manin i lluny de tindre veu que s’escolti prou, com, així mateix, perdent la dignitat i patint per respirar.

Hi han terres que ens conviden i esperen per que anem com cooperants. No esperem que els gestors dels estats ens apuntin el tret de sortida, per, ajuntant les nostres mans,  començar a treballar i assolir  els guanys que vindran, de segur, aportant-nos salut festiva de forma global.

Ajustemos los gastos y saquemos provecho de los avances que nos otorgan los estudios y la ciencia. Ya es hora de tumbar fronteras y conseguir el triunfo que concierta, la unidad.

Hay tierras a cuales les vendría bien la ayuda para acostumbrarse a ser provechosas. El paro que padece occidente, nada más es un invento que actúa, pero cabe, al ver la tanta faena que hay, como una ficción que no llegue jamás a tocar la tierra. El paro: Un invento que mantienen en marcha unos pocos personajes a quienes les conviene para apretarnos los tornillos y tenernos callados y cumplidores, haciendo lo que nos manden y lejos de tener voz que se escuche lo suficiente, como, así mismo, perdiendo la dignidad y padeciendo para respirar.

Hay tierras que nos invitan y esperan para que vayamos como cooperantes. No esperemos que los gestores de los estados nos apunten el disparo de salida, para, juntando nuestras manos, comenzar a trabajar y conseguir las ganancias que vendrán, de seguro, aportándonos salud festiva de forma global.

Els nostres fills són el més important (fills són, tots aquells que avui i demá, estiguin on estiguin, ens necessiten en ser majors i menuts, fràgils i indefensos).

Nuestros hijos son lo más importante (hijos son, todos aquellos que, hoy y mañana, estén donde estén, nos necesitan al ser mayores y niños, frágiles e indefensos).

 

 

 

 

 

Presente elástico

Un vagabundo enamorado proclama que la hierba equivale a palacio.OLYMPUS DIGITAL CAMERA

Sepas, princesa: Nuestra vida es el sueño de muchos, nos deslizamos por ésta, confortablemente descalzos, divertidos y sonoros; como pelota que rueda con armonía y bota y rebota porque ha estado bien hinchada. La suerte nuestra está, en no soportar la carga de occidente cual otorga separaciones y tierras diezmadas, la misma carga que sostiene estereotipos que descalifican y conviene en roles y maneras que, vendidos como panacea, son yugo partiendo cuellos, brazos y piernas, reventando corazones igual que talando oxígeno y alas. Tampoco soportamos el desconocimiento y las fijaciones traídas por conceptos y abstracciones ancestrales que incomprensiblemente perduran, esas vertientes confusas hasta el punto de obscuras, que atrapan y encierran el aliento del agua libre que navega por el universo para corretear hasta el mar desde las más altas montañas. Nunca consentiremos que desluzca nuestra vida de aventuras compartidas, al mostrarse tomada a medias. Nuestra unión, casual o predestinada pero voluntaria, por siempre será: Ilusión fantasmagórica para muchos. Oportunidad nonata o desvanecida. Será leyenda que perdurará como instrumento así resonando como brújula. Será cuento de invierno que hará olvidar las turbulencias habidas dentro de todo destino. Serviremos para demostrar, que se pueden afinar calurosas obras de arte sobre las porciones que sólo se creyeron gélidos témpanos.

Un enamorado pierde su ser de vagabundo al encontrar hogar en otro(s) ser(es).

Alba de lluvia

«Las formas, ligeramente traviesas, formulan hechizos para no acudir repetidas. Los rostros cambian pero las esencias se muestran indivisibles.
Nosotros proseguimos alimentando a los mismos niños. Corremos, tras el sol, en días despejados y dentro de otros con lluvia.»

alba de lluvia

La lluvia es alba.
La lluvia amanece tan temprano que rivaliza con los avisos del gallo y la luz del sol.
Las madres de la lluvia alumbran las horas, las pintan con gotas que, bailando «tristeza», se difuminan persiguiendo a la imaginación cuando marcha.
La lluvia. La lluvia y sus madres deletrean huérfano y delatan que esta tierra es un hospicio; mientras nos arrullan con sus musicales oraciones, denuncian que es blando el barro dentro de un día.
Amanezco, apagado. Tragado por la niebla procuro retirar los cortinajes que fueron hilados con emociones movedizas y sentimientos frustrantes que rocían desesperación.
Chillo «¡LLUVIA!» aguardando vitalidad… y la lluvia que aparece y me remoja es llanto agrio, acidez, angustia que retuerce mi corazón y extravía mi mirada y colapsa mi boca; resalta la cripta, el dolor agudo y adentro que todo aquello que toca envejece.
Este dolor: Un puño invisible que golpea, ciego. Una vertiente del pasado que, cuando gira y vuelve, demuestra que hubo vida que se convirtió en muerte y en caras ocultas. Este dolor clausura oportunidades. Impide el paso adelante y marca con fuego serio, desde lo más profundo, mi semblante.
Este alba proclama a la lluvia, sensitivo voraz que transcurre inclinando un día hacia la sed, martilleándolo desde su fragua.
Jamás pensé que añoraría desiertos.

Desde donde después (verbos)

Pertenecer al cosmos. Animado por una selva energética con agujeros diamantinos, aparecer y desaparecer desde cada uno de ellos. Pertenecer a la magia de una chistera. Ser sorpresa sorprendida. Devorador y vianda.
Nacer: Aullar. Berrear. Mamar. Gatear. Confiar en las directrices que sujetan los demás. Dejarme llevar. Crecer: Pisar. Seguir las líneas automatizadas y un tanto deplorables de un sistema deforme e inacabado. Insinuar fidelidad a leyes y códigos inaceptables. ¡Justificarlos!. Salir de la partida. Renunciar. Saltar. Traspasar la frontera. Perder la identidad inconclusa y hallar tanto que más. Disfrutar de la cordura que pocos entienden, y sufrir de y con… y reír tras la condenación. Probar la adicción, la perdición, el rechazo y la cárcel. Ser un virtuoso de los sueños y de la locura. Trazar victoria sobre multitud de simulacros de derrota. Ser tachado de ingenuo y levantarme y resucitar. Deleitarme con un encadenado de orgasmos. Presenciar defunciones que auspician metamorfosis, saludos y (h)olas.
Llegar al límite, donde un acantilado, donde el abismo (aquí y allá). Empujado por el atrevimiento, caer y caer… caer para saberme ave y reconocerme viento, para desmembrar el tapiz supuesto como inquebrantable y conocer lo que es volar.
318-omu G.S (bcn. 2016)

Campanadas

« Con tanta y tanta comida… como para faltarme tenedor y cuchara.»

Cuándo el deseo padece atrapado, se ahoga dentro de un laberinto incapaz de escaparse; tras los días, tras los meses, tras los años. Cuándo… aunque oigo los cánticos quedo siendo Ulises; con ganas, queriendo, pero amarrado al palo mayor, de cintura, pies y manos. Sirenas. Este mundo está repleto de Sirenas.
Cuándo asoman, vociferantes… llamémosles dudas, miedos o demonios: La intemperie inclemente e insalvable agrediendo al hombre. Porque el hambre perdura, aguerrido, nunca se extingue, al contrario, marcha «in crescendo» desentendido de otoños e inviernos, de músculos y canas.
Cuándo su olor se alinea con la sal marina y crecen los ríos y sudan los océanos hasta inundarse el total de mis pasos… Suena mal decir no. Sabe fatal echar la vista atrás y constatar lo que era. Conozco, de veras, la combinación agridulce.
Leo deseo y me agrando, exultante, al sentirme pletóricamente joven. Es entonces que me pregunto qué mensaje pretende esta feria vital. Los por qué de la decadencia y sus pruebas. Me cuestiono, una y otra vez, si acepto la ley de envejecer. Reconozco que, ante tal batalla, no existe cuartel, tengo todas las de perder, resulta estéril la lucha.
El ¡CUÁNTO! siempre prosigue marcando una vida, adhiriéndose a las formas curvas de tu cuerpo y a las fragancias que desprende el carnaval de tu fémina felina… Y todo hombre tendrá hora donde sabrá sobre ruidos y acerca de óxidos. Cualquier máquina, tarde o temprano, renqueará, padecerá de la lentitud y la cojera, escuchará la voz de la obsolescencia. Mientras, mi hombre, sumergido, conversa con el deseo aun afianzado en la filosófica cuestión básica que pregona con mantras el budismo. Y, tú: Señalada. Musa y diva. Tentación. Por llamativa, culpable.

Y la coz y ladrido y arañazos y rivales, con y cuándo mi yo de animal. Animal impulsivo e instintivo que se inclina a olfatear y seguir los rastros ancestrales, cual reclama gozo y más gozo, cubrirse de placeres desentendiéndose de lógica y razón.

Cuándo los Cuanto quedan relegados a ser sin conquistar la consistencia.
Cuándo reconozco vivir en una zona abierta donde domina el deseo.
Temo esa hora que vendrá. Donde, aunque sentiré haber hallado nuevos saberes, se me cerrarán las ventanas que ahora me ofrecen paisajes exentos de puertas: Edén terrenal. Aleteo y Libertad. Extremos y término medio. Movimiento y pausa junto a la relajación y el éxtasis. Nirvana aliado a la eclosión de los sentidos. Temo tanto a la impotencia que comporta frustración, como a la pasividad que omite o contradice a la energía renovadora. Temo apreciarme deseoso y reconocerme castrado. Hallarme frente a la imposibilidad de emprender, estos de ahora, sencillos pero maravillosos viajes. Temo lucir destartalado cuándo me llames. No poder acudir con mi mejor traje a la cita. Temo querer y que mi cuerpo se encuentre resentido, demasiado fatigado para el baile.
Sé, de cierto, que tal verdad cabrá en mi tiempo-espacio.

Barro sobre barro

en filera

Exprímeme hasta que obtengas la parte que precises. Quisiera ayudarte a desmarcar la «z» de tu vida. Ahuyentar a las hienas que pretendan devorar a tu ser feliz.

Tómame entero. Sé desvergonzada y escupe cielo e inventa infiernos. Delátate. Tómame mientras me entregas tus elucubraciones y dilemas. Tus supuestas verdades —las derechas y recias y las blandas y torcidas—y la ficción que almacena un más tarde de consistencia veraz. Entregate. Confía. De mí no escucharás, al contarme, ningún lamento oclusivo ni ningún reproche.

Sé jugar a dinosaurio e insecto. A hielo y lava. A orgasmos y llanto. A besos y ranas. Sé vestirme con el lujo del ruiseñor y del jilguero y con el de las piñas que pendiendo de los árboles le demandan al viento que las convierta en mañana.
Sé jugar a nubes… cuándo éstas aparecen intuitivas, y cuándo éstas evasivas se escapan. Sé jugar a hoja y tierra húmeda. Y a tierra y hoja seca. A expandirme y a resquebrajarme. A ser empático y a saltar soñando, desde la realidad rancia y pagana al cuento crédulo y a la leyenda inverosimil, para que la mejor de entre las fortunas no se demorase… para que naciera temprana.

Tengo joyas escondidas para que aprendieras la magia dispuesta en la intriga —protejo pedacitos de misterio aún por describir—. Sé que dispongo de un mar para tus olas, donde caben, perfectamente, tu ártico y tu trópico, tanto tu saber como tu desconocimiento circense.

Sepas que: Puedo ver la aurora que, apareciendo puntual, afirma ángeles y señala santos e indica una identidad común disfrazada de monstruos aberrantes y demonios.
Sepas que: Me encanta desvirgar a esa inocencia cual se resiste, obstinada e insolente, a transformarse en sinónimo terrícola.
Sepas que: Quiero saborear aquellos pedazos de tierra que consintieran tantos fallos como aciertos. Deseo saborear la tierra que exije de mí la imperfección; una y otra, el seguir de más pisadas.

Kayac (Cala Trebaluger)Descubre que puedo ser: Aperitivo y postre complaciente. Rabia y Celos. Condición amatoria y Lealtad hasta la Amistad. Infusión sanadora y revitalizante. Almohada, Leño y Diálogo. Comprensión y Diferencias aunque Abrazo. Contradicción guerrera. Látigo y Veneno. Calle abierta. Ciudad cosmopolita. Pozo lleno y campo. Esquina silenciosa. Luz y sombra. Un susurro nadando en un café.
Si te decidieras a tomarme por entero, descubrirías una tarde cinematográfica y adolescente. Tarde de palomitas y golosinas que restan años mientras las bocas asoman juntas y nuestras piernas bien tapadas. O degustarías un tiempo de riesgo y aventuras bañado de ríos y mares voraces y montañas que vociferan vida desde sus entrañas. O, una cama repleta de excitación, donde sobran las definiciones, los interrogantes y la razón, y, por supuesto, también los pijamas. Tómame sin dejarte un ápice. E incluso si te apeteciera cuartearme hasta convertirme en minúsculo para disfrutarme a migajas, tómame. Tómame como quieras, pero siempre olvidándote de la traición; proyéctate, ante mí, no como una ilusión, sí como una visión rebosante de esencia franca.

Presentimiento

atardecer en cantabria (8)
Prométeme que durante todo tu largo te desentenderás de repartir vinagre dentro del chillido de ciudades y que jamás lo esparcirás desacreditando el trino de los pueblos. Que sabrás utilizar el fruto de las vides y elaborarás el más saludable de los vinos; para así honrar a esta vida y, aliándote, brindar tras ofrecerlo… Fuera la que fuera, la tierra; roja pañuelo y entumecida, o esponjosa y húmeda como un vientre fecundo, o amarillenta y resacosa debido al azufre, o tan blanca; como la cal que enluce, o presa de negrura vasta; como la ceguera. O estuviera, la bonanza, calma-lectura o furiosa-celotipia, cuándo animara las cosechas.

Porque tu mirada reza credulidad, voceas eco ¡ Trébol. Trébol. Trébol !.
Y siempre tienes los brazos extendidos y las manos abiertas, de par en par.
Y sostienes el dialogo, sin abandonarlo, entre los hilos con los que se borda el mejor de los tiempos.

Prométeme que elegiras que sean canto y prevalezcan los valores: Corazón-cielo, Corazón-sangre, en cada uno de tus impulsos y locuras, y en emociones y actos y razones.

Porque tú serás musical, tacto tras palabra; al resonar «siembra» junto a cualquier llamada y después del repaso hecho por el filo locuaz de la guadaña. Tú has de ser ¡ pan y riego. Flor y semilla !. Presiento que le girarás el rostro austero y la expresión de declive a la misma muerte, si es que apareciera como muerte desmedida. La habrás de agotar. Acercándote hasta los límites terrenales con una saca repleta de dientes que perduran afilados, de lenguas quejosas y huesos mal posicionados e ideas desatinadas y proyectos vacuos; vaciarás dolor.

Siempre un dado… mi quien de chiquillo.

El orden necesita del desorden para ser quien es; sin él, extraviaría sus razones, nada sería. Así como la balanza precisa de juguetear con el desequilibrio mientras demanda tomar pesos o dejar cargas, hasta ligarse al punto estable de la quietud total como experta equilibrista.

Podría suceder que el equilibrio y el caos se compenetran para erradicar al aburrimiento del cosmos entero, de cada uno de los elementos y la vida de los hombres —cuestión de cocinar los alimentos disponibles, condimentándolos, preparando salsas. Cuestión de ingenio, fortuna irremediable y combinaciones—.

Orbito. Orbito apreciando el espacio plagado de relámpagos, colores y negritud, de casual estabilidad, de calma momentánea y estallidos repentinos, de fugaces y atrayentes cuerpos perentorios a cuales siempre les restará el próximo paso, y de meteoritos que están siendo adiestrados para impactar, y que hallarán, tras el impacto contundente, la fusión que genera novedosas perpectivas, más y más mundos. Orbito, asediando a la paz y despreciándola y esquivando o disfrutando de mi propio caos y aplaudiendo las aventuras que me presenta todo desorden. Orbito, acusando y asiendo, la gravedad y los gases y líquidos de multitud de otrosplanetas. Orbito, incapaz de medir la dimensión de éste ¡único cosmos!. Orbito —dentro de una geométría de conjunto— adosado a las figuras rectilíneas y sinuosamente siendo curvas; como ovalo, espiral y esfera. Eludiendo fraccionarme y cuestionándome si los planetas deben estar separados y distantes, y si éste de hoy, este mío, quizás transita encarcelado en un ínfimo territorio llamado «yo rotundo»… Un yo propio y a defender. Un yo altivo que presume de verdades exclusivas y orbita jactándose de su sapiencia. Un yo que se considera prioritario y con derechos absolutos que pueden ser cancelados si son pedidos por otros. Un yo tan personal como para observar a su alrededor y pudiendo poco ver, percibe porciones apartadas, sólo murallas y restos.

Tengo la suerte de disponer de una báscula que me reposiciona; así es como el caos nunca llega a mostrarse dictadoramente concluyente. Soy un explorador insaciable y por insaciable ambicioso. Me dedico a encontrar las millas y los gramos o la levedad precisa, que puedan otorgarle sentido apropiado al recorrido y balanceo de mi yo querido… a mi yo de chiquillo.

Mercedes

(...) y el aguaContar sobre Mercedes y el agua. Mercedes, la honorable: decir de sangre humana e imperfecta y de esencia bendecida. Extraordinaria madre, mujer entregada a los suyos, mujer de peso -más de cien kilos la honraron por décadas y hasta su santificación ante el fuego-.
Persona que fue una luchadora incansable; trabajadora falta de contrato haciendo peripecias con su salario; jornales conseguidos a fuerza de hincar sus rodillas y mover, repetidamente, sus brazos, higienizando baños y lustrando muebles, suelos y estantes -acabó siendo su columna vertebral la que crujió debido al ajetreo continuado y a los tantos esfuerzos excesivos-.

Mercedes y el agua; ella, de fácil sonrisa, que reía y reía aun rodeada de inmensas dificultades, la que bromeaba incluso de sus días miserables, derrocando aquel dolor que, hincándose profundo, traspasa nuestra materia humana y nos demuestra cuánta es la superficialidad de los cuerpos.
Mercedes; fortaleza, cariño, valentía y bondad. La que era bienvenida en cualquier hogar que visitaba ¡por su franqueza!, por ser, su corazón, la herramienta usada para darle sentido a sus decisiones, gestos y diálogos. La que, sin dudarlo, escogía una sonrisa como tarjeta de identidad. La que luchó, incesantemente, contra las circunstancias de un pasado inalterable que aún le dolía, del pasar que le devino, áspero y, en gran parte, enigmático y desértico.

Mercedes ¡mujer!, la que avanzó siendo capaz de enfrentarse y derrotar a sus muchísimas carencias y a sus tantísimos miedos. La misma, la entregada, la que siempre repartió ganas de vivir; aunque ella se supo, desde bastante joven, circulando a remolque de las circunstancias que no quería ni tampoco escogía.
La que fue; luchadora que vencía a resistentes contrincantes. Navegante destruyendo; dolores hondos, pesares correosos y angustias que sumían al individuo en la inmovilidad y el desespero. La que fabricaba ilusiones y era poseedora y casi dueña de magias celestiales. La que forjó esperanza desde los escombros y fomento ilusiones desde el óxido espinoso que araña como cuchilla, y levantó sueños desde el suicidio, renunciando a cargar con el plomo que menciona cuánto es su peso como carga, cual dicta insalubridad, entre huesos en los que abundan los No a la resurrección y pieles que son desechadas al presentarse hediondas y podridas.

Ella y el agua -cubo, fregona, bayeta, pañales, lejía, frotar y jabón- la que no supo flotar en el mar, y menos nadar, hasta que barajó poco más o menos que cincuenta inviernos.

Ella, que repartió ayuda y vida hasta delatar la mentira que esconden las palabras, imposible y final. La que pudo desplazar hasta donde deseo, aquellos puntos que los demás denominaban, inalterables, concluyentes e inamovibles.
Ella, que sabiendo darle sentido al verbo amar, fue maestra enseñando acerca del agradable sabor de familia, que el poder de la unión dona lazos tan sabios como para desdibujar la fealdad cabida en disgustos, ofrecer la salida dentro de complicados laberintos, y, eficientemente, diluir los peores contratiempos.

Mercedes y el agua. Mercedes es y fue agua por la suerte alquimista. Mercedes; y yo quedo siendo… una de sus cinco burbujas.

(...) y el agua (2)