A una

Hay mar sudando nubes benditas
repletas de mensajes.
Cada día quisiera regaran sus gotas…
lloviera sobre mí su correspondencia
para indicarme cuál equipaje.
Nubes: Olas alzadas
esbozando grisáceas. Celeste ceremonia.
Sal volátil repitiendo
«¡Vida. Conjúgate, Vida!».
Y mientras, el mar; guarda, reparte y recoje.

318-omu G.S. (bcn.2016)

Tarde de cuento, futuro de libro

Cuántas son las veces
que caminos que son mutuos
y saben a nuestros
muestran su espalda.
Marchan.
Se pierden.
Siendo neonatos;
como fantasmas
tuercen esquinas…

Acera frente a acera.
Calzada es río
mientras los autos pasan corridos;
como cortinas nos separan
del hola y los diálogos,
de la dulce mordedura de los ojos
y del tacto alfombrado
que sería buenaventura y bienvenida.

Acera frente a acera
y aquí, nosotros,
pendiente arriba
o calle abajo:
Vecino sobre vecino.
Camino cruce de caminos.
Dentro de una vivienda reja,
creando y creyendo
en extraños y ladrones;
extraviando gozos
y desestimando buenos días;
café y tostadas
almohada, colchón
y Dios mañanas.

Aún nosostros…
Sobreviviendo como ambas orillas
esperando el juntos como regalo.

¿Puedes mirar y verme?
traspasar la distancia
vergonzosa del cuerpo
y pasear
por las plazas y callejas
que desde siempre
para ti guardo.

318-omu G.S. (bcn. 2015)

Promesa de fuerza y kilómetros

MustaphaMustapha; como un mono alado, liviano y muy ágil, cruza océanos y mares, precisa de cuatro o cinco saltos para visitar Birmania, Suecia o Argentina. Él es campanario, cigüeña, gallo y golondrina. Como una araña trepa por el tronco y las ramas hasta la copa de los árboles jovenes y centenarios. Escala los muros y pinta telas sobre las paredes medio derrumbadas de caserones ya casi del todo invadidos por el verdor de la naturaleza. Él es un hombre rescatando vida. Una hormiga ascendiendo por el cristal vertiginoso de cualquiera de esos rascacielos que, por mucho que se eleven, siempre quedarán lamiéndole los talones. Mustapha es un hombre que posee una mente ingeniosa; tiene boca y habla, tiene ojos y ve, pero puede utilizar tan solo una mano: es un tetrapléjico afable y social que jamás ha salido del barrio. Mustapha es una gota de fantasía que le da sentido al sucio asfalto, es una lluvia de ilusión. Es un incansable viajero que camina por dos ruedas. Padre y madre de personajes y universos. Mustapha goza escribiendo. Es un hombre sencillo que ama los lápices y los boligrafos. Suele ser que cuándo pide, pide hojas de papel.

Proporcions / Proporciones

«proporcions»Mentre la natura decideix retallar-se, de mica en mica, fins arribar a tocar-se les peces, jo faig ús dels meus sentits, estic alerta, ben atent, per gaudir de les seves infinites converses.

Mientras la natura decide recortarse, poco a poco, hasta llegar a tocarse las piezas, yo hago uso de mis sentidos, estoy alerta, muy atento, para disfrutar de sus infinitas conversaciones.

Sorolls de vida / Sonidos de vida

sorolls de vida - sonidos de vidaMai corro les cortines
ni abaixo les persianes,
estimo el descans i els verbs
que brollen des de la plaça.

Afegit; com si el mateix vidre d’una finestra,
veig néixer, transcórrer i morir els dies,
inclinat cap al rostre expressiu i canviant
que, xerraire, la plaça em regala.

Tant gaudeixo de les primeres
com de les últimes llums,
dels plataners i dels roures,
de les palmeres i alzines,
del cant despert dels ocells
i del goig viu de les flors,
de la pluja en ser plor i somriure,
llum emotiva de l’existència.

Em desdic dels meus anys
en veure guanyar salut als infants
mentre conquereixen jocs
i tasten el so net de les seves rialles.
Fins i tot em desdic dels llibres
en sentir-me complet i instruït
per tots els glops de vida que passegen
mostrant-me les tantes mesures
que es disposen dins de la llibertat.

Miro -obert al repàs-
observo els anys reposar
allunyats d’angoixes
propers a les bitlles, els escacs i la petanca;
avis que xarren mentre prenen el sol
i en moure aquell bastó -amic fidel-
que subjecten amb una mà,
expliquen com a directors d’orquestra
fent sentir a d’altres:
trons i cants,
llamps i encanteris,
vespres i matinades que ja van passar,
però, que per importants,
queden molt endins com a tresor.

Mai corro les cortines
ni abaixo les finestres;
sempre espero els diàlegs del carrer,
el dir i insinuar de la gent,
els moviments variats que assoleix la plaça.
M’agrada que la llum banyi casa meva
per trobar-me escampat
com un gest senzill
que volta per tot arreu.

Mai corro les cortines.
Mai abaixo les persianes.
Mai tanco les finestres…
doncs no vull perdre’m cap detall
de la tanta vida amb la qual dansa
la meva plaça il·lustrativa.

318-omu G.S. (bcn. 2015)

___________
(castellano)

Nunca corro las cortinas
ni bajo las persianas,
amo el descanso y los verbos
que brotan desde la plaza.

Añadido; cómo el mismo vidrio de una ventana,
veo nacer, transcurrir y morir los días,
inclinado hacia el rostro expresivo y cambiante
que, parlanchina, la plaza me regala.

Tanto disfruto de las primeras
cómo de las últimas luces,
de los plataneros y de los robles,
de las palmeras y encinas,
del canto despierto de los pájaros
y del gozo vivo de las flores,
de la lluvia al ser llanto y sonrisa,
luz emotiva de la existencia.

Me desdigo de mis años
al ver ganar salud a los niños
mientras conquistan juegos
y prueban el sonido limpio de sus risas.
Incluso me desdigo de los libros
al sentirme completo e instruido
por todos los tragos de vida que pasean
mostrándome las tantas medidas
que se disponen dentro de la libertad.

Miro -abierto al repaso-
observo los años reposar
alejados de la angustia,
cercanos a los bolos, el ajedrez y la petanca;
abuelos que charlan mientras toman el sol
y al mover aquel bastón -amigo fiel-
que sujetan con una mano,
cuentan como directores de orquesta
haciendo sentir a otros:
truenos y cantos,
rayos y hechizos,
vísperas y madrugadas que ya pasaron,
pero, que por importantes,
quedan muy adentro como tesoro.

Nunca corro las cortinas
ni bajo las ventanas;
siempre espero los diálogos de la calle,
el decir e insinuar de la gente,
los movimientos variados que logra la plaza.
Me gusta que la luz bañe mi casa
para encontrarme esparcido
como un gesto sencillo
que merodea por todas partes.

Nunca corro las cortinas.
Nunca bajo las persianas.
Nunca cierro las ventanas…
pues no quiero perderme ningún detalle
de la tanta vida con la que danza
mi plaza ilustrativa.

318-omu G.S. (bcn. 2015)

Las voces de lo sencillo (III)

Pintura de la artista "Katie M. Brerggren" http://kmberggren.com/
Voz sencilla que despereza: El materno y suave buenos días que acaricia los cabellos del ser pequeño que tanto amamos, mientras con suma ternura le dice «ya te tienes que levantar».

El hogar huele a cacao y a leche; sabe a dulzura. Las tostadas esperan, ya pintadas, sobre la mesa redonda de la cocina. Y sabiendo a gloria bendita, estas palabras «muchas gracias mama».

Pintura de la artista «Katie M. Berggren» http://kmberggren.com/

De 0 a 100

paso tras paso
El otro día, durante el trayecto que hay desde mi casa hasta el gimnasio, vi cruzarse ante mí a cuatro muchachos de apenas quince años, se perseguían y empujaban mientras reían, jugaban presos de una complicidad que, trayéndome gratos recuerdos, se me apareció simple y vital, complicidad que, por deliciosa, me transportó en el tiempo anotando en mi corazón un apunte de nostalgia.
Sus palabras, alzándose sobre un agudo hilo de voz, todavía evidenciaban aquella infancia que cuestiona y descubre, pregunta tras pregunta, delataban aquel jolgorio que sólo ampara la inocencia. Dentro de la fina musicalidad de sus voces ya se percibía el inicio de la edad adulta, hecho que se hacía presente, al intercalarse y mediar un tono grueso que acometía descontrolado e inexperto y orquestaba de imprevisto como instrumento desafinado.
Cuanta magia inmersa dentro de dichos cambios. La infancia -oval de seda- acepta el trueque; la vida humana transforma músculos frágiles en fuertes, se extienden las cuerdas vocales y el sonido cambia, los tamaños mutan así como el tacto de las pieles, cuando los niños nos dirigimos hacia ser hombres y estamos, inevitablemente, a lomos de un caballo llamado pubertad.
Me alegró constatar, que aun habiendo crecido, que aun con el pasar de los años, aún mi niño vivía.

Erotismo convincente fue aquel guiño que me hizo, confabulando con tus piernas, la falda plisada que llevabas; yendo de lado a lado, de abajo arriba y cayendo hasta permitirle a mi imaginación que volara.

Pude tan sólo ver, lo que justamente el viento quiso en esa hora que observara… a aquella tentación irrefrenable que bien podría llamarla provocación.

Las voces de lo sencillo (II)

Por un ser: plumas, pieles y escamas

barrets terrenals
Quiero verme nacer sucesivamente; anhelo ser prolífico e interminable.
-Un geranio reparte el elixir de sus flores todas las primaveras. Aunque los pétalos alzados terminen arreciando caídos, la voz de cada flor permanece con su mensaje inalterable dialogando por siempre con el cielo y la tierra.

 

-voces sencillas-