Uno, dos y tres

cel nubolat a collserola BO(1)
-Llama(da), potro en camino-

El hambre y la sed de los cuerpos
convienen en ser llama encendida.
Uno más uno…
Dos retozan unidos
con sendos pezones tensos
y un miembro con su carácter erguido
abanderando a la piel deshuesada.

Uno y dos.
Toc, toc, toc… recibimiento.
Dos.
Bravura y suavidad.
Oleaje penetrante y perfumado.
Dos,
asidos al presente que no requiere de demandas. Sigue leyendo

Amores que…

Los mejores amores suelen ser provocadores; utilizan el músculo del corazón, la intuición esperanzadora y el pálpito de la entrepierna. Pactan con la grandeza y el delirio e incluyen en su agenda:
El sexo exclamativo que completa exento de interrogantes, desconociendo el moho que habita y pudre la trastienda; eludiendo máscaras traidoras y nocivas payasadas que provocan un viaje sin retorno hacia los portales más oscuros. Ese sexo, adherido al ajetreo, convierte sillas robustas en sillas cojas, revienta colchones resistentes, mancha las alfombras y parte en dos las mesas donde solo sellan las salivas de su nombre y los gemidos.
Esos amores; de mano firme, paso confiado y entereza; anotan la aceptación que le corresponde al apartado individual y subjetivo, y la comprensión que inclusive abarca, desde lo surrealista o lo paranormal hasta lo incomprensible e ilógico ¡razones y vísceras propias y puras de la tradición humana ! Sigue leyendo

Promesa soluble

» Soy uno más del coro
resumido como nota
cuando escucho
y mientras sueno.
Sueno mucho mejor
cerca de ti.»

***
Recorro tu ser
y apuesto a confiar.
Sólo cabe esa manera si pretendo
conocerte y conocerme;
descubrir, componer y completarme,
perfeccionar el engranaje
dentro del círculo.
Acepto mi fe: recibo el bautismo
con cada uno de los aceites que desprendes.
Sin buscar encuentro;
de tus poros brota el agua
que difumina contratiempos,
silencia estribillos repetitivos
y anulando vocablos complicados
aproxima hasta enlazar
lo extraño con lo común,
aparentes contrincantes
que sólo por mera imagen -pasajera-
eran opuestos.

(El Om, la Luna y la Cruz,
junto a otros magníficos y prósperos signos
aunándose nos alumbran,
pues más raíz que diferencias
todos ellos auspician ¡ CONSTRUCCIÓN !).

No sufro de ceguera:
Me sumerjo
para reconocer las profundidades
humanas y celestiales que cobijas…
Sé como inevitable,
tropezar con el vértice acusado
de alguna de tus espinas;
deseo la prolongación de sangrar;
pacto contigo contando las estrellas
mientras nos bebemos el sudor
que significa aprovechar todas las partes.

(El oráculo habló:
Contó que también nací
para ejercer de curandero;
no conozco dentro de esta vida terrenal
ninguna alegría que trascendiera
sin antes haber recogido
instantes de llanto).

Quiero conocer
tanto el paraíso que sujetas
como la prisión que soportas.
El auxilio de tus oídos,
de tus manos y de tu boca.
Los alimentos que precisas
para clamar bien alto
«viva la madre victoriosa
que esparce existencia»
y ser sabedor
de tus remedios predilectos
y de tus heridas.
Deseo comprender,
el porque
de la ausencia que te cubre en ocasiones
dándote fuga, evasión o exilio.

Sonrío
al deslizarme por tu ser.
Cuando tengo que descender
a tus abismos personales,
aprovecho el carbón que encuentro
para dibujar planos y escribir mensajes
que te faciliten enviar a tus fantasmas,
a tus bestias o demonios
a un largo viaje…
… hacia el olvido.

Me adentro.
Reclamas que mi yo aventurero
indague tus necesidades,
te brinde soluciones y posea.
Me adentro para comprender
la mecánica natural
que te hace atrayentemente irresistible.
Para hallar e instruirme
sobre los huecos del alma
y la dicción del placer;
resigo tu estela,
releo tus curvas…
descifro la clave que muestra
la diagonal precisa
que me aproxima hasta la oración
¡gracias a la vida!

318-omu G.S. (bcn. 2015)

Como una fuente de obsequios

Bríndame tu carne, deja que me proporcione tanto el agradable agotamiento físico como la sensación a victoria.
Sepas que eres mi partida preferida. Me apetece, junto a ti, imprimiendo un justo y variado movimiento, empujar tu cuerpo y hacerte correr como a una ficha… repetidamente. Ante tal juego decido optar por el empate, para que se alargue este tiempo compartido en un baile de prorrogas.
Envío al explorador perfecto a recorrer tus paisajes y profundizar en tus cuevas. Consumo, soy adicto de las drogas que emanan desde tus pozos; adoro tu química. Adicto que prueba las sustancias que albergas y alargan la vida.
Realza. Dale verdadero énfasis a mi vestido de hombre, recórtale su ridiculez y precísale buenas medidas.
Consúmeme, y mientras lo haces… consigue que me reconozca como esa parte exacta que te completa.

Promesa de pieles

Aprieta mis nalgas con tus piernas.
Tutéame.
Golpéame el pecho.
Abraza la testosterona que desbordo.
Acaricia mi nuca y huéllame la cabeza.
Afinemos conjuntados nuestros timbres.
Desatemos los nudos complicados
que entorpecen los respiros
y encartonan el alma y los pulmones
estrangulando tantas ideas
y restándole voz clara al cuello.

Muérdeme ambos lóbulos.
Señala tu paso
¡registra!
sea evidente tu rastro
al reseguir la saliva.
Son deliciosos los jardines,
de tu palacio, virgen, mujer y ninfa.

Dale marcas.
Tatúala a base de instinto.
Dibuja. Mapea
a fuerza de arañazos mi espalda
e indícame el horizonte;
sírveme de guía.

Convierte en jadeos el silencio.
Cuéntame con gemidos.
Es hora de apartar
y renunciar de los diccionarios;
haz absurda la lógica y haz antiguo el sentido
de cualquier razón o palabra;
acude la verdad primaria
para marcar su obsolescencia.
Suéltate el pelo y cabalga,
sé amazona y sé yegua,
entrégale a mi tela tu trama.

Disfruta del pálpito acelerado.
De los olores con sal
y también afrutados.
Del sabor caluroso y a pieles.
Del roce que te lleva a subir escalones
y del himno adosado
al frenesí complaciente.

Preséntate vital y tierna.
Sé loba impúdica
entre apuntes decentes.
Acude con tus movimientos
para rebatir el significado de las guerras
y concederle, al amor,
un lugar preferente en la tabla.

Desdobla placeres
que estaban guardados en viejos cajones.
Incrementa ilusiones
y que aletee primando la esperanza
¡ pulso y vida !

Me adentro (despacio. De a poco)
descubro rincones embriagantes,
volcanes por explosionar
y tesoros que sobrepasan con creces
el valor de los diamantes tallados
y el oro con sus mil caras.

Me permites.
Tomas y te entregas.
Gozas en extremo
al sentir que cazas,
cuando te regalo mi presa…
Cual juguetea
tanto con suave fricción (paño de seda)
como con el duro embiste
de marfílea memoria;
te arrodillas ante esa combinación penetrante
que desentraña fieros trabalenguas
mientras al edén te transporta.

(Pendula la manzana y sisea la serpiente,
ambas hablan prescindiendo de tabús
y fuera de prohibiciones,
sin complejos ni manías)

Ya alcanzas el estallido sublime
portador de aquel sudor agradecido
que viene acompañado de inmejorables elixires.
De brotes maduros cuales humedecen
sendos sexos y entrepiernas.
Que avivan al legionario extraviado y moribundo
y asesinan al tiempo contestatario
con su luminosidad despiadada.
Que deletrean ambientes únicos
al decorar con acierto los espacios
e inclusive cantar, teniendo alma,
una romántica balada.

Ya mojan, delatando el trajín,
breves sustancias afrodisiacas.
Tras concebirse la electricidad
en suelo y cama;
usándose el punto y la coma,
la exclamación y el acento,
  un par de paréntesis,
y, como no, alguna raya.
Quedando como digna impronta una señal,
para envidia una evidencia…
Unos cuantos corazones líquidos
sobre un par de cojines y nuestras sábanas.

318-omu G.S. (bcn. 2014)

A la hora en punto

Mi día despunta magnificente; abro mis ojos y te veo mimosamente erizada; cómplice y deseosa, desnudada por la luz.
Siento tus labios carnosos traspasar el silencio nocturno; como ellos, humedecidos, besan mi pecho y sanan mis cicatrices. Creo en la religión de tu lengua, cuando danzante, recorre despacio mi cuello y así mismo sendos hombros. Reconozco el más grato e inocente apunte vampírico mientras tus dientes me otorgan el placer sensitivo, al morder, pérfidamente, cualquier parte de mi piel entregada.

Eres experta en las lides amatorias cuando de veras amas -sin recelos ni tapujos- bien aprendiste a instrumentar aquel compás que despierta al hombre sonámbulo, a la exclamación alentadora y a los gemidos que confiesan los puntos álgidos.

En esta hora soy un hombre agradecido reconociendo cuanta es la proximidad de su cielo. Un hombre que delata tanto su poder como su fragilidad al mismo tiempo. Un hombre que para nada quisiera extraviarse en la insatisfacción de no completarse o en la locura que devendría por perderte.

Todavía entre sueños -mudo de palabras. Sólo calzando onomatopeyas. Algo torpe- preso del onirismo que es sublime por llegar a ser palpable, recojo mi centro endurecido en la redondez de tus nalgas -debió sentirse imantado-

Me resulta ciertamente imposible de dosificar la proporción que debo tomar de tu perfume -propio y exclusivo- Causas la rendición de cualquier negación en la cual convengo; Logras embriagarme e hipnotizas de manera más eficiente que el mejor de los líquidos etílicos… Siempre cedo para entregarme a tus juegos.

Redoble

http://www.youtube.com/watch?v=ALP4rC9F4bw
Una mañana de paseo por los jardines, de estanque y de remos, de peces y cisnes, de mantel extendido sobre la hierba y de vino tinto llenando una bota de cuero que pasa de tu mano a mi mano.
Mañana y tarde. Donde quedan relegados a la ausencia; el trabajo, las preocupaciones y el tiempo que como peso nos entristece y arruga -solamente atendemos a las voces del presente, contamos, más que nunca, la vida por instantes-
Liberados del qué será… Avanzando nuestros pies y nuestras manos al unísono; protegidos por Cupido que nos lanza caramelos y corrobora su fe universal en los enamorados.
Consentimos en ser amnésicos, o quizás, somos simples nostálgicos aferrándose a la eternidad; negados a reconocerse en esos treinta que ya pasaron y también en esos sesenta que aún están por llegar.
No nos cuestionamos los antes ni padecemos de una ansiedad fruto de la incertidumbre por lo que vendrá, al sabernos, igual, inseparables como prolongados.

Apuntes de amor XIV

adn-cromosomas
Tomé de aquella carne
que corrige la ceguera del espíritu.
Bebí de los recipientes
húmedos y cromosomáticos,
cuales abajo y arriba de tu ombligo,
asomando como hechizo
destrozaron mi recato.

Rocé la intimidad de tu penumbra
y hallé el cosmos ingrávido
que relataba con su suerte interminable
falto de divisiones y cuadrículas.

Leer tu diccionario
y liberar mi yo ecléctico.
Besarte y extraviar
cuándos, cómos, dóndes y porqués;
perder el ecuador
y abandonar las mediciones.

Iniciarme en la escritura al desgustar
la mejor de las esencias;
encontré la tinta que perdura inextinguible
al unir nuestras salivas.

318-omu G.S. (bcn. 2014)

A tu lado…

A tu lado
la ciudad pierde sus esquinas
y el cielo aletea próximo,
se me arrima y susurra
escalando abajo.
                                           -juntos tejemos una trama sencilla
                                            que proyecta un horizonte claro-

El pañuelo asoma desde dentro del bolsillo;
prometiendo un siempre
luce inmaculado.
                                           -hasta la despedida, nonata, sonríe,
                                             al observarnos desnudos
                                              y por el infinito amadrinados-

A tu lado.
Adherido al tiempo mutante y elástico
que jamás envejece
aunque pendule simulando ser exacto.

A tu lado desisto de la lógica aplastante.
Me limpio de credos plagados de subterfugios y de cruces.
Infrinjo castigo a las leyes y códigos humanos
impuestos y supuestos como inquebrantables.
Despierto y hallo tangibles
los que eran yacimientos oníricos.
Tomo la brea más duradera
y doy luz a mi mente e incendio mi cuerpo.
Decidido insisto e insisto y renazco,
al recibir con gratitud y complacido
los nacimientos e incluso la muerte
de cada instante,
sabiendo que…
tras cualquier ocaso amanece,
que nunca significa celda
y que después es demasiado tarde.

Cuando juntos; palpo lo imposible;
lo lamo como a caramelo,
lo muerdo como a manzana
y atiendo a la tentación
de encontrar el universo
que anhelaba siendo un niño.

A tu lado;
pierdo la cabeza
y soy Dios igual que ateo;
aprendo a amar
porque sé olvidarme.

318-omu G.S. (Bcn. 2014)