Sin contraseñas

sin contraseñas

Por ti aprendí a caminar desnudo,
la vacuidad que esconden los ropajes.
A cazar la amplitud de cada idea
tomando de todas partes.

Por ti escojo ser una hoja
repleta de incitante blancura,
cuya mudez tentadora
escucha atenta y reclama apuntes;
el pronto artístico:

Ensayos que expusieran y aportaran soluciones
-que acogieran la corrección o los retoques-
Garabatos infantiles, desenfadados e inocentes
-clamando por el recuerdo de otra conciencia-
Diseños esmerados o dibujos fantasiosos
-trazos que propusieran y reventaran
medidas claustrofóbicas y rejas opresivas-
Poemas que innovaran estructuras
y desataran nuevos timbres
-que atrevidos sobrenombraran
cualquier gesto anquilosado-

Por ti aprendí
a sentir como mío lo que creía distante y ajeno.
A rellenar de cromados el tintero.
A sumar el peso preciso para equilibrar
el yo que me ajustaron como horóscopo.
Y a levitar -a merced de los vientos-
y a escribir siendo un lápiz o una pluma
escuchando el versar etéreo.

Tú me despertaste
y has llevado a confiar.
Me das y diste a probar
aquel triunfo que reposa en la paciencia:
los respiros que oxigenan…
Por ti aprendí a esperar.
A medir mi temperamento
hasta ganar en voluntad.

Por ti soy barro virginal,
que maleable y húmedo,
se muestra accesible y ofrece dócil.

318-omu G.S. (bcn. 2014)

Suspiros interiores (R)

Son luciérnagas tus zapatillas;
lumbre vivaz,
llama encendida
indicando que estás.
Recuerdo de pareja.
Proverbio ideal
digno de quedar como estela.
Techo azul. Lago azul.

Luminosas y atrayentes,
me incitan a encontrarte
y a seguirte por un puñado de caminos.
Lucen como entrada y hablan como puerta;
señalan la aventura seductora
y la oportunidad que se deja.

Ya llegó el tiempo de aceitar la llave
y descerrajar el baúl de mis miedos;
timidez y vergüenzas.

Pasé tantas veces por delante.
Paseé rozándote y sin atreverme; acobardado.
Pasé a escondidas queriendo alcanzar con mis manos
lo que solo asía en mis sueños.

Me permito la desnudez
despojado de lastres;
oso pasar,
al fin me atrevo.

Entro, de puntillas, en el refugio
donde toma forma lo mejor de mi imaginación.
Tomo aliento e inspiro un pedazo de futuro,
nacen un sinfín de proyectos al entrar en tu habitación.

Tan cauto como sigiloso
recorro a ciegas tu estancia
y me mimetizo con tu necesidad.
Soy animal.
Soy un zorro.
Soy un perro;
a cuatro patas saboreo
la flora y fauna que ampara tu piel…
retozo satisfecho.

Husmeo tu silueta.
Viajo entre suculentos sentires;
exclusivos, placenteros y tuyos.
Hallo el sortilegio
que incluso despierta el tacto sonámbulo,
al besarte y sorber el vino
vertido sobre tu vientre.

Magnetizas y maceras mi ser.
Dispones del rostro amalgamado
que concede una cita con la tentación
y de la serena suavidad del satén;
de la belleza rosácea y natural
que embriaga hasta a los mismos dioses
que quisieron darte cuerpo.

Siendo un camaleón
me relamo contigo;
eres alada e insecto.
Repaso con mi lengua
sendos dulces de azúcar hallados
en la cúspide de tus senos.

Hay panal en tus entrañas,
desde él rezuma esa savia que ambiciono;
por ello me vuelvo una abeja golosa
recogiendo elixires sólo de una copa,
remedios que salvaguardan del tedio.

Igual desmiembras a mi hombre racional
hasta hacerlo desaparecer,
como invocas al ser visceral e impulsivo
que tiembla y gime mientras embiste.
Posees la sabia de la alquimia;
conviertes hielo en fuego
y la madurez en poca edad.

Ante ti, suena fino mi motor
y se ahuecan, ambiciosos, los poros de mi piel.
Derramas sobre mi desierto
la espuma e impronta del mar,
y entiendo que mis dunas esperaban tu agua
para aprender a flotar.

318-omu G.S. (bcn. 2014)

Personal

pintura esporádica

Mi sello de amor también resguarda a la pasión, jamás lo dudes.
Ese acorde, añadido e imprescindible, que nunca puede faltar, porque musicaliza completando nuestro mundo.
La pasión. Que pretende recorrer con su lengua y como vampiro el largo de tu yugular, mordisquearte los senos hasta que se tensen tus pezones, y separar, al tocar con un dedo tu vientre, tus piernas cruzadas. Ahora es cuando me pides, entre susurros y gemidos, que visite tu interior y, sin reparar en el decoro, transmute ya sin demora mi deseo en gozo; te entregas complacida y me empapo de las sustancias personales que guardas en tus adentros.
( En ocasiones; padece de un letargo, dormita fallecido mi yo romántico… espero que te agrade su descanso ).
Impere la sensualidad y el erotismo ornamentando el decir de nuestros sexos -ser niños implica vivir todavía alternando el estudio con los juegos-
Busco darte, aquel precio carnal que alcance para pagar tantas promesas convertidas en realidad que me regalas.
No sé, de cierto, si merezco que me deshueses del propio cuerpo, así tornándome una fuente de energía que consigue hasta volar.
Sí sé… que sólo cuando confío, dejándome llevar, alcanzo el éxtasis verdadero y amanecen nuevos imperios.

318-omu G.S. (bcn. 2014)

composició floral

 

Polen

Recuerda.
Mi mano aliada de tu mano;
honrada, capaz y tendida;
hablándote.
Representando a mi corazón
quiere y te acerca un largo paseo.

Recuerda.
Mis ojos sobre tus ojos;
difuminándose contigo;
penetrados.
Nuestros ojos amaneciendo.
Ya aconteciera la noche cerrada
o enmudeciera la voz del día;
presa de fragilidad enfermiza
o harta de desencanto.

Recuerda.
Mi ser, (ser de hombre),
repasa incansable,
reverdece al sentirte cerca,
tú le arrebatas a mi vida
cenizas rojas, causas del llanto.

Por ti, (mi ser), alcanza cimas,
culmino antojos,
tanto al perfilar tus invisibles detalles
como cuando profundiza en tu verdad corpórea.
Contigo me pierdo en una pequeña bocacalle
y encuentro el éxtasis igual que el reposo.

Juntos.
Nuestras dudas de barro son moldeables,
su peso es tanto que resulta liviano,
su corte tiñe, tiñe mojado.
De su presuntuosidad umbría solo dejamos,
estancias llenas de espejos pulcros
reflejando sinceros,
ases de corazones múltiples y deseos alados.

Recuerda.
Nunca lo olvides:
Posees una luz cristalina
que abate fronteras y derroca imperios.
Capaz de traspasar distancias que aislan
y viajar más allá de insípidos blancos
o del contar de los tiempos.

318-omu G.S. (Bcn-2014)

De dos: una voz


Ahora ni una palabra vierte mi boca; dicen mis ojos, te hablan y piden. Descarados; como tramoyistas descorren el telón y abanderan al deseo —auspician el punto justo de lascivia cual es capaz de avivar las lenguas adormecidas—.
Tú aparcas toda vergüenza; la timidez, apocamiento y fragilidad que otros, fruto de su desconocimiento, te suponen, y te preguntas hasta dónde me permitirías… y te respondes «lo que te entregue, quede sólo para ti». Yo rememoro e intuyo —antes ya obtuve tus placeres, los conozco— luego, de seguro, ya encontraré de nuevo tus paisajes sobre la mesa.
Apuesto por ti: sé que apartas de las vías los cedas, los prohibidos y las limitaciones. Sé que te prestarás a darle libertad a mis demandas, que accederás a concederme, en todas sus posibles formas, la savia que salvaguardan tus montañas y tus sanadoras y revitalizantes propiedades marinas. Contigo merece la pena sumergirse y nadar.

 

Escuché: Entre sueños le confesaste a mi vigilia y a tu almohada, cuánta es la perdición que te sabe a gloria dentro del juego, que sólo negárteme sucedía para, invocando al animal, soltar de las cuadras su embiste; liberarle de su espera paciente-impaciente, y que éste, contigo jugueteara presumidamente erguido. Bien conozco, que hay veces que precisas de un vendaval para que, lleno de ímpetu, éste te arrastre con su carácter sorpresivo. Bien sé… que si persistiera por mucho tiempo la brisa suave, quedarías adormecida.
Rememoras días, dándote cuenta que conoces con precisión los enseres, amuletos y planos que protejo dentro de mi cofre humano-sagrado —hace ya algún tiempo que dejaste de jugar a los dados y a la ruleta, que tu ocio y placer no depende de ninguna apuesta que devenga ruinosa o te aporte victorias inciertas.
Mientras le susurras a la noche deleitas mis oídos: me delatas como poseedor de tu fusión predilecta… Repites con ganas, tomas y tomas de mis cócteles: De ese sexo —de dicción lenta— que consigue alzarte de a poco, frente al que se planta, creyéndolo como irrenunciable, cualquiera de tus trozos; el cual te sorbe y, repasando cada centímetro, te lleva en volandas hasta la cúspide donde solamente persiste un eco embriagador.
De ese sexo desmedido que es capaz de aunar sentimientos y así calzar hasta el porte romántico. De ese sexo explícito que te cuenta acerca de tu mucha valía: te hace saber que eres, con su dicción universal ¡insustituiblemente importante!. No una vacua simpleza que se utiliza por interés puntual. No un dibujo hecho con apetitosas curvas y atractivos colores, que aparece y se arruga y se desestima y se rompe. No un naipe, en partida de póker, del cual uno se desentiende en descarte.

Todavía no soy capaz de describir por completo, mediante el vocabulario que conozco, tu magnitud. Quedo a medias pero sabiéndote…

318-omu G.S. (Bcn. 2014)

Apuntes de amor (XI)

 

vaya par de galguitos
Aunque dejara de hablar,
de esta flor que te regalo, su pasión.
Aunque se precipitaran los pétalos
que hoy se muestran servidos
de exuberante y rojizo vigor,
así apareciendo mañana, lánguidos,
y cayendo al suelo por mustios.
O de este libro que me brindas,
las hojas devinieran roídas
por aquella afanosa cuenta
que midiendo con relojes
derrite todo lo que resulta caduco
hasta convertirlo en desaparecido.

¡Aunque!…
Siempre quedarán otras rosas
y otros libros que recuerden,
de nuestro amor,
su infatigable perennidad
y su elocuente grandeza.

318-omu G.S. (Bcn.2014)

Atrás quedan los alcoholes y morfinas

Ya hace tiempo
que desgrano los días poseído
por una exquisita adicción.

Cuya fuerza de empuje se debe
a una mezcla de ingrávida espiritualidad
que imanta fantasiosa,
a una asalvajada locura que me asalta, impetuosa,
y a varios pellizcos de analítica razón.
A la suma de una atracción persuasiva,
que como dardo certero asocia a los seres,
cuales deambulamos siendo probetas;
albergando, repletos de química.

Adicción maleada con el roce de las pieles,
capaz de colmar de elixires las copas
y estructurar las jornadas
a base de delirios innombrables
y de tentaciones que arrastran por indecorosas.
De izar los ideales hasta alcanzar
planetas por inventar,
y fecundar con tiento libidinoso
hasta cubrir con seda el corazón,
y darle blando colchón donde plañir,
lugar y manjares a la carne,
cuándo ésta se alza; hambrienta y sediciosa.

Adicción, también afianzada
en aquel diálogo que cursa con oído.
Que nos procura; espada ante los ataques
y capa y sombrero ante el frío.
La que se afianza en uno al recibir
la parte noble y comprensiva que precisa,
La que va más allá de signos manipuladores,
de las castas y roles improductivos.

Adicción alentada por el hacer y los recuerdos
que se desentienden del propio individuo
y de las polémicas que incendiarias queman
-dadas por las tan inevitables como maravillosas
diferencias que en todos imperan-

Diferencias que primero unen -al compensar
carencias y vacíos ajenos-
pero cuales más tarde, cabe separen,
al advertirse siendo distancia,
si es que la experiencia no emergiera anudando,
con una lectura que rebosara suma destreza.

318-omu G.S. (Bcn. 2014)

Retales humedecidos (II)

http://www.youtube.com/watch?v=lRl9Av95Uck
Te imaginaba húmeda, como los cristales de las ventanas de una habitación, tras, de un invierno, su madrugada.
Quería saber. Quería lamer y sorber cualquiera de los recipientes en que se hallara tu humedad.
Soy adicto de esa sed que ya consigue hacerme sentir cuando imagino.
Admite que al ser así el tacto se extralimita, tanto, que puedo palpar el placer que regala tu cuerpo sin ni tan siquiera llegar a rozarte.

-Prosigo, también, disfrutando de esta vida al anticiparme-

318-omu G.S. (Bcn. 2014)