Desde el pálpito hasta las matemáticas. (Tras la suma del cero)

Mi corazón necesita sentir y emocionarse -reniega de pautas monótonas- aunque para ello su lengua se posicionase rígida cual estatua altiva, o serpentee encarnecida o se avive acelerada en busca del próximo curso, o enojada se retire en un claro gesto de disgusto solicitando una pausa de descanso o unos instantes de recreo alejándose del latir de contratiempos.
Mi corazón tiene Lengua, Ojos, Manos, Orejas y Boca. Mi corazón no sabe vivir desentendido de sorpresas… puede más la sangre de los cielos que lo invoca que las razones que sujetan estadísticas, definiciones y fórmulas donde no caben las alternativas.
Preciso sentir cada día el impulso del salto y la desnudez natural y espontánea que rechaza los vocabularios estrictos y proporciona soluciones ante cualquiera de las dudas emocionales y algebraicas.
Puedo y quiero sontener la pobre nobleza de mi rico y vagabundo corazón; reconocerme en un sinfín de mismos que dialogan tomando infinidad de formas distintas, desconocer las causas imposibles que son tachadas de utópicas y reirme hasta de las dificultades, pues cada una de ellas acaban siendo material para la enseñanza que me concede un poquito más de veteranía y erudición.

Zumo preciado

Zumo sin precioCreer en la magia y reconocer el libro en que se halla descrita la pócima para traernos de cuerpo presente a nuestra media naranja.
Buscar los ingredientes, elaborar con esmero y bebernos la pócima. Hallar esa mitad que, unida a la nuestra, nos permitirá llenar el vaso con el mejor zumo así saciando aquella sed que nos impedía hacer una parte del camino.
Compartir: Caminar pausadamente. Probar piruetas y conseguir acrobacias de belleza plástica. Descansar algunos ratos y también tropezar… Exprimir instantes con ahínco resaltando la fe que tenemos en la unidad.
Encontrar… pero no esperando regocijarnos en un presente de sumisión donde resuene, de continuo, un «SI-AMÉN» enfermizo.

El poder de la decisión

baños de Panticosa (Huesca)

baños de Panticosa (Huesca)

Qué razón convierte a los hombres terrenos en seres que deambulan sin sopesar acertadamente el peso de cada una de sus pisadas.
Qué razón, prospera y penetra y nos mancha, convirtiéndonos en desalmados que escogen ligarse a un dogma, rey de los absurdos, sórdido, casual y perentorio -a la misma huella que, luego, si conviniera, tacharemos de indeseada-
Razón que pierde todo su significado como tal, ¡pues es clara locura que no atina a construir, que nos arrastra hacia convicciones auto-destructivas!. Nos conduce hasta el asesinato indiscriminado de inocentes (grandes y pequeños, sanos y enfermos, fuertes y débiles), de otros congéneres y de otras especies: de elefantes por un marfil que lucirá tallado encima del último estante que nadie mirará, pero, lucirá… impregnado de polvo y telarañas. De ballenas por su carne, por su grasa y por su semen… hasta su exterminio. De delfines al quitarnos beneficios marítimos. De felinos, por la valía monetaria de sus pieles y de rinocerontes por el valor de ese cuerno que, convertido en polvo, saciará supersticiones.
Serpentea la incoherencia debido a la ambición desmesurada, palabrea la indecencia dentro de este sistema actual de supuestos valores que quedan siendo patrañas que le sirven de escondrijo al mismo demonio. Mientras, los valores valiosos quedan extraviados, relegados a esperar olvidados en nuestra trastienda personal; nos han ido domesticando de tal manera, que en buena parte nosotros vivimos sujetos al autoengaño; incapaces de reconocer la verdad miserable que comportamos.
Nadie muestra su verdadero rostro, se trafica y comercia y malvende lo invendible -hasta a un hermano o a una madre, o un pedazo de tierra que no pertenece a nadie, o la energía que recogemos del sol y del agua- Por ambición se sacrifican piezas insustituibles e intoxicamos el planeta con residuos que jamás podrán del todo ser eliminados; quebramos el equilibrio imprescindible en pos de adquirir posesiones que solamente nos reportan satisfacciones superfluas, algún pellizquito de una aparente felicidad que, rápido, al ser espejismo, se evapora ridiculizando un trocito más del anhelado paraíso.

Cuándo… cuándo las gentes comprenderemos que somos oxígeno, que este planeta demanda que se conjugue la lógica con la participación. Precisamos de proveernos de una conciencia de respeto que nos proporcione una meta valida donde anida la victoria; cada uno de nosotros debemos ser el pilar, el fundamento del cambio, piezas que reconocemos fabricar desgracia, desolación y muerte y, que al darnos cuenta de la destrucción que provocamos, optamos por convertirnos en oxígeno y contribuir de veras a fomentar el cambio próspero que revertirá en generaciones venideras.
Apostemos por dejar mayor salud, aquí en este planeta como huella.

Pertot arreu / Por todas partes

http://www.youtube.com/watch?v=T8c93uZhqxY

Trobo el teu nom escrit inesborrablement dintre de la fusta, quan aquesta ensenya les seves eines com a mestra del llenguatge:
Quan sent tronc que escalfa i cuina, sent llenya cremada, no ha dit encara la seva última paraula; tronc que es perllonga dintre d’altres vides, en un petit racó de la llar o donant-li el punt de torrat o bullit als aliments que esperen repartits damunt de la taula.
Quan es flama que, convertint-se en espurnes, insisteix en conquerir un trosset de cel per, formant part del firmament, regalar-li llum i somnis als nostres ulls i imaginació al pensament.
Quan… com fum viatger, anhela conèixer el que ara està i el que abans era, i els perquè i els com i els quan que omplen els prestatges i els armaris del rebost. Fum que marxa i dòna voltes assemblant-se a qualsevol infant mogut que mai s’atura en ser vital i inquiet, que porta la clau del demà guardada dins d’una butxaca.

Trobar-te repartit dins de l’aigua jugant a ser peix i reflex, estimant la profunditat tant com la claror, creient en un matí encreuat amb les millors coincidències.
Trobar-te dins de l’aigua, quan jo m’oblido de nedar… com escorça de surera carregada de puresa, traient les teves mans i no permetent que jo m’enfonsi.

Trobar-te estès; com a rostres imaginats, fins i tot donant sentiment i diàleg a la inmutabilitat aparent de les mateixes pedres callades.

Trobo el teu nom dintre d’un alfabet que no precisa d’intel·lecte per comprendre, que el més valuós d’aquesta vida es mostra i s’amaga en un seguit de fets senzills i objectes simples.

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(castellano)

Encuentro tu nombre escrito imborrablemente dentro de la madera, cuándo ésta enseña sus herramientas como maestra del lenguaje:
Cuando siendo tronco que calienta y cocina, siendo leña quemada, no ha dicho todavía su última palabra; tronco que se prolonga dentro de otras vidas, en un pequeño rincón del hogar o dándole el punto de tostado o cocido a los alimentos que esperan repartidos sobre la mesa.
Cuando es llama que, convirtiéndose en chispas, insiste en conquistar un trocito de cielo para, formando parte del firmamento, regalarle luz y sueños a nuestros ojos e imaginación al pensamiento.
Cuando… como humo viajero anhela conocer lo que ahora está y lo que antes era, y los porque y los cómo y los cuando que llenan los estantes y las alacenas, asemejándose a cualquier niño movido, que nunca se para al ser vital e inquieto, que guarda la llave del mañana dentro de un bolsillo.

Encontrarte repartido dentro del agua jugando a ser pez y reflejo, amando la profundidad tanto como la claridad, creyente en una serie de mañanas cruzadas con las mejores coincidencias.
Encontrarte dentro del agua, cuando yo me olvido de nadar… como corteza de alcornoque cargado de pureza, sacando tus manos y no permitiendo que yo me hunda.

Encontrarte extendido; como rostros imaginados, incluso dando sentimiento y diálogo a la inmutabilidad aparente de las mismas piedras calladas.

Encuentro tu nombre dentro de un alfabeto que no precisa de intelecto para comprender que lo más valioso de una vida se muestra y se esconde en un seguido de hechos sencillos y objetos simples.

Gente

gents.

«Guillem Mudoy»

Altos y bajos. Gordos y delgados. Morenos, castaños, pelirrojos y rubios. Jóvenes y ancianos. Simpáticos y antipáticos. Ateos y creyentes. Egoístas y altruistas. Hombres y mujeres. Gente, cargadas de proyectos, de anhelos y de pocas o muchas experiencias. Gente que comparte un planeta, que lo comparte escondiendo sus mayores verdades, omitiendo su esperanza, entre alegrías y risas y el llanto que apenado remarca la tristeza.
Gente que, como iguales, sienten dolor ante un pisotón o placer ante el orgasmo; gentes, iguales ante lo primordial, sin diferencias. Gente, que frente al frío tiritan o sudan sometidos al calor. Multitud de gente, hombro con hombro y codo con codo, de paseo por la vida y con una bocanada de aire aún por respirar. Sigue leyendo

Sed de lluvia

sed de lluvia...

Las madres le agradecieron al universo los hijos tenidos (consideraron la deuda. De él, loaron su gracia).
« Son bienvenidos todos los frutos que nos acercas. »

Pero, el universo, empedernido altruista evolutivo, renunció a las ofrendas, no quiso saber sobre cuestiones de deudas y, descartándolas, más hijos les dio.
Los padres, conscientes de su enorme responsabilidad, instruyeron a esos hijos ante su inexperiencia (tomaron las herramientas y descartaron las armas).
« Marchen al frente; el valor, el esfuerzo, el tesón y la confianza, pues, todo resulta campo al que recordarle que su fertilidad merece la siembra y la consiguiente cosecha, no existe aquí para ser pérdida. »

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Por la gracia del pulso

Quién se sintiera seguro de si mismo, nunca precisará de trono ni latigo ni de ninguna vara de mando, de esa esclavitud que comporta, a un lado los siervos y al otro los amos. No necesitará utilizar ningún uniforme, la fama que encumbrando añade vileza, la mención que enorgullece hasta corroborar dentro de nosotros el desprecio, o un rango o cargo diplomático que, abriéndole las puertas, a otros seres les suponga, subyugación.
Él apartará de su vida el distintivo de una orden o bandera que pudiera ampararle ante sus posibles delitos; como así mismo la fuerza implícita que le otorgó la naturaleza como género, y que por defecto y desde los tiempos se acostumbro a someter y violar al otro, mientras infravalorando sus capacidades y su sabiduría, desahuciaba su tanto esfuerzo y su mucha razón. Sigue leyendo

Como llave y zurrón

como llave y zurrónRepaso mi vida, cayendo en la cuenta, que ha sido tan apacible y discreta como lo es una terrible tormenta, donde deslumbran y resuenan, copiosamente seguidos, rayos y truenos -Tardé en saber sobre un buen pedazo de queso y tortillas de dos huevos, norias y caballitos y nubes dulces de algodón que hacen creernos dentro de un sueño-
Agradezco que así fuera; agudicé el instinto, domestiqué razones y multipliqué mis esfuerzos; sumé elocuencia y empeño. Aprendí a interpretar la intensidad, el recorrido y las intermitencias de la luz y los descuidos cabidos dentro de la oscuridad; valoré según correspondiera imágenes y contenido. Conseguí medir y graduar el timbre y las melodías de mi propia sonoridad casi al punto del acierto -puedo ser dardo impactando en el centro de una blanda diana tras haber perdido mi punta ferrosa chocando contra mármoles resistentes y helados que parecen nunca desgastarse- Sigue leyendo

Tras descifrar

tras...Repitió tantas veces «te quiero» sin sopesar su contenido, que trastocó el valor dispuesto en tales palabras.

Prometió enlazar, su mente, corazón y manos, con cada vocablo pronunciado por el amor.

Pretendió comprender las respuestas que giraban en torno al mundo. Arrimarse hasta hacer suyas las cuentas ajenas pendientes. Cuidar el descanso imprescindible de los seres próximos y respetar la vigilia y movimientos de estos mismos. Procuró convertir en visibles las ilusiones y promesas que vagaban solas entre dichos. Incluso caminó a deshoras en pos de hallar los mejores versos de Cupido -siendo suma extraña; cuando los hombres pierden razones y estampa- buscando efluvios contemplativos allá donde se extravían los minutos y segundos. Sigue leyendo

Gracias a las cabras sin establo

Marta cabalga salvaje por sus días y, aunque fue repetidamente desvirgada -como suele suceder al pagarle tributo a los años de una vida- nunca perdió la inocencia de su niña, jamás la traicionó ni quiso abandonarla. No renunció a sus sueños ni tras las peores partidas.
Trabaja vital. Ilusiona amistades y futuro. Fantasea hasta el punto de yo creerla visionaria. Pasea alocada e incapaz de domar con acierto dominante sus impulsos. Anda libre y corre libre. Salta con tal ímpetu, que hasta levanta los ánimos que va encontrando caídos.
Hace mucho, la oí contar que tenía un lema añadido al de no dañar a nadie «soy un naipe que se dispone para el juego y un ladrillo constructivo preparado para edificar y una osa renegando de perder el tiempo e hibernar».cabras y caballos

Ella da. Desde que nació ama por amar -es su esencia que lleva impreso el altruismo- Se entrega por entero y avanza, alegre y despreocupada, a pecho descubierto; mientras le llueven adjetivos descorazonados y la crueldad del juicio ajeno y poco empático, que no ceja de emitir sentencias despreciativas, bastardas y envidiosas, que pretenden desbancar a esa inconmensurable grandeza -triunfo y vuelo- poniéndole de mil formas distintas, la zancadilla.