Quan…/ Cuando…

 

Quan trencats els seus vidres,

en filera, enlairats els fanals;

muts de llum!,

tristament fosos,

els fanals, morts dormien.

 

Quan ballava la flama

quasi al punt d’exhaurida.

De l’espelma, vençuda la cera,

a la taula, arrapada;

semblant un petit llac congelat.

 

Llavors, l’espelma,

sent una ombra d’abans,

una ombra sortida des de la llum,

un àngel caigut fet de líquid desfet,

abans havent esdevingut com un sol,

i ara trobant-se el seu dret enlluernador…

agenollat.

 

Quan els anys pesaven més

que la incertesa de la mort i el seu parlar.

 

Quan la mar era aspra,

només un munt de set, només salada,

buida de pau: tempesta,

remor de llamps i trons: d’agres passats.

Quan la mar es trobava

d’altres minerals més antics que els anys

del tot oblidada.

 

Quan el corrent del riu,

sorda d’alegries, se’m portava,

Quan la desil·lusió, aferrant-se a mi,

m’enfonsava i ofegava,

i xarrupant les meves forces

m’impedia nedar.

 

Quan els anys pesaven més

que la incertesa de la mort i el seu parlar.

 

Quan la meva mà ja s’enlairava

propera al gest que diu adéu,

i el meu moure s’enredava

amb el gruix fil de la quietud.

 

De sobte,

les hores que estaven dormides van despertar,

vaig recuperar l’empenta,

em vaig elevar sortint de la cova,

veient que el sec desert,

tornant-se cultiu,

humit floria així renovant-se…

en aparèixer, tu.

 

318-omu G.S. (Bcn-2013)

 

***   ***   ***

 

(castellano)

 

Cuando rotos sus vidrios,

en hilera, elevadas las farolas;

mudas de luz!,

tristemente fundidas,

las farolas, muertas dormían.

 

Cuando bailaba la llama

casi en su punto de agotada.

De la vela, vencida la cera,

a la mesa, agarrada;

pareciendo un pequeño lago congelado.

 

Entonces, la vela,

siendo una sombra de antes,

una sombra salida desde la luz,

un ángel caído hecho de líquido deshecho,

antes habiendo acontecido como un sol,

y ahora encontrándose su derecho deslumbrante…

arrodillado.

 

Cuando los años pesaban más

que la incertidumbre de la muerte y su habla.

 

Cuando la mar era áspera,

sólo un montón de sed, sólo salada,

vacía de paz: tormenta,

rumor de rayos y truenos: de agrios pasados,

cuando la mar se encontraba

de otros minerales más antiguos que los años

del todo olvidada.

 

Cuando la corriente del río,

sorda de alegrías, se me llevaba,

Cuando la desilusión, aferrándose a mí,

me hundía y ahogaba,

y sorbiendo mis fuerzas

me impedía nadar.

 

Cuando los años pesaban más

que la incertidumbre de la muerte y su habla.

 

Cuando mi mano ya se elevaba

cercana al gesto que dice adiós,

y mi mover se enredaba

con el grueso hilo de la quietud.

 

De repente,

las horas que estaban dormidas despertaron,

recuperé el empujón,

me elevé saliendo de la cueva,

viendo que el seco desierto,

volviéndose cultivo,

húmedo florecía así renovándose…

al aparecer, tú.

 

318-omu G.S. (Bcn-2013)

Anudados

“Surgidos del barro o venidos del mono: tejimos las pieles”

Por un recuerdo nacen suspiros.

Permíteme que no olvide

el placer de esta última noche…

juntos descubrimos tantos lenguajes,

los porqué de nuevos abecedarios.

***   ***

 

Tu gemir brota desde la misma sangre,

surge como un oasis al llenarse tu pozo.

Tus gemidos resbalan,

ellos buscan la cúspide al salir de tus labios.

Se suceden y sostienen;

por la fibra, por los músculos,

y es que tu peso se ampara,

y es que depositaste tus nalgas

en el brío de mis brazos,

que firmemente rítmicos;

asedian al gustoso roce,

empujan y acogen alentando vaivenes,

cuales sólo tendrán término

cuándo las luces renazcan siendo una fuente,

cuando ambos, confesos de un gran placer,

extasiados estallemos.

 

Nuestro placer y deseo;

camina y levita:

Entre gotas saladas que quitan el hambre

y decenas de dulces notas

que contienen la llave que abre la vida.

 

Notas que no empapan como lágrimas,

ni saben a vergüenza, ni cuentan sobre dolores.

Notas venidas,

cuándo nuestro corpóreo dialogo se precipita

con su hábil dicción,

y él, ardoroso conjuga:

 

Mil blasfemias con el respeto.

Al alma y a la razón con la irrefrenable pasión.

al amor más tierno capaz de contener un corazón,

con el desenfreno carnal, ¡con la lujuria!.

 

Un rico juego se aúpa y se esconde tras el movimiento.

Confías en la acertada tensión de mis brazos,

repletos de ganas, ellos son balancín.

 

» Igual que las brujas precisan de una escoba para volar,

las mujeres y los hombres necesitan de la magia del amor para vivir.»

318-omu G.S. (Bcn-2013)

Llama en carne aunque envejezca

 

Por ser hombre;

un hombre y de carne.

Un hombre que se cierne a la vida

desentendido de fines.

Un hombre que desaloja su vista

de los mil grados Celsius que huellan dando ceniza,

o, del peso,

cuándo la tierra se aploma y más pesa,

sobre los órganos ya callados

y la acritud solemne que refieren,

quietos, los huesos.

 

Al ser carne y de hombre;

yo juego a pecar.

Juego gustoso.

Peco, juego y deseo.

Deseo…

 

Tanto ese preciado tesoro

que anida asido a tu pecho;

como la brea que guardas

alejada de la santidad trivial,

de la castidad banal

y del hálito mordaz de la muerte.

 

… Y me dejo llevar.

… Y me dejo vencer;

por las ganas. ( El deseo me adoctrina ).

Por el olfato y el roce. ( Los sentidos son pies y galope ).

Por la piel y la imaginación.

( Hay sudores pendientes que valen como pago y saben a miel ).

 

Cuánto me place rebozarme con las ascuas de tu sexo.

Eludir aquellos silencios que solapan al placer, y…

reventar dentro.

Navegar, entre gemidos, por las entrañas de tu voz,

e incluso deleitarme con las providencia de sus ecos.

Cuánto me place relamer,

cada uno de los tonos saludables de tu cuerpo.

 

Tanto y tanto deseo adentrarme,

atreverme y ser un naufrago perdido en alta mar.

Ser un simple grumete o un experto capitán.

Ser mástil, remo o vela,

anclaje o tela,

cuerda o madera,

para saber sobre las olas que conversan;

mansas o altivas,

furiosas o pacíficas,

pero ante todo, sujetas a los minerales de tu mar.

 

Vale la pena atreverme,

porque sólo al atreverme;

tendré la recompensa,

al fin podré encontrar,

muchas de las respuestas sonoras

que me pide el hombre que soy.

 

Respuestas hechas de carne y emociones.

De carne que alía nuestros dispersos universos

en la raíz de un mismo ombligo.

 

Por ser hombre.

Por ser hombre y con carne:

soy incapaz de sostener perpetuamente la razón.

Y mucho menos cuando escucho el cálido rumor,

cuándo, insinuante me habla

el origen de la multiplicación.

Hasta el punto de hacer temblar,

de dar rienda suelta a una locuaz locura,

al extravío y a la lucidez;

así logrando hacer sinónimos a los opuestos.

 

318-omu G.S. (Bcn-2013)

 

Camaleónico aliento

Geranis

(I)
Y aparcado en este solitario vagón
aguardo la llegada de un revitalizante verano;
alcanzo el alivio,
en un peldaño a la esperanza, y…
espero…

Y acompañado de un único instrumento
raspo las cuerdas de mi violín, y…
espero…

A una voz que quiera darme,
aunar al mío, su sonido,
para así formar un lindo dueto.

No me sirven los recuerdos.
Resultan en algunas ocasiones:
sólo pasado son recuerdos.
Hay tantos de ingratos, de torpes e inhóspitos,
sabiendo inclusive peor,
que los indeseables e inútiles silencios.

(II)

Un «NO» a cualquier tipo de maltrato.
Un «NO» a cualquier humillación.
Abogo por el entente y la bondad en el trato.
Respaldo el diálogo beneficioso y productivo
que siempre resguarda el máximo respeto
rechazando al mal de los rencores.
Respaldo a la comunicación que amamanta,
(tantas veces acogida por relojes,
por las aspas y segundos de algún tiempo),
a la comprensión que contrae casorio
con el más sincero perdón.

Y ante las aptitudes o hechos
que desdigan lo arriba expuesto:
telón corrido o telón bajado,
sea como fuera… telón cerrado.

Telón que separa con tela
(gruesos y rudos tejidos son tantas veces los pensamientos).
Hay veces que es tan recia la tela,
que se asemeja a un muro,
a un muro duro y terco, duro y seco.

El público a un lado, y al otro…
un escenario ya plegado, y yo como actor.
Y queda el silencio.
Y el silencio habla,
se sumerge invadiendo el ambiente con su hábito de callado,
se reparte por los objetos y se sienta en las butacas.
El silencio cubre la platea, el gallinero y los anfiteatros.
El silencio tiene un peso tan denso
que acalla la voz de los futuros contenidos,
y hasta al mismísimo compacto e invisible espacio.

No caben en esta hora ni los aplausos ni los alabos.
Confieso que me apena enormemente saborear
el fin de la escenificación,
el término de una obra.

(III)
El juego terrenal y de parejas no se acomoda,
suele desentenderse de la esclavitud de lo eterno.
Pero, aún adivinándolo y sabiéndolo;
duele decir adiós,
(como duele inmensamente llorar
en un futuro próximo por antiguos pasados),
aunque tras este adiós amaneciera otro «¡hola!».

318-omu G.S. (Bcn-2013)

Dos alas para una paloma

escaleras

 

Arriba: suenan alegres campanas

y anidan cigüeñas.

Abajo: sólo un continuo eco alberga la plaza.

Eco alejado de turbias tristezas,

construido por amables y familiares risas,

que destrabando cuestiones de vida

sazonan color.

 

Para mucho sirvió el hechizo de astros;

le concedió la boda con su cosecha al escenario

al darle validez a nuestro amor.

 

Serán tantos los brotes,

que apareciendo nuevos y jóvenes,

conseguirán rejuvenecer el jardín.

 

… que hasta los ojos ciegos,

saciados por la gratitud de las flores,

oliendo la grata esencia volcada, renacerán,

sanados, ellos verán.

 

Y hasta los mismos hombres,

de parco imaginar y de pensar incrédulo,

convencidos y decididamente,

al fin, abriendo grandes ventanales,

desterrarán a su necedad,

extraviarán a esa desdicha que provoca la inopia,

e infranqueables, y altos muros, demolerán.

 

Arriba: desde su altura, el campanario.

Con su sonido refresca,

del pueblo, su algarabía.

 

Abajo: vuelan los granos de arroz

y se afianzan por los cabellos.

El arroz penetra entre los botones

y hundiéndose en los bolsillos

encuentra cobijo.

El arroz tapiza enormes baldosas

y decora la escalera,

cual al salir de la iglesia,

-de la mano y enamorados-

tu y yo, descendemos.

 

318-omu G.S. (Bcn-2013)

Tan humà com de carn i pell- Tan humano como de carne y piel

cel-terra-arbres(I)

Tan ben lligat;

com trobar-me complet

dintre del món de tants altres.

 

Tan acompanyat;

com un riu, quan esdevenint el desgel

corre creixent,

per amb la mar abraçar-se.

 

(II)

Tu i jo; tan diferents.

Com la humida transparència de dues gotes de pluja

que remulla la roba estesa

sent el so d’esperança.

 

Tan iguals;

com trenta graus d’un estiu,

que despulla els cossos sense dir-los paraula.

 

(III)

Tu: el meu repòs, (alguns cops).

Tu: la excitació, (un bon grapat d’estones).

Tu: una tassa plena que vida desborda.

Jo: una cullera que el sucre remena

sense contar les voltes.

Així aquí, procurant convertir en dolços

els teus temps d’amargor i records agres.

 

Tu i jo, mirant-nos!,

deslligats de tot pes,

a dalt d’un mirador despengem estels

mentre fem jocs de mans;

bateguem amb un sol cor al gronxar-nos.

 

(IV)

Junts desfem núvols.

Tornem flonges les pedres

i clar el cel tapat.

 

Som un cant d’ocell

que dorm a la foscor

i desperta a la millor de les matinades.

 

318-omu G.S. (Bcn-2013)

 

                    ***

(castellano)

 (I)

Tan bien ligado;

cómo encontrarme completo,

dentro del mundo de tantos otros.

 

Tan acompañado;

como un río, cuando aconteciendo el deshielo

corre creciente,

para con la mar abrazarse.

 

(II)

Tú y yo; tan diferentes.

Como la húmeda transparencia de dos gotas de lluvia

que remoja la ropa tendida

siendo sonido de esperanza.

 

Tan iguales;

como treinta grados
de un verano,

que desnuda los cuerpos sin decirles palabra.

 

(III)

Tú: mi reposo, (algunas veces).

Tú: la excitación, (un buen puñado de instantes).

Tú: una taza llena que vida rebosa.

Yo: una cuchara que el azúcar remueve

sin contar las vueltas.

Así aquí, procurando convertir en dulces

tus tiempos de amargura y recuerdos agrios.

 

Tú y yo, mirándonos!,

desatados de todo peso,

arriba de un mirador descolgamos estrellas

mientras hacemos juegos de manos;

latimos con un solo corazón al columpiarnos.

 

(IV)

Juntos deshacemos nubes.

Volvemos blandas las piedras

y claro el cielo tapado.

 

Somos un canto de pájaro

que duerme a la oscuridad

y despierta a la mejor de las madrugadas.

318-omu G.S. (Bcn-2013)

Monotemático…

 

Monotemático:

Un miembro erguido,

firme e hinchado.

Un pozo (húmedo)

que reclama el vaivén,

que lo frote la lluvia

hasta que rebosen sus aguas.

 

Monotemático:

Aquel contacto

… perdidamente enamorados.

O aquel otro que busca

el vicio orgásmico.

 

Pero, ante todo…

persiguiendo la misma ruta;

la cual, en caliente fronda penetra.

 

Monotemático:

Manchar el sofá;

formando uno

convertirse en cuatro.

Monotemático:

Cediendo al placer

someter a cualquier eclipse.

Acomodarnos sobre la alfombra

y volvernos lobeznos;

rememorar aullares lunáticos.

 

O bien, a pelo

y de pie gimiendo.

Suspendidos en el aire

mediante correas y poleas:

apretar todas las botoneras;

hacer subir y bajar,

parar y avanzar,

volver carnal el metal del ascensor.

(Con ganas satisfacer

nuestro animalesco celo).

 

Monotemático:

Mordisquear tus muslos.

Erizar tus pezones.

Sorber cava en tu ombligo

agrandándose el poder etílico

al palpar (a un tiempo)

las uves de tu entrepierna.

 

Monotemático:

Intuirte (como sexo).

Desde tus finos tobillos

hasta la misma médula.

Soñar. Y también

perder el sueño

al imaginarte desnuda.

Arropar tus adentros.

Contemplarte estallando.

Derretirme en tu cera.

 

Monotemático:

Tu rincón inundado

y mi espalda arañada.

Un óvulo fecundado

por algo más que el esperma.

 

Monotemático aparte.

Ya transcurrido el vigor

que vino junto al enlace.

Ya pasó la fiereza,

la pasión y el embiste

hambriento e irrefrenable.

 

Politemático aparece

lo mejor del gran gozo,

la mejor de las partes:

un sollozo advirtiendo.

 

Que los tiempos se extienden

por la virtud del sexo,

por los efectos afectos

de entregados amantes.

Que no hay fin sin principio.

Que desde una pequeña semilla,

creció el árbol más grande.

 

Desde lo monotemático aparecen…

asuntos politemáticos.

La frescura del soplo

que, envolviendo la casa,

por entero la llena

con el temple preciso…

de nuevas primaveras.

 

318-omu G.S. (Bcn-2013)

Nudo de manos; don y respiro

 

MANS AGAFADES

Desde la fina costura;

harapos deshilachados

se convierten,

en un elegante traje

rezumando

hermosura.

 

Es junto a ti

que soy atleta.

Hago, (atrevido),

saltos mortales,

altas piruetas.

No tengo vértigo.

Pierdo los miedos.

De la miseria,

saco riquezas.

 

Próximo a ti:

amor;

amor intenso.

 

Respiran baúles, por fin son abiertos.

Recios muros, desisten derrumbados.

De pronto enmudecen los locos silencios.

Las rejas robustas resultan serradas,

y pierden su esencia los tantos secretos.

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Simplemente te quiero

COR X TOT

 

Aunque la muerte vierta la noche

cubriendo los colores con su mantilla,

y adormecido, sufra el letargo,

quedando amargo el sabor del día.

Al recibir, de visita, a esta áspera muerte,

la que acude, acercándose a mí, como vigilia.

 

Hasta que ruede la última de las lágrimas

desde las nubes o por la mejilla,

o difuntas, inertes yazcan todas las risas,

en un seco desierto, sin boca alguna.

 

Hasta esa misma hora y sin cesar,

escribiré con mis labios,

un plácido y enorme te quiero.

Dejaré, para siempre, la evidente constancia,

de mi amor desmedido sobre el cielo.

 

Porque por amor

las flores negras rejuvenecen.

Porque por amor

son inundadas de luz las estancias,

habitaciones, otrora vestidas,

de frialdad promiscua,

de claridad, completamente vacías.

  Sigue leyendo

Por la gracia de esta suma

nosotros

 

 Uno del otro

…y sin el otro;

un «yo» de espaldas,

un «yo» sordo y mudo.

 

Uno sin el otro:

una mueca desgarbada,

o el desmotivado gesto

…menos que menos,

menos que poco expresivo.

 

 

¡Uno del otro!:

Un mismo pedazo de alba

que protege el sol con su azada.

La misma fracción de un segundo,

que nunca pierde su sentido,

y capaz, creativa transmuta su habla.

La confortable y cálida colcha del universo,

en que acurrucarme, tanto fuera;

como adentrado en el reposo, ya en la cama.

¡Uno del otro!:

Una misma madeja de lana.

La corteza de corcho donde asirnos,

cuando, furiosa, chilla la tormenta;

quiebra el cielo y esboza

con el golpe de lanzas

y el temblor de sus luces,

cuando impetuosa, la tormenta gruñe,

y para nada respeta,

a las anclas solitarias.

 

¡Uno del otro!:

La arcilla roja con olor a nubes,

que musita frescura así amando;

toda el agua y la vida

que con suma simpleza nos resume

la implícita elegancia de un cántaro.

 

¡Uno del otro!:

El unísono temple

que se vierte eficiente

sobre interminables espacios.

El latido que le da cuerda al tiempo,

y propaga, y extiende expertas citas;

el gran gozo donde nacen los suspiros:

el nosotros. Y con nosotros;

un enorme porque que nos explica

acerca de la imperdible existencia.

 

« Uno del otro,

sin el otro…un «yo» mudo.»

 

Uno sin el otro…

significa un nosotros perdido.

 

318-omu G.S. (Bcn-2013)